© PUERTOS DEL ESTADO
El oleaje de este fin de semana se acercó a su récord histórico en algunos puntos del Cantábrico, ya que la boya de Estaca de Bares (La Coruña) registró olas de casi 13 metros y la de Cabo Peñas (Asturias)superó los 11 metros de altura, según los datos recogidos por el sistema de boyas de Puertos del Estado, que ha destacado que el oleaje extraordinario se ha visto potenciado por la coincidencia con las mareas vivas.Así, alrededor de las 6 de la mañana del domingo, las estaciones de la Red de Mareógrafos de Puertos del Estado, situadas en los puertos, registraron niveles del mar cercanos al récord histórico en varios puntos del Cantábrico, como en el de puerto de Santander, donde la marea subió hasta los 5.36 metros sobre el cero del puerto (el máximo histórico desde 1992 es 5.38 metros).
Puertos del Estado ha destacado el "oleaje extraordinario" en el Cantábrico y en Galicia y precisa que la boya de Estaca de Bares midió a las 22 horas una altura significante de ola de 12,8 metros de altura, muy cerca de su récord de 19,9 metros.
Además, la boya de Cabo de Peñas llegó a medir 11,25 metros de altura significante de ola a las 05.00 horas de la madrugada del día 1 al 2, el segundo registro histórico más alto desde 1998.
La altura significante es la media del tercio de olas más altas medidas durante un periodo de 20 minutos y coincide con lo que un observador experimentado estima visualmente como altura de ola en un punto. Las alturas máximas de ola, que no son obtenidas hasta que se realiza el mantenimiento de las boyas, se pueden estimar estadísticamente como 1,6 veces la altura significativa.
Esto significa que es de esperar que en Estaca de Bares se hayan registrado alturas de olas individuales de más de 20 metros de altura, el equivalente a un edificio de siete plantas.
Según informa el Ministerio de Fomento, estas alturas de oleaje se han medido en alta mar, mientras que en la línea de costa, las alturas son generalmente menores por el efecto de refracción que el fondo ejerce sobre el oleaje y que hace que éste siempre llegue paralelo a la costa, independientemente de su dirección original.
Mareas RécordEste oleaje extraordinario se ha visto potenciado por la coincidencia con las mareas vivas. Alrededor de las 6 de la mañana, las estaciones de la Red de Mareógrafos de Puertos del Estado, situadas en los puertos, registraron niveles del mar cercanos al récord histórico en varios puntos del Cantábrico: en el puerto de Santander la marea subió hasta los 5.36 metros sobre el cero del puerto, cuando el máximo histórico desde 1992 es 5.38 metros.
El temporal ha tenido la suficiente duración para coincidir con la pleamar, especialmente en el País Vasco, donde el pico de la tormenta ha coincidido plenamente con la pleamar según el mareógrafo de Bilbao.
Estos valores elevados de marea se han producido a su vez por la combinación de una fuerte marea astronómica con una subida adicional del nivel, debida a la propia tormenta, de 15 centímetros en Bilbao y 25 centímetros en Santander.
Recientemente, el 6 de enero se alcanzó una altura significante de ola de 11,7 metros de altura en Estaca de Bares; de 12,7 metros de altura en la boya de Villano (La Coruña) y 11,5 metros de altura en la boya de Silleiro (Pontevedra).
Por otro lado, Puertos del Estado informa de que los datos océano-meteorológicos prevén para los próximos días 4 y 5 de febrero otro fuerte temporal en la costa cantábrica y Galicia, con una altura significante de oleaje estimada en 10,4 metros.
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© EVA MONENTEDestrozos en el Paseo de Francia de San Sebastián por el temporal de olas
Había alerta roja en toda la costa cantábrica y
San Sebastián se ha llevado una de las peores partes. No ha habido que lamentar daños personales pero sí cuantiosos daños materiales ya que las enormes olas arrancaron ayer buena parte de las barandillas y muros de costa y convirtieron las calles de la Parte Vieja donostiarra en auténticos ríos.
"Lo nunca visto". Es la frase que repetían atónitos los centenares de personas que ayer quisieron acercarse hasta la costa para contemplar la espectacular estampa que dejaban las olas y también los daños provocados por el fortísimo oleaje que durante buena parte de la jornada azotó San Sebastián.
Nadie recuerda algo parecido. Cuatro de los cinco puentes sobre el Urumea tuvieron que ser ayer cerrados después de que las olas arrancaran las barandillas, de hierro y piedra, algo que complicó las comunicaciones entre una y otra parte del río.
Además el agua entró con fuerza en la Parte Vieja donostiarra, convirtiendo varias de sus calles en auténticos ríos por lo que también hubo que acordonar la zona. Tras la pleamar de la mañana, el alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, resaltaba que la zona "
parece un campo de batalla, llena de piedras, mobiliario urbano y ramas". La situación volvió a repetirse con la marea alta de la tarde.
Esta mañana se ha reunido de forma extraordinaria la Junta de Portavoces en el Ayuntamiento donostiarra y ha aprobado solicitar ayudas al Gobierno central.
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