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Poblados rurales de Australia se preparaban el domingo para otra semana de inundaciones mientras un inmenso lago continuaba esparciéndose en el sureste del país y una potencial tormenta tropical amenazaba el noreste.

La inundación comenzó hace más de un mes en el estado de Queensland, en el noreste, donde han muerto 30 personas, han sido dañadas o destruidas más de 30.000 viviendas y se han perdido al menos 3.000 millones de dólares australianos (3.000 millones de dólares estadounidenses) en exportaciones de cultivos y carbón mineral.

Lluvias sin precedentes cambiaron el foco de emergencia de inundación al estado de Victoria, en el sureste de Australia, el cual es normalmente árido durante el verano meridional.El viceprimer ministro Wayne Swan dijo el domingo en un comunicado que las inundaciones tendrán la escala de uno de los desastres naturales más costosos en la historia de la nación y su impacto en la economía se sentirá durante años.

El gobierno anunciará el viernes su primer cálculo de daños, señaló. El Servicio Estatal de Emergencia (SES por sus iniciales en inglés) advirtió que un lago con longitud aproximada de 90 kilómetros (55 millas) en el noroeste de Melbourne, capital de Victoria, continuará su curso tierra adentro en la próxima semana hasta que descargue en el río Murray.

Los servicios de emergencia estaban enfocando sus esfuerzos a 340 km (210 millas) al noroeste de Melbourne en Swan Hill, un poblado de 10.000 habitantes donde el Murray se encuentra con el crecido río Lodden, y se espera que las inundaciones suban al máximo a media semana, indicó el domingo Sam Bishop, vocero del SES.

El servicio de emergencias señaló que 75 poblados del estado han sido afectados por inundación y que entre cinco y 10 más se encuentran en el trayecto de las inundaciones hacia el norte a través del terreno plano de cultivo de trigo.

Casi 2.000 casas y negocios resultaron inundados o aislados, y aproximadamente 5.000 personas fueron desalojadas, agregó el SES.

Mientras tanto, la Oficina Australiana de Meteorología advirtió el domingo que un sistema de baja presión frente a la costa norte de Queensland podría convertirse en un huracán en los próximos días.

La oficina consideró que existe entre 20 y 50% de probabilidad de que ocurra un huracán que podría azotar la costa con vientos potentes y lluvias torrenciales.