El número de muertos por las intensas precipitaciones que en las últimas semanas han caído sobre el centro y el sur de Filipinas ha ascendido a 42, según informó este jueves el director de la agencia estatal de desastres, Benito Ramos.

La mayoría de las víctimas fallecieron ahogadas o sepultadas por los desprendimientos de tierra provocados por las lluvias torrenciales que han afectado a un tercio del país.

Además, cinco personas, entre ellas tres pescadores, se encuentran en paradero desconocido, mientras que unas 400.000 han sido evacuadas. "Nuestros soldados están usando helicópteros para llevar bienes de socorro a las áreas inundadas", dijo el funcionario.

El temporal ha arrasado cultivos de arroz y maíz, granjas, importantes infraestructuras --como puentes y carreteras-- y viviendas particulares, lo que arroja unas pérdidas aproximadas de 23 millones de dólares (17,56 millones de euros).

El presidente, Benigno Aquino III, visitará el viernes las zonas más dañadas de las provincias de Bicol, Visayas Este y Mindanao para determinar la cantidad de dinero que el Gobierno tendrá que destinar a su recuperación.