Al menos 63 ciudades de Minas Gerais (sureste de Brasil) fueron declaradas este lunes en estado de emergencia por causa de las intensas lluvias registradas en los últimos días. Las precipitaciones han dejado un saldo de 16 personas muertas y aproximadamente 15 mil damnificadas, informó el Servicio de Defensa Civil de esa región.

El organismo señaló que desde hace más de un mes llueve intensamente, por lo que la ciudad de Divinolandia Minas, golpeada por las inundaciones, Bas-Saint Gerard, afectada por fuertes vientos, y Espíritu Santo de Oro, por deslizamientos de tierra, se sumaran a las zonas afectadas en ese estado, al sureste brasileño.

Los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Espíritu Santo también han resultado perjudicados por las precipitaciones.

Este domingo, en el estado Sao Paulo se registraron 11 muertes, y 57 ciudades, incluida la capital del mismo nombre, en estado de emergencia. Al menos seis mil 443 personas abandonaron sus hogares en ese estado habitado por 40 millones de ciudadanos.

En Río de Janeiro casi 70 mil personas fueron afectadas por las fuertes precipitaciones. 117 favelas (barrios pobres) están en estado de alerta, siendo la ciudad de Teresopolis la más afectada, informó Defensa Civil.

Por su parte, en el estado de Espíritu Santo resultaron afectados 16 mil personas, mientras que 63 ciudades fueron declaradas en emergencia.

Según lo informado por el estudio de pronóstico del tiempo y el clima Segundo Centro, las lluvias y tormentas continuarán durante los próximos días, a excepción de este jueves y el viernes cuando se prevé que el temporal le dé una tregua al sureste de la nación suramericana.

Los meteorólogos han pronosticado que los primeros días de este mes de enero pueden estar caracterizados por las lluvias en el sureste de Brasil, donde hasta el momento se ha registrado un total de un millón 189 mil 007 damnificados.

El primero de enero del año pasado, las lluvias provocaron numerosos derrumbes en Angra dos Reis, municipio situado a 168 kilómetros de Río de Janeiro, donde 52 personas murieron sepultadas.

Posteriormente, en abril de 2010 se registraron cerca de 250 víctimas mortales tras diversos deslizamientos de tierra ocurridos en Río de Janeiro y la ciudad vecina de Niteroi.