En los últimos meses se han registrado varios ataques en Liébana, pero esta vez los ganaderos presenciaron cómo devoraban a los animales.
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El lobo ha vuelto a atacar en el interior del Parque Nacional de Picos de Europa, concretamente en el puerto de Áliva. En esta ocasión, dos lobos mataron ocho ovejas y las comieron durante horas en presencia de los ganaderos. En los últimos meses se han producido ataques de estos cánidos salvajes en los pueblos lebaniegos de Salarzón y Dobarganes, y en otros puntos del Parque Nacional. Los ganaderos del valle se encuentran cada vez más preocupados por una situación que está dejando a la comarca no solo sin ganado, sino también sin ganaderos, especialmente, los jóvenes, que están ya desesperados por la situación que están viviendo, sin que parece se estén dando pasos para dar soluciones.

Diego Rodríguez es un joven ganadero de Tanarrio, en el municipio de Camaleño, que hace dos años comenzó a trabajar con un rebaño de ovejas. Desde el verano, las tiene en Áliva. El pasado viernes, al subir a verlas, pudo comprobar cómo una de las ovejas estaba muerta por los lobos. «No es la primera vez que me pasa, está ocurriendo de continuo este verano, especialmente, en la zona próxima al Refugio de Áliva y el Cable, donde han dado muerte a mucho ganado de vecinos del municipio», dice Diego.

«No se asuntan»

«Al faltarnos ovejas -explica-, madrugamos, y el sábado subí con mi padre al lugar donde me mataron la oveja. Eran las ocho y media de la mañana, y no salíamos de nuestro asombro al ver a una pareja de lobos comiendo a una de las ovejas. Con nosotros estaba un guarda del Parque Nacional que también contempló la escena. Del rebaño de 230 ovejas, me han matado ocho y me falta por encontrar a 29. El ataque se produjo en la zona de Campomayor, debajo de la Canal de las Grajas, del Pico Cortés». El joven ganadero afirma que se fueron acercando a los cánidos y «seguían comiendo y no se asustaban». «Allí estuvieron parte de la mañana -añade-. No es un comportamiento propio de un lobo autóctono. Luego, se dirigieron al Peñón de la Mesa, por encima de la ermita de la Virgen de la Salud, donde estuvieron acostados un rato, desapareciendo después por una canal».

Diego se plantea si merece la pena tanto sacrificio para que los lobos acaben con el medio de ganarte el sustento. Hasta que las baje al pueblo, sus ovejas duermen en una manga. «Esto es una vergüenza», señala. Rafael Roiz, ganadero de Bejes, también se muestra muy molesto con la presencia del lobo en el interior del Parque, ya que «al concluir el año calculo que el lobo me habrá matado 100 cabezas de ganado». A su juicio, esta situación «está dejando sin ganaderos al pueblo, porque es insostenible mantener un rebaño de ganado con el lobo actuando de forma incontrolada».