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Conoce qué hay más allá del "flechazo" de Cupido.
El amor es más fácil sentirlo que entenderlo. El enrojecimiento de las mejillas, la aceleración del corazón y la sudoración de las manos son síntomas claros de que Cupido ha lanzado sus primeras flechas, pero también de que el cerebro ha comenzado a liberar endorfinas, encefalinas y serotonina.

La acción prolongada de estas sustancias provoca falta de apetito y euforia, y hace que el individuo lo vea todo de "color de rosa", esté alegre y sienta que flota entre nubes.
Para los científicos, el enamoramiento es un complejo proceso en el que intervienen diversas sustancias cerebrales que provocan estados alterados de la conciencia, porque las emociones quedan fuera de control.

Aunque parezca increíble, este sentimiento es generado por las mismas células cerebrales que se activan al consumir alguna droga, aquellas que causan placer al comer o durante el juego compulsivo.

Así, para quienes se preguntaban cuál era el origen del amor y dónde se guardaba, la respuesta no es en el corazón, sino definitivamente en el cerebro, específicamente en el cerebro medio o emocional, y en la corteza.

De acuerdo con la doctora Herminia Pasantes Ordóñez, investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular, de la Universidad Nacional Autónoma de México, el sistema neuronal que procesa el enamoramiento se ubica en el llamado "circuito de recompensa", también conocido como "del placer".

Pero no sólo eso: la reacción que desencadena el amor recuerda el efecto adictivo de las drogas, pues se quiere estar todo el tiempo junto a la persona y el cerebro piensa constantemente en ella o él.

Sin embargo, aclara Pasantes Ordóñez, se ha descubierto que dicho lapso de intensa pasión tan sólo dura, en promedio, siete meses. Posteriormente se transforma y es probable que se procese en otros circuitos del cerebro.

Coctel de hormonas

El enamoramiento consiste en que miles de neuronas comienzan a mandar descargas eléctricas al cerebro y en el interior del organismo se liberan una serie de sustancias, estrechamente relacionadas con el despertar de una pasión:

Dopamina

Actúa en la fase de atracción inicial, indicándole al cerebro que está cerca la persona deseada; asimismo, incrementa el impulso sexual, estimula la búsqueda del placer, facilita el orgasmo y ocasiona que las personas se sientan bien.

Norepinefrina

Induce la producción de adrenalina, causante de que las pupilas se dilaten ante la vista del ser amado, y contribuye a que los latidos del corazón se aceleren.

Feniltelitamina

Genera felicidad y euforia que, además, puede incitar cierta "ceguera", ya que el enamorado se niega a ver los defectos de su contraparte.

Serotonina

Afecta al estado de ánimo, el cual tiene variaciones durante la fase del galanteo.

Oxitocina

Aunque es una hormona involucrada en la concepción, tanto hombres como mujeres la liberan durante el orgasmo, lo que contribuye a estrechar los lazos en la pareja.

Química del amor

En la cascada de reacciones emocionales hay electricidad y hay química, las que combinadas causan los signos del enamoramiento.

Vista y olfato

Aunque las personas con rasgos similares se atraen, se tiende a elegir el olor de aquellas que tienen un sistema inmunológico muy distinto.

Teoría de la correspondencia

"Cada cual busca la pareja que cree merecer". Parece ser que antes de que una persona se fije en otra, ya ha construido un molde de lo que desea.

Grupo sanguíneo

En la selección de pareja se dice que incluso influye el tipo sanguíneo, que provoca atracción entre las personas del mismo tipo y no de los demás.

Efectos

El cerebro, movido por las emociones, produce sustancias químicas que: elevan la autoestima, provocan euforia, alegría y energía, sin necesidad de tomar, inyectarse o fumar nada.

Tiempo contado

El efecto químico del amor no puede prolongarse durante mucho tiempo, entre otras cosas porque se moriría de extenuación.

Tras dos o tres años sus efectos desaparecen, sin apenas dejar rastro. Es entonces cuando se enfrenta la realidad y se aprecian los defectos que antes no se vieron.

Y es que el organismo se va haciendo resistente a los efectos de estas sustancias y toda la locura de la pasión se desvanece gradualmente y comienza entonces una segunda fase, llamada de pertenencia, que da paso a un amor más sosegado, con otra colección de químicos.