La más grande cuenca hidrográfica de la antigua Roma fue encontrada durante los trabajos para construir la línea C del metro de la capital italiana, anunció la responsable de las excavaciones arqueológicas, Rossella Rea.

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La más grande cuenca hidrográfica de la antigua Roma fue encontrada durante los trabajos para construir la línea C del metro de la capital italiana, anunció la responsable de las excavaciones arqueológicas, Rossella Rea. Se trata de un dique tan grande que supera el perímetro de las propias excavaciones, con al menos 35 metros de ancho por 70 de largo, indicó.

Se trata de un dique tan grande que supera el perímetro de las propias excavaciones, con al menos 35 metros de ancho por 70 de largo, indicó.

En conferencia de prensa, Rea y las arqueólogas Francesca Montella y Simona Moretta explicaron que la cuenca estaba forrada de barro machacado y podía conservar hasta cuatro millones de litros de agua.

"Es probable que su función principal haya sido la de almacenar agua para los cultivos, además de servir como cuenca de compensación para las inundaciones del río (Tíber)", declaró.

Confirmó que hasta ahora ningún otro dique encontrado en el agro romano tiene dimensiones comparables.

Asimismo, refirió que también fue encontrada una antigua hacienda agrícola, la más cercana al centro de la antigua Roma, de 14 mil metros cuadrados de superficie, con un sistema hidráulico para la distribución de agua a los huertos y plantaciones.

Según la experta, fueron igualmente encontrados restos de leña y material orgánico de dos mil años de antigüedad y rastros de los primeros cultivos de durazno arribados de Medio Oriente.

Las investigaciones arqueológicas fueron realizadas por la superintendencia especial de bienes arqueológicos de Roma, con la colaboración técnica de la Cooperativa Arqueológica en una zona cercana a la plaza de San Juan de Letrán, donde se encuentra la basílica del mismo nombre.

Roma cuenta solamente con dos líneas de metro, mientras la tercera está en construcción desde 2007.

Uno de los problemas más frecuentes para dotar a la Ciudad Eterna de ese tipo de sistema de transporte han sido los descubrimientos arqueológicos hechos durante las excavaciones, que obligan a detener los trabajos por años.