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© AFPEl río Burnett, desbordado, a su paso por la localidad australiana de Bundaberg.
Las graves inundaciones que afectan el estado australiano de Queensland, calificadas de "bíblicas" por un funcionario local, amenazaban el sábado a miles hogares y causaban serias perturbaciones en la industria minera, fundamental para la economía.

"En muchos aspectos el que sufrimos es un desastre de proporciones bíblicas", señaló el tesorero del estado de Queensland, Andrew Fraser, ante la prensa en Bundaberg, una de las ciudades más afectadas.

La reina Isabel II, jefa de Estado australiana, envió un mensaje de apoyo a la nación y aseguró estar "siguiendo con gran inquietud" las devastadoras inundaciones causadas por el paso del ciclón Tasha.

El ejército australiano intentaba el sábado enviar helicópteros a las ciudades aisladas a causa de las inundaciones, que han dejado hasta el momento unos 200.000 damnificados en un territorio tan grande como Francia y Alemania juntas.

La primera ministra australiana, Julia Gillard, indicó que el sector minero se había visto fuertemente golpeado por las inundaciones y que varias compañías habían debido recurrir a las cláusulas de fuerza mayor en sus contratos para no cumplir con sus compromisos.

"Han debido decir a quienes compran sus minerales que, dadas las circunstancias, no pueden asegurar el aprovisionamiento. Incluso las minas que continúan funcionando tienen dificultades para transportar su producción ya que muchas de las carreteras se encuentran afectadas", señaló Gillard, añadiendo que la agricultura, las pequeñas empresas y el turismo también se habían visto fuertemente afectados.

Los gigantes mineros Rio Tinto y BHP Billiton dijeron tener problemas de producción en varias minas, que representan una cuarta parte de las exportaciones australianas de carbón de coque, destinado principalmente a las acererías asiáticas.

Los servicios de socorro concentraban sus esfuerzos en la localidad de Rockhampton, al norte de la capital estatal de Brisbane, donde el desbordamiento de un río amenazaba con inundar hasta 4.000 hogares.

"Nos preparamos lo mejor que pudimos, y la mayor parte de las personas amenazadas por la inundación han sido evacuadas", declaró Brad Carter, alcalde de la localidad en el este de Queensland.

"El costo de los daños para el estado (de Queensland) será enorme, debido a la reconstrucción de las carreteras, de la infraestructura afectada y la ayuda a los damnificados, pero también por lo que dejarán de ganar las industrias minera, agrícola y turística", precisó Andrew Fraser.

La primera ministra de Queensland, Anna Bligh, estimó el viernes que el costo del desastre "sin precedentes" sería de varios miles de millones de dólares y advirtió que el nivel del agua podría continuar subiendo en los próximos días, por lo que la crisis podría empeorar.