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El polo norte magnético se está deslizando lentamente desde su localización actual, en el extremo norte de Canadá, hacia Rusia a una velocidad de aproximadamente 64 kilómetros por año, pero puede que para la mayoría de nosotros, a priori, no lleguemos a comprender las repercusiones de este hecho. Sin embargo, lejos de las heladas tierras canadienses, en la soleada Tampa, Florida, están sintiendo más que nunca el cambio magnético. Tal circunstancia ha provocado que la pista principal del Aeropuerto Internacional de Tampa, haya sido cerrada hasta el 13 de enero con el objeto de repintar los designadores numéricos y la señalización de la pista de vuelo, para reflejar los cambios producidos por el movimiento del norte magnético.

La dirección en la que apunta la aguja de una brújula se conoce como el norte magnético, dirección que no coincide propiamente con la del Polo Norte geográfico, excepto en los puntos del hemisferio norte situados en el mismo meridiano en el que se encuentra el norte magnético. En cambio, la brújula se alinea con el campo geomagnético local, que varía de forma compleja sobre la superficie de la Tierra, así como con el tiempo.

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Las pistas de aterrizaje y despegue disponen de una señalización blanca pintada sobre la superficie cuyo objetivo es informar a los pilotos al despegar, y sobre todo al aterrizar, sobre los diversos tramos y distancias de la pista, así como sobre su eje longitudinal central, para facilitarles las maniobras. Estas se construyen de tal manera que se adaptan de forma óptima a los vientos predominantes en el lugar, señalizando la dirección de la pista en grados magnéticos, en la que se elimina la última cifra. Por lo tanto, una pista cuya dirección es, por ejemplo, hacia el este (90 grados), tendrá consecuentemente como denominación 09, y una pista cuya dirección es hacia el suroeste (225 grados), se identificará como 22.

Cada pista es denominada con dos números, uno para cada una de las dos direcciones. Si, por ejemplo, una pista tiene en una dirección la denominación 04, su identificación en la dirección opuesta será 22. Estos números están pintados en caracteres muy grandes, en blanco, sobre la superficie de la pista en sus dos extremos, de forma que puedan ser reconocidos por los pilotos desde el aire a cierta distancia. La Administración Federal de la Aviación requiere que las designaciones de las pistas puedan cambiarse para tener en cuenta el cambio en el polo norte magnético. Por lo tanto, la pista paralela al oeste situada en el Aeropuerto de Tampa, pasará a tener una designación 19R/1L, en vez de 18R/36L como hasta ahora.

Los pilotos tradicionalmente han volado con la ayuda de una brújula magnética, aunque a mediados del siglo XX ésta comenzó a ser sustituida por la brújula giroscópica, la cual en la actualidad se encuentra calibrada por haces de láser. Puede que la idea de utilizar brújulas magnéticas en esta era de satélites y comunicaciones instantáneas lo veas pintoresco, pero en la actualidad la brújula sigue estando en proceso de ser reemplazada por sistemas de navegación más avanzados y completos, que brindan más información y precisión; sin embargo, aún es muy popular en actividades que requieren alta movilidad o que impiden, debido a su naturaleza, el acceso a energía eléctrica, de la cual dependen los demás sistemas.

A pesar de que los sistemas globales de navegación por satélite permiten determinar en todo el mundo la posición de un avión, con una precisión de hasta centímetros, todavía se sigue manteniendo los métodos empleados en el pasado de la aviación, cuando el GPS se encontraba en los sueños más profundos de Julio Verne.