Imagina que fuera posible comunicarte con los animales mucho más allá de las simples palabras, de un modo más profundo del habitual, es decir, desde la voz del corazón, de "Alma a Alma". ¿Creerías que es realmente posible?
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Si has respondido afirmativamente, estás en lo cierto. Quizás en este momento te preguntes cómo y desde cuándo los seres humanos desarrollamos esta habilidad de comunicarnos con los animales desde el corazón. Pues bien, en lo más recóndito de cada uno de nosotros, existe una capacidad dormida llamada Telepatía y posiblemente desde el mismo momento de nuestro nacimiento, o incluso antes, los conocimientos referentes a la comunicación telepática ya se encuentran enteramente disponibles y a nuestro alcance.

A medida que crecemos, cuando entramos en el aprendizaje del "idioma" humano compuesto de reglas que rigen nuestra vida diaria, perdemos paulatinamente la capacidad de utilizar esas facultades naturales, que quedan cubiertas por nuestra necesidad de integración social. La telepatía en nuestro mundo humano es casi un "tabú" social o algo "que hay que olvidar" como la misma palabra, relegada constantemente al dominio de la ciencia ficción.

Pero, en realidad, los humanos nos comunicamos por telepatía con los animales mucho más de lo que creemos (incluso si no somos conscientes de ello), es decir, utilizando simplemente el pensamiento como medio de transmitir un mensaje que brota directamente desde el corazón. Así que la buena noticia es que esas facultades telepáticas en realidad nunca se pierden, podemos rescatarlas del olvido porque siguen viviendo intactas dentro de cada uno de nosotros.Y es por esa misma razón que los humanos también podemos captar aquello que el animal nos comunica, y lo hacemos de diferentes maneras: la telepatía a veces se nos "muestra" en forma de imágenes, sensaciones, emociones, intuiciones, incluso de palabras que pueden resonar desde el fondo de nosotros. ¡Es su Alma en comunicación continua e infinita con la nuestra!

¿Quién no ha constatado nunca que "curiosamente" cuando decide llevar a su compañero animal (sin decirle nada) al veterinario, éste se esconde no importa dónde, o bien su miedo o su aprehensión es tan fuerte que le hace orinar constantemente? Pues bien, de un modo implícito, él ha captado nuestro mensaje, no verbal, enviado a través del pensamiento: "Ven, tenemos cita con el veterinario para...".

Contrariamente a nosotros, los animales nunca pierden la capacidad de utilizar estas facultades innatas; de hecho, forman parte de su evolución como seres sociales e individuales, por ello las utilizan constantemente para comunicarse entre ellos y con nosotros (otra especie distinta a la suya, no lo olvidemos), o mejor dicho, siempre con nuestra Alma. De manera que, si el animal así lo desea (como regla obligatoria nunca se le forzará) podremos dialogar con él a un nivel físico e intelectual muy profundo y sincero, ya que ellos no llevan ninguna máscara "social" como todos nosotros llevamos, se expresan tal como son, sin dobleces ni hipocresía. Y lo más maravilloso es que esto ocurre incluso si no somos conscientes de ello, a menos que empecemos a prestar atención...sólo de este modo descubriremos un mundo lleno de posibilidades, porque los animales desean comunicarse con nosotros tanto como nosotros con ellos.

Es fácil imaginar todas las implicaciones que este tipo de comunicación puede tener en el campo terapéutico. Por eso, entre otras muchas cosas, es tan importante el hecho de "hablar" con los animales, explicarles y dejar que nos expliquen todo lo más importante en referencia a su bienestar físico y psicológico. De esta manera, aseguramos al animal una aclaración concerniente a su salud; sabrá que todo lo intentamos hacer por su bienestar. Le comprenderemos en su problema y nos comprenderá en nuestras intenciones.

Aceptando los anteriores preceptos, sólo hemos de ajustar nuestra mente y nuestros sentidos a recibir sus tentativas de comunicación con nosotros y de esta manera, comenzar a recibir todo lo que ellos nos quieren transmitir, sin juicios ni críticas. Porque la comunicación telepática con animales nos permite, no sólo entrar en contacto, si no también mantener un verdadero diálogo con ellos, de corazón a corazón.

Estos seres son grandísimos maestros y guías en nuestro día a día y en nuestra evolución personal y como especie... Así pues, la comunicación animal es una gran herramienta que nos puede permitir ayudarnos mutuamente en nuestro y su proceso evolutivo.