Una inesperada y atronadora tormenta, acompañada de abundante aparato eléctrico y con no muy abundantes precipitaciones, se registró en la noche del jueves y la madrugada de ayer sobre Logroño y su entorno.
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© Larioja.com
El fenómeno tormentoso comenzó a notarse en la capital riojana pasadas las 21.15 horas del jueves, con fuertes estruendos, caída de rayos y un fuerte chaparrón, además del inmediato oscurecimiento del sol.

La tormenta, que originó continuos y pequeño cortes en el suministro eléctrico de muchos domicilios logroñeses, se desarrolló de forma intermitente y se prolongó hasta las 7.15 horas de la mañana de ayer.

Durante las diez horas que duró el fenómeno meteorológico vertió sobre las calles de la capital una precipitación de 7,4 litros por metro cuadrado, aunque en ningún momento hizo su parición el temible pedrisco.

Los bomberos de Logroño aseguraron que «la tormenta en Logroño no ocasionó ninguna incidencia ni daños, por lo que no se registraron salidas».

Además de la capital riojana, las tormentas recorrieron varias localidades riojanas. En Agoncillo se recogieron 8,4 litros por metro cuadrado; en Santo Domingo de la Calzada, 9,5; en Cenicero, 4,5; en Uruñuela y Torremontalbo, 2,7, respectivamente; en Nájera, 3,6; en Albelda de Iregua, 2,3; en Ausejo, 1,7; y en Haro, 0,7 litros.

También se hizo presente la lluvia, de forma escasa, en la sierra riojana. Así, en Torrecilla en Cameros cayeron 0,6 litros; en Villoslada de Cameros, 0,3; y en Valdezcaray, 0,2 litros por metro cuadrado.

Mientras en La Rioja Baja y en el resto de la geografía riojana no se registró precipitación alguna.

El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en La Rioja, Evelio Álvarez Lamata, avanzó, en declaraciones a Diario La Rioja, que «el tiempo mejora. Se está cumpliendo la previsión que hice al inicio del verano, de alternancia de calor, con tormentas y frío. Además, Álvarez anticipó que las temperaturas «volverán a subir en lo que queda de julio».