Contraponemos mitos con realidades sobre la seguridad de los cosméticos.
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¿Es seguro un cosmético que está a la venta? Seguramente muchos de nosotros nos habremos cuestionado la seguridad de los productos que hay en el mercado y quizá hemos pensado que, solo por el hecho de que se comercialicen, ya son aptos. Pero a veces las noticias - como las de retiradas de cosméticos por contener ingredientes potencialmente cancerígenos - nos hacen abrir los ojos y hacen que dudemos de lo que comemos o, en tal caso, de lo que nos ponemos en la piel. Por eso hemos extraído del Grupo de Trabajo Ambiental (Enviromental Working Group) algunos de los mitos sobre la seguridad de los cosméticos que son vox populi.

Mito: La industria de los cosméticos asegura que todos los ingredientes cumplen normas de seguridad estricta.

La realidad: En los más de treinta años de historia, el Grupo de Revisión de Ingredientes Cosméticos (Cosmetic Ingredient Review) ha evaluado menos del 20% de los ingredientes cosméticos que hay en el mercado y se han encontrado solo once ingredientes o grupos de productos químicos que no son seguros.

Mito: El gobierno prohíbe las sustancias químicas peligrosas en productos de cuidado personal.

La realidad: Las empresas de cosmética pueden utilizar cualquier ingrediente o materia primera, a excepción de los aditivos colorantes y de algunas sustancias prohibidas, en productos cosméticos sin que el gobierno lo revise o lo apruebe. Por lo tanto, que un cosmético esté en el mercado no significa que esté exento de ser nocivo.

Según datos del Grupo de Trabajo Ambiental (EWG), más de 500 productos vendidos en EEUU contienen ingredientes prohibidos en productos cosméticos en Japón, Canadá o la Unión Europea. Cerca de un centenar de productos contienen ingredientes considerados peligrosos por la Asociación Internacional de Fragancias. El 60% de los protectores solares contienen la hormona potencial oxibenzona, disruptor que penetra fácilmente en la piel y que contamina los cuerpos de 97% de los norteamericanos. El 61% de las marcas de barras de labios contienen residuos de plomo.

Mito: Los ingredientes de los cosméticos que se aplican en la piel raramente entran en el cuerpo. Cuando lo hacen, los niveles son demasiado bajos para llegar a ser nocivos.

Realidad: Estamos expuestos a la contaminación ambiental y también a los cosméticos que nos ponemos, como a los químicos que nos tragamos de los pintalabios, por ejemplo. Diferentes estudios han evidenciado los riesgos que ciertos ingredientes presentes en los cosméticos pueden tener en la salud; por ejemplo, los ftalatos, los parabenos, el triclosán y los filtros químicos. Muchos son disruptores hormonales potenciales. Los estudios han encontrado problemas de salud en personas expuestas a ciertas fragancias y a los ingredientes de protectores solares, incluyendo un riesgo elevado de daño espermático y la feminización del sistema reproductivo masculino.

Mito: Los productos elaborados para los niños o etiquetados como "hipoalergógenos" son opciones más seguras.

Realidad: La mayoría de los reclamos de mercadotecnia cosmética no están regulada. En tal caso, se investigaron más de 1.700 productos de cuidado para la piel de los bebés y se encontró que el 81% de los productos marcados como "hipoalergógeno" o "suave" tenían sustancias que podrían producir alergias o irritar ojos y piel.

Mito: Los consumidores podemos leer las etiquetas de ingredientes y evitar los productos con sustancias químicas peligrosas.

Realidad: La ley permite a las empresas no mencionar en las etiquetas muchos de los productos químicos presentes en la formulación, incluidos los nanomateriales, los ingredientes considerados secretos comerciales y los componentes de la fragancia. Como fragancia pueden incluir cualquiera de 3.163 productos químicos diferentes que no es necesario que sean mencionado en las etiquetas. Diversas pruebas revelan que hay una media de catorce compuestos ocultos en la formulación que son disruptores hormonales potenciales.

Fuentes
  • Myths on Cosmetics Safety
  • Vídeo de Daniel Ortiz: La piel: Nutrición & Intoxicación