Una investigación realizada por investigadores del Instituto de Ciencia Weizmann (Israel), publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha hallado las primeras pruebas que demuestran que tres proteínas de una misma familia están implicadas en la regulación de la respuesta al estrés de los individuos y su capacidad para, después de una situación traumática, poder volver a la normalidad.

El doctor Alon Chen, del Departamento de Neurobiología de este instituto, sabía que la respuesta al estrés comienza en el cerebro y que una proteína miembro de la familia del factor liberador de corticotropina (proteínas CRF) inicia la cadena de acontecimientos que se registra cuando una persona logra manejar el estrés.

Los científicos pensaban que otros miembros de esta familia estaban implicados también en disparar este mecanismo y la investigación de Chen es la primera que ha logrado probar que tres miembros de esta familia --conocidos como urocortina 1,2 y 3-- son responsables de 'apagar' esta respuesta frente al estrés.

Para demostrarlo, estos científicos crearon ratones genéticamente manipulados que no producían estas tres proteínas. Antes de exponerlos a una situación de estrés, estos ratones actuaban de la misma forma que los ratones del grupo de control, sin demostrar una ansiedad inusual. Cuando los científicos estresaron a estos ratones, ambos grupos reaccionaron de la misma forma, demostrando claros signos de tensión. Las diferencias entre los grupos sólo aparecieron cuando siguieron a los animales 24 horas después del episodio de estrés.

Durante este tiempo, los ratones del grupo de control volvieron a su comportamiento normal, demostrando que se habían recuperado del shock. Sin embargo, los ratones manipulados genéticamente mostraban todavía los mismos niveles de ansiedad que los investigadores observaron inmediatamente después de su exposición a una situación estresante. Así demostraron que la urocortina es crucial para volver a la normalidad tras un episodio de tensión, pero desconocían cómo actúa.

Para identificar el mecanismo por el que funcionan estas proteínas, Chen analizó en ambos grupos los niveles de expresión de un grupo de genes conocidos por estar implicados en la respuesta al estrés.

Descubrieron que los niveles de expresión de estos genes permanecían constantes durante y después del estrés en los ratones manipulados genéticamente, mientras que los patrones de expresión genética en el grupo de control cambiaron bastante 24 horas después del episodio de estrés. En otras palabras, sin el sistema de urocortina, el programa de 'vuelta a la normalidad' no pudo ser activado. Según Chen, estos descubrimientos implican "que el sistema de urocortina juega un papel clave en la regulación de la respuesta al estrés, lo que podría tener implicaciones en enfermedades como los desórdenes de ansiedad, la depresión o la anorexia".