En los tejados de las casas, sobre los coches, salpicada de pisadas aquí y allá sobre la acera. Encontrar nieve en Sibera no es nada fuera de lo normal y encontrar paisajes vestidos de blanco es de lo más frecuente. Sin embargo, los habitantes de la región rusa de Cheliábinsk no pudieron evitar sorprenderse al descubrir el color de los copos con que se levantaron a principios de este mes: la nieve era azul.

Nieve Azul / Blue Snow
© The Siberian Times/FishkiLa nieve azul descubierta en Chelyabinsk
El inusual color azulado de la nieve levantó la alerta en la citada ciudad rusa, donde algunos creyeron ver cierta relación entre el extraño fenómeno y el meteorito que cayó a pocos kilómetros del barrio residencial en febrero de 2013 y que causó casi 1.000 heridos. La alarma se extendió rápidamente ante el temor de que el tono azul de la nieve se debiera a alguna sustancia tóxica que hubiera emanado del suelo.

Nieve Azul / Snow Blue
© The Siberian Time/KudryonokLa nieve azul también en los tejados.
Además, algunos de los lugareños afirmaron que, tras llevarse a la boca la nieve azul, notaron un "sabor dulce", tuvieron dolor de garganta y sintieron un fuerte olor a hierro. En YouTube incluso puede verse un vídeo colgado por un ciudadano de Myassa en el que el agua que sale del grifo tampoco es transparente.


Por su parte, las autoridades han tranquilizado a la población porque el misterio ya ha sido desvelado: la nieve azul no es tóxica.

Al parecer el color azul con el que se tiñó provenía de un pequeño escape de colorante alimentario utilizado por una fábrica de huevos de Pascua que tiene su sede en una zona cercana.