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La chica vivía en Milán y, según los fiscales, visitaba la mansión del premier.

Aparece otra menor, una brasileña, después del caso de Ruby Robacorazones, en las 216 páginas enviadas por los fiscales de Milán al Parlamento con interceptaciones y pruebas para apoyar la demanda de proceso penal rápido contra el primer ministro Silvio Berlusconi.

Los magistrados lo acusan de incitar a la prostitución de jovencitas y de una relación rentada con una menor (Ruby). También lo acusan de abuso de poder, por haber hecho liberar - utilizando la influencia de su alto cargo - a la joven marroquí cuando estaba detenida por un robo.

Las 216 paginas se suman a las 289 del primer envío recibido por la comisión de autorización para proceder de la Cámara de Diputados. Ayer la comisión resolvió por 11 votos a 8 de la oposición devolver los más de 500 folios a la fiscalía de Milán, considerando que no tiene competencia para juzgar al jefe del gobierno italiano. La autorización la debe dar el Tribunal de Ministros. Ahora el conflicto se deberá resolver en una sesión plenaria de la Cámara de Diputados.

La situación se hace cada vez más compleja y exasperada.

La menor brasileña, una prostituta conocida en la noche de los clubes nocturnos de Milán, se llama Iris Berardi y estuvo - según los controles de las células de su teléfono celular - en 30 ocasiones en la residencia del premier en Arcore, un suburbio milanés, y en la lujosa villa de Porto Rotondo, en Cerdeña. Dos veces, Iris asistió a las festicholas antes de cumplir 18 años de edad.

La segunda ola de 226 páginas del explosivo expediente trae revelaciones que comprometen aún más a Berlusconi. Entre el grupo de chicas que vivían en apartamentos propiedad de Berlusconi en Milán se encuentra la dominicana María Ester García Polanco. En su domicilio la policía secuestró casi tres kilos de cocaína. La droga sería del conviviente de la joven, quien utilizaba un auto propiedad de la consejera regional Nicole Minetti, acusada de organizar la red de prostitución para divertir a Berlusconi junto con otros dos personajes. En el coche la policía encontró otros 10 kilos de droga.

En las inspecciones por cuenta de los magistrados de Milán, la policía encontró también un "papel" de Ruby, de origen marroquí, en el que da cuenta de una fornida lista de regalos en joyas y regalos. Las anotaciones son varias cifras que, según los fiscales de Milán, representarían los ingresos con los que esperaba poder contar en los días siguientes. En esos apuntes se puede leer "50.000 por un libro, 12.000 campaña ropa interior; 200.000 euros de Luca Risso, 170.000 guardados por Spinelli", en alusión a Giuseppe Spinelli, el apoderado de Berlusconi, que, según los investigadores, era encargado de pagar a las muchachas que asistían a sus fiestas.

También está allí la aclaración de que "Papi", como las chicas llaman a Berlusconi, le debe entregar cuatro millones y medio de euros.

Ruby contó en una interceptación que le había pedido al premier cinco millones para callar. Ruby afirma ahora que nunca tuvo relaciones sexuales con Berlusconi, quien sólo le regaló 7.000 euros.

Las escuchas han puesto en serias dificultades a la señalada consejera regional Nicole Minetti, una belleza de 25 años que en sus diálogos telefónicos con algunas chicas habla pestes, con un lenguaje subido de tono, de Silvio Berlusconi.

Lo llama "viejo de mierda" y otras cosas peores siempre en el mismo tono. Afirma que "nos ha arruinado la vida" y hasta dice que hace nombrar a sus amantes en el Parlamento "porque así el sueldo lo paga el Estado".

De la bronca de Nicole Minetti se enteró Berlusconi hace unos días, cuando llamó en vivo y en directo a un programa de televisión para insultar a su conductor, Gad Lerner, y allí hizo amplios elogios de Nicole. Ayer, la mujer se desmintió. Dijo que no recordaba haber dicho lo que dijo en las interceptaciones.

La línea de la defensa es que en la residencia de Arcore había cenas con bebidas inocentes, poco alcohol. En la sala subterránea del Bunga Bunga, según testimonios el escenario de las orgías, se practicaba solo el karaoke. Una bailarina del vientre, María Makdoum, contó en cambio a los magistrados de Milán que vio y participó de las orgías, narró todos los detalles y desbarató aquella floja línea de defensa.