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Marchas, concentraciones, cacerolazos, barricadas y bloqueos de carreteras marcan este miércoles la primera jornada del paro por tiempo indefinido, decretado en la fría región de Magallanes y Antártica contra la subida del gas doméstico.

La Asamblea Ciudadana de la citada zona, situada en el extremo sur del país, confirmó la realización de dos marchas en la mañana y de una concentración popular esta tarde en la Plaza Muñoz Gamero de la ciudad de Punta Arenas para expresar el repudio al alza de las tarifas del hidrocarburo en casi el 20 por ciento.

Aunque las protestas tienen por epicentro a Punta Arenas, capital magallánica ubicada a unos tres mil kilómetros de Santiago, también se sumaron al paro las autoridades locales y ciudadanía de las comunas de Puerto Natales y Porvenir, signo del carácter regional de la manifestación. Parlamentarios, alcaldes, empresarios, autoridades religiosas, estudiantes, trabajadores de todos los gremios de la región y ciudadanía en general apoyan la medida de fuerza como señal del descontento generalizado contra la acción gubernamental en la que expertos advierten intereses ocultos orientados a la privatización del petróleo chileno.

Las verdaderas intenciones están en hacer un buen negocio para el sector privado, subrayó la diputada demócrata cristiana y representante de la Patagonia chilena Carolina Goic.

Coincidente con la legisladora, el académico de la Universidad de Santiago Bernardo Navarrete no descartó tampoco que hacia el vórtice del conflicto actual, generado por un acuerdo de la Empresa Nacional del Petróleo con la distribuidora Gasco, se estén moviendo los hilos conducentes a la privatización de la estatal.

Mientras, la situación tiende a ponerse más tensa en la Patagonia, sin que se advierta una salida al conflicto. El gas y el petróleo en Magallanes son cada día más escasos y, si no los cuidamos, se van a extinguir, afirmó ayer el presidente Sebastián Piñera, dejando clara la posición indeclinable de La Moneda respecto al cuestionado aumento.

En mandatario insistió en la conveniencia de la medida para "fomentar un uso del gas más racional y una mayor exploración y búsqueda de nuevas fuentes de gas y petróleo en la región".

Sin embargo, los magallánicos consideran que la decisión es demasiado centralista y no toma en cuenta las particularidades de la helada región, donde prevalece además un sentimiento de abandono y desprotección al compararse con otras ciudades de Chile y con urbes vecinas de la Patagonia argentina.

El gas para nosotros es la base de la vida. Mientras en muchos lugares del resto del país disfrutan de la playa y el sol, nosotros tenemos el calentador encendido, recordó Francisco Alarcón, secretario regional del Partido Comunista de Magallanes.

No disponer de gas en esta zona es como si faltara el oxígeno, remarcó el dirigente local Eugenio Bahamondes.