La calma y paciencia que habían mostrado los habitantes del norte del país tras el terremoto de 8,2° que magnitud que los afectó esta semana parece estar llegando a su fin, frente a la demora en la reposición de los servicios básicos, el aislamiento y la sucesión de fuertes réplicas.

Imagen
© Desconocido
Aunque en las últimas horas los habitantes de la zona norte del país han estado un poco más tranquilos tras el terremoto de 8,2° que afectó a las regiones de Tarapacá, y Arica y Parinacota, las réplicas siguen formando parte del día a día de la población.

Según la Onemi, hasta ayer a las 12.00 horas se habían registrado 490 réplicas en la zona, y tras ello, cerca de 40 nuevos temblores afectaron al extremo norte.

Eso sí, la intensidad de los mismos ha bajado y el más fuerte se sintió a las 02.44 horas del sábado y fue de 5.4°.

De ahí en más, el sismo más fuerte ha sido de 4,7° Richter y en las últimas 10 horas el de mayor intensidad sólo llegó a los 3,8° y se registró en Iquique.

El último de magnitud importante se sintió a las 17.20 horas de ayer sábado y llegó a los 4,5°. Por eso, según el Centro Sismológico Nacional sólo 41 han sido percibidos por la población.

Esta pequeña "calma" le ha dado un respiro a la población, que de a poco está comenzando a retomar la normalidad en las zonas más afectadas.

Protestas

La calma y paciencia que habían mostrado los habitantes del norte del país tras el terremoto de 8,2° que magnitud que los afectó esta semana parece estar llegando a su fin, frente a la demora en la reposición de los servicios básicos, el aislamiento y la sucesión de fuertes réplicas.

En la madrugada y la tarde del sábado 05/04, un centenar de habitantes de Iquique (barrio Laguna Verde, en la llamada "zona alta") levantó barricadas y cortó el tránsito en algunas calles de la ciudad, una de las más golpeadas por el sismo, que causó seis muertos y decenas de heridos.

Los vecinos manifestaron así su protesta por la tardanza en la llegada de ayuda que les permita sobrellevar mejor los daños que sufrieron muchas viviendas y la falta de agua y luz en varios sectores, que se prolonga ya por 5 días.

Los damnificados tratan de que se agilice la entrega de mantas, ropa de abrigo y otros elementos para hacer frente a las consecuencias de la catástrofe, en una población que desde que se produjo el terremoto ha debido dormir en los cerros o en algunos refugios de emergencia por temor a un tsunami.

Los ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo, y de Defensa, Jorge Burgos, se trasladaron a la zona afectada por orden de la presidenta, Michelle Bachelet, para acelerar la segunda fase del plan de ayuda, centrado en las localidades alejadas del borde costero.

Una de las vecinas de Laguna Verde, citada por Radio Cooperativa, reclamó por la inseguridad en la que se encuentran sus casas y denunció que han tenido que quedarse hasta las 4:00 o 5:00 de la mañana para cuidar sus pertenencias.

Según otras versiones, las protestas también se deberían a la tardanza en la reposición de los servicios básicos.

El Seremi de Vivienda, Luis Astudillo llegó al lugar e intentó frenar las protestas de los habitantes. "Llegará la ayuda mañana, traeremos baños químicos, todos estamos dañados, como en las dunas, pero les pedimos paciencia, mi compromiso es que mañana llega la ayuda", dijo el seremi, citado por La Tercera.

En tanto, el alcalde de la ciudad, Jorge Soria, dijo que "a mí no me conmueven las protestas. Estamos resolviendo algunas cosas de urgencia en la caleta".

Pese al esfuerzo desplegado por el Gobierno con apoyo del Ejército, muchas localidades del norte del país, ubicadas a los pies de la Cordillera de Los Andes, se mantienen aún aisladas.
"Está aislada Alcérreca (al interior de la ciudad de Arica). Logramos una conexión de ruta para llegar a ellos y esperamos tener la conexión completa en los próximos días", declaró el general y jefe de Catástrofe de la región Arica y Parinacota, Miguel Alfonso.
Precisó que a otros pueblos se ha llevado ayuda, básicamente alimentos, a través de helicópteros.

Una situación similar se mantiene en otros seis poblados al interior de Iquique.
"Huaviña, Mocha, Poroma y Coscoya están aisladas y no hay conexión. Los cortes se deben a derrumbes en las calzadas, provocados por el terremoto.Tampoco hay conexión, aunque en menor medida, con Loanzana y Pachica", señaló el encargado regional de Obras Públicas, Sergio García.
Uno de los mayores problemas para restablecer los servicios básicos, entregar ayuda y registrar los daños son las largas distancias entre los distintos poblados y las pocas rutas que los unen.

Las autoridades han reconocido que la situación más grave se concentra en los pueblos del interior, muchos de los cuales viven de la agricultura, debido al derrumbe en canales de regadío.