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Empleados del transporte público en Grecia inician hoy en esta capital un paro de 24 horas para protestar contra el plan de ajustes implementado por el Gobierno frente a la crisis financiera.

La huelga es convocada por los sindicatos de transportistas en rechazo al programa de austeridad que para ese gremio implica recortes salariales, radicales reformas estructurales y despidos masivos.

Esta semana los trabajadores del transporte urbano manifestaron su inconformidad paralizando los servicios en horarios de gran afluencia de público como parte de una serie de protestas que culmina mañana viernes.

Los sindicatos se oponen a la propuesta de la actual administración de fusionar las empresas deficitarias ya que, según su opinión, eso incrementaría la tasa de desempleados.

También fustigan las proyectadas reducciones a los itinerarios y el polémico incremento del precio de los billetes en al menos un 40 por ciento a partir del 1 de febrero.

El impopular paquete de medidas, impuesto a cambio de un rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para superar la crisis fiscal, desató en 2010 huelgas y paros casi diarios en toda Grecia.

Para acceder a la ayuda foránea, de 110 mil millones de euros, se diseñó una dura política de ahorro interno que pretende reducir el déficit al 7,4 por ciento del Producto Interno Bruto, desde un 15,4 registrado en 2009.

En cuestión de meses los griegos debieron asumir, entre otros, la subida de impuestos, el congelamiento de salarios de los funcionarios y el incremento de la edad de jubilación.

A pesar de las drásticas medidas y de la caída de popularidad en las últimas encuestas, la mayoría de la población griega sigue dando su apoyo al gobierno socialista de Yorgos Papandreu.