La mandíbula, de hasta 200.000 años de antigüedad, tiene un aspecto primitivo y podría pertenecer a una nueva especie humana.

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© Yousuke Kaifu
Un pescador que lanzaba sus redes al mar a 25 km de la costa occidental de Taiwán, en el canal Penghu, logró extraer del fondo una extraña captura: una mandíbula inferior humana. El pescador vendió el fósil a una tienda de antigüedades local, donde un coleccionista la rescató para entregarla al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taiwán. Allí los investigadores se dieron cuenta de que no se trataba de un hueso humano cualquiera, sino que tenía unas raras características difíciles de clasificar. La mandíbula, robusta, corta y con grandes dientes molares y premolares, pudo pertenecer a un miembro arcaico de nuestro género Homo, quizás incluso a una especie desconocida aún por determinar que vivió una vez en Asia, una hipótesis que los propios investigadores reconocen atrevida en Nature Communications, pero que no descartan.

La mandíbula, bautizada como Penghu 1, ha sido fechada como más joven de 450.000 años, aunque es más probable que perteneciera a alguien que vivió en algún momento entre los últimos 190.000 y 10.000 años. Tiene semejanzas con los restos parciales de Homo erectus hallados en la cueva Longtan en Hexian, en la parte continental de China, así como con anteriores fósiles de la misma especie. Si es así, el hallazgo sugiere que el erectus persistió tarde en Asia, pero esa no es la única posibilidad.

¿Un denisovano?

Los investigadores también barajan que Penghu 1 perteneciera a un miembro del misterioso pueblo de los Denisovanos, un pariente cercano de los neandertales conocido solo por el hueso de un dedo y dos dientes hallados en la Cueva Denisova en Rusia y por su ADN antiguo. Sin embargo, tampoco encaja del todo, ya que en ese caso Penghu 1 tendría un aspecto más primitivo de lo esperado.

Los científicos también valoran una hipótesis aún más espectacular, y es que pertenezca a un grupo distinto de humanos arcaicos, aunque reconocen que todavía no han reunido las evidencias suficientes para decir si podemos estar ante una nueva especie. Para llegar a una conclusión, necesitarían otras partes del esqueleto.

La investigación sugiere que había varios linajes humanos extintos, algunos más primitivos que otros, vivieron en Asia al mismo tiempo antes de la llegada de los seres humanos modernos hace 40.000 años, lo que incide en la idea de que la evolución no fue lineal, sino mucho más compleja y enrevesada de lo que creíamos.