inundaciones Brasil
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Un total de 877 personas murieron hasta hoy en la región serrana de Río de Janeiro, en tragedia que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, busca evitar con cambios en la estrategia nacional de defensa civil.

El último balance preliminar de las autoridades locales refleja el fallecimiento de 421 personas en Nova Friburgo, 355 en Teresópolis, 72 en Petrópolis, 22 en Sumidouro, seis en Sao José do Vale do Río Petro y una en Bom Jardim, los municipios montañosos fluminenses más afectados por el temporal del 11 de enero pasado.

La cifra de víctimas fatales puede superar ampliamente las mil 200 ya que más de 400 habitantes de la zona permanecen desaparecidos en la peor catástrofe natural de la historia de Brasil, la cual supera los 436 muertos en la ciudad de Caraguatatuba, en el litoral norte de Sao Paulo, en 1967.

Las delegaciones de la Defensa Civil en los territorios damnificados por las intensas precipitaciones confirman la existencia de más de 35 mil desalojados y desabrigados, encabezados por Teresópolis, con nueve mil 110 habitantes desplazados de sus hogares y seis mil 727 que perdieron sus casas.

Le siguen, Petrópolis, con seis mil 223 desalojados y 191 desabrigados, Nova Friburgo (tres mil 220 y dos mil 31, respectivamente), Sao José do Vale do Río Preto (dos mil 18 y 300) y Bom Jardim (mil 186 y 632). El resto están distribuidos entre Sumidouro, Areal, Santa Maria Madalena, Trajano de Moraes y Sapucaia, entre otros.

Al leer personalmente la víspera su mensaje al Congreso Nacional en la primera sesión de la 54 legislatura, la presidenta brasileña propuso la creación de un pacto social para erradicar la miseria en el país.

Sostuvo que ese acuerdo puede tener como símbolo el esfuerzo de su gobierno para que nunca más se repita la tragedia de las lluvias que robaron centenas de vidas y destrozaron los sueños de miles de familias en la Región Sureste en el inicio de 2011.

"Ningún país es inmune a los riesgos de tragedias naturales. Mas, en Brasil, no podemos esperar el próximo año, las próximas lluvias para llorar las próximas víctimas", subrayó.

Por ello, adelantó que determinó, junto a los ministros responsables, la implantación de un sistema nacional de prevención y alerta de desastres naturales, el cual, a partir de la conjugación de datos meteorológicos y geofísicos, permitirá advertir para que sean evacuados habitantes de determinadas zonas de riesgo.

Tras recordar que durante décadas se creó una cultura de que la Defensa Civil se limita a trabajar sólo en emergencias, Rousseff indicó que lo acontecido en la región serrana de Río de Janeiro muestra que eso no puede continuar así.

Invertiremos fuerte en la generación de datos confiables que puedan alertar a la población a tiempo y con precisión, apoyaremos a los estados en la identificación de las áreas de riesgo, realizaremos obras de prevención junto con los municipios y ofreceremos a los moradores de zonas afectadas la posibilidad de nuevas casas, afirmó.