Los cisnes negros del parque de Isabel la Católica de Gijón van camino de su extinción. Las nutrias asentadas en el curso bajo del Piles mataron la noche del domingo a un nuevo ejemplar que, sumado al que apareció devorado en el lago grande el viernes, reducen a un único superviviente el censo de estos anseriformes originarios de Australia.
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© J. BILBAORestos del ejemplar parcialmente comido por las nutrias.
Los cisnes negros son de largo la especie más castigada dentro la colección de aves del parque urbano gijonés que, con la muerte del pasado domingo, eleva a 207 las bajas atribuidas a los mustélidos. A principios de año había 18 ejemplares vivos en los lagos del núcleo zoológico gijonés y ahora todos están muertos o desaparecidos menos uno.

El único cisne negro superviviente de Isabel la Católica escapó a la carrera del cercado del estanque grande del parque donde vivió los últimos meses. Huyó despavorido el pasado fin de semana junto a la última víctima después de que los mustélidos consiguieran acceder al interior del corral, desprotegido de pastor eléctrico. El problema es que en su huida se ha refugiado por instinto de conservación en el río Piles, donde es presa fácil para las nutrias. Porque este ejemplar, al igual que ocurría con sus congéneres fallecidos, no puede volar, ya que está alicortado. Las probabilidades de recuperarlo con vida cada vez son más remotas, aunque ayer el cuidador de las aves del parque, José Luis García, intentó durante toda la jornada echar el lazo al nervioso y huidizo animal.

En aguas del Piles fue precisamente donde los pequeños y voraces depredadores acabaron con la vida del último cisne negro el domingo, en torno a las 21 horas. Un viandante que paseaba por la zona observó cómo el ave estaba atrapada y en serias dificultades. Alarmado por esta visión dio aviso a la Policía Local, que a su vez acabó derivando la emergencia animal a los bomberos. Cuando éstos llegaron pudieron contemplar a una nutria dando buena cuenta del ejemplar. Pero fue demasiado tarde, ya que sólo pudieron recoger el cadáver y levantar acta del suceso.

El Ayuntamiento sigue reclamando sin éxito al Principado, con competencias en materia de fauna protegida, que tome cartas en el asunto y traslade a estos pequeños y voraces depredadores a su hábitat natural, lejos de un parque urbano.

Usuarios del parque gijonés están recogiendo firmas para denunciar la indefensión de las aves del parque frente a las nutrias, que siguen colándose en el parque subiendo la escalera del Piles y atravesando la avenida de El Molinón al no poder hacerlo ya por el hueco de la rejilla que protege la canalización del río junto a Espicha Park.

Los dos últimos cisnes negros despedazados forman parte del grupo de animales que el cuidador de las aves de Isabel la Católica puso a resguardo la pasada primavera durante más de dos meses en el vivero municipal de plantas de Cabueñes, precisamente para evitar que acabaran en las fauces de las nutrias por su fácil captura. Unas nutrias que parece que, además, aprecian poco la dieta de pluma, ya que se limitan a comer un poco de las pechugas y zonas blandas del cuello de sus víctimas.