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Nada parece capaz de contener el precio de la gasolina. Ni el estallido de la crisis de las «hipotecas basura» ni la quiebra de Lehman Brothers hicieron sombra al encarecimiento que, desde el año pasado, registra el combustible. Una tendencia que no tiene visos de agotarse a corto plazo y que ha dado lugar a que la semana pasada el litro de la gasolina de 95 octanos en España batiese su récord histórico, al incrementarse hasta los 1,285 euros por litro, según publicó el Boletín Petrolero de la Unión Europea. El gasóleo, por su parte, no es ajeno a la escalada de precios. Su importe aumentó un 1,9%, hasta alcanzar los 1,217 euros, cifra a la que se vendía en agosto de 2008.

El ascenso en el precio de los combustibles viene a sumar una nueva carga a unos bolsillos mermados por la frágil economía y el encarecimiento de bienes básicos, como la energía eléctrica. Llenar un depósito de gasolina, con una capacidad media de 50 litros, cuesta en estos momentos 64,25 euros.

Hasta la fecha, el valor más elevado se alcanzó en julio de 2008, de 1,276 euros, un alza motivada, básicamente, por el incremento del precio del barril Brent, que rebasó los 145 dólares (cerca de 107,5 euros).

Después de marcar máximos históricos hace dos años, el importe de la gasolina descendió rápidamente en 2009 hasta sus niveles más reducidos en los últimos cinco años (0,825 euros).

Los motivos del ascenso

En esta ocasión, la razón de la subida es distinta. El crudo cotiza a actualmente en 98,42 dólares, cifra, notablemente, más reducida. El motivo del incremento hay que buscarlo, en parte, en la depreciación del euro frente al dólar, según los analistas. Una situación que perjudica a los consumidores europeos. De hecho, el barril de Texas, equivalente del Brent en el mercado norteamericano, se encuentra en 88,35 dólares por barril, una cifra inferior a los 91,57 dólares de hace una semana.

Tampoco la correlación entre el precio del crudo y el importe final de los combustibles resulta exacta. Como destaca la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) a Efe, el precio de la gasolina viene también determinado por la venta al por mayor, condicionada, a su vez, por la demanda, los costes de producción y la estacionalidad del consumo.

Un importe final que en los países de destino acarrea, además, el fardo de los impuestos, que según la organización pueden suponer el 50% del precio de venta al público. En el caso de España, los mayores gravámenes se han derivado, especialmente, del aumento del impuesto especiales. «La subida del IVA y del impuesto sobre hidrocarburos en algunas provincias también ha sido uno de los motivos de peso», destaca Antonio Merino, director de Estudios y Análisis del Entorno de Repsol. Sin embargo, España es uno de los países de la UE que menores gravámenes impone a los carburantes. Y, por el contrario, es el que posee los combustibles antes de impuestos más caros.

Los récord podrían ser una constante durante 2011. Y es que la subida del 2,23% de la gasolina en lo que llevamos de año y de un 2,53% en el caso del gasóleo viene a confirmar las previsiones del sector, que auguran un aumento de los precios del crudo de hasta el 25% durante el año. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha advertido de que si el petróleo se sitúa en los 100 dólares por barril, la economía mundial podría precipitarse hacia «una zona de peligro».