El Coliseo romano cuenta ahora con una de las plataformas de madera que en la antigüedad cubrían los pasillos subterráneos del circo. Esas estructuras consistían en jaulas elevables de las que salían las bestias salvajes que debían enfrentarse a los gladiadores.

La reconstrucción incluye el complicado sistema de poleas y cuerdas con el cual los esclavos subían las jaulas hasta el nivel de la arena para que se iniciaran los combates entre animales que entretenían al emperador y a los 50.000 espectadores que acogía el Coliseo. Según los cálculos de Gary Glassman, autor de un documental sobre el Coliseo, citado por el diario 'The Telegraph', para elevar las jaulas mediante unas ruedas, también recreadas, habría sido necesario aplicar la fuerza de ocho personas.
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© REUTERS/Tony Gentile

Los laberintos subterráneos han estado al aire libre durante aproximadamente 1.500 años, desde que se interrumpió la tradición de los combates, y las autoridades están dispuestas a conservar parte de estos pasillos tal como están. Sin embargo, a partir de esta plataforma y algunas más aún por construir, en los próximos años se creará un museo dedicado al mundo de los gladiadores.


"Una de las razones por las que nos atrae el Coliseo es la increíble violencia que tenía lugar aquí", explica el director de cine. Además de la escala de esta violencia, esta arena destacaba entre otras porque en ella no solo se organizaban las habituales luchas entre grandes felinos, sino que también participaban en sus crueles espectáculos ciervos, antílopes, jabalíes, avestruces, elefantes y rinocerontes traídos de África.