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Una nueva investigación determinó que en el sistema neurológico nada está librado al azar, y que producto de la interrelación de funciones, por lo general cuando una se desactiva, otra se incorpora, de manera que siempre haya una función en juego. La popular frase que muchas personas pronuncian, sobre todo cuando tienen preocupaciones: "Siento que mi cabeza no para nunca", podría comenzar a tener asidero en la realidad.

Ocurre que un grupo de científicos que trabajan en equipo se propusieron analizar qué pasa dentro del cerebro durante los llamados "estados de reposo", y establecieron que "cuando parece que el cerebro no hace nada es cuando realmente presenta una dinámica muy particular caracterizada por la fuerte actividad que se produce en determinadas áreas de la corteza que se activan y se desactivan de manera correlacionada y a una frecuencia muy baja".

Esta, entonces, es la principal conclusión del equipo conformado por el doctor Gustaco Deco director de la unidad de Cognición y Cerebro del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) e investigador ICREA de la Universidad Pompeu Fabra, quién trabajó junto con el doctor Viktor Jirsa, investigador del CNRS de Marsella y de la Florida Atlantic University de Estados Unidos, y el doctor Antony McIntosh, del Rotman Research Institute de Toronto en Canadá.

"Los estados de reposo cerebral (resting state), aquellos en los cuales podemos pensar que el cerebro no hace nada, han sido ampliamente analizados en numerosos trabajos de investigación. El estudio funcional de los grandes sistemas neuronales a través de técnicas de electrofisiología de resonancia magnética mostró una organización en red altamente coherente que no deja nada librado al azar", completaron los investigadores.

En estudios anteriores los responsables de la presente investigación habían detectado que son muchos los elementos que intervienen y se ponen en juego para que el estado de reposo del cerebro sea óptimo. Entre éstos se cuentan diversos elementos estructurales, cierta ralentización y fluctuación de las señales.

"Todos ellos son necesarios para conseguir un estado óptimo de reposo. Cuando parece que el cerebro no hace nada es cuando justamente está llevando a cabo una dinámica muy particular", refirieron.

Que las áreas estudiadas estén correlacionades tiene que ver con cuando una está activada, la otra no lo está y viceversa. Esto quedó manifestado en el binomio introspección-atención, dado que cuando se activa la introspección, el área correspondiente a la atención se desactiva, y viceversa.

"Lo importante es que éstas líneas de investigación abren nuevas perspectivas para el diagnóstico y abordaje de varias enfermedades comunes e importantes como el Alzheimer o la esquizofrenia, que tienen en común el hecho de que presentan características similares en los estados de reposo de la corteza cerebral, que es el estado más puro del cerebro porque en él están ausentes los estímulos relacionados con la acción", finalizaron Deco, Jirsa y McIntosh.

A raíz de éste y otros estudios que abordan la temática, al ser consultado por PRO-SALUD News respecto a la actividad que lleva adelante el cerebro aún en situaciones en las cuales parece que estuviera "descansando o reposando" (como por ejemplo durante el sueño), el doctor Daniel Cardinali, investigador superior del Conicet, profesor emérito de la UBA y director de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCA, postuló: "Debido a la gran evidencia con la que contamos respecto a estos temas, puedo decir que no creo que, por ejemplo, sea posible aprender una actividad cognitiva en estado de reposo cerebral. No obstante, sí es posible generar nuevas respuestas neurovegetativas".