La pobreza y la desigualdad en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) afecta principalmente a la población infantil, ya que uno de cada siete niños que viven en la pobreza extrema es víctima de discriminación y tiene un bajo nivel de educación. Esto se ha dado a conocer en el V Foro Mundial de la OCDE en Guadalajara, Jalisco.
© Desconocido
La pobreza infantil es superior a la de la población general en la mayoría de los 34 países tomados en consideración. Debido a la crisis económica mundial, la tasa de pobreza infantil ha aumentado de dos tercios y el 10% de los niños viven en familias con padres desempleados.
Pobreza en aumentoActualmente la población infantil está pagando un precio muy elevado por la creciente desigualdad. Así lo constata el reciente informe de la OCDE
¿Cómo va la Vida?, que traduce en datos hasta qué punto puede ser distinta la infancia de unos y otros niños. La pobreza por ingresos afecta a uno de cada siete niños de la OCDE y el 10% vive en hogares con todos sus miembros desempleados. Desde el inicio de la crisis económica, la tasa de pobreza infantil ha aumentado en dos tercios en los países de la OCDE y supera a la de la población general en la mayoría de los países.
Tras analizar por primera vez el bienestar infantil, el informe ¿Cómo va la vida? destaca que en entornos más privilegiados los niños suelen tener mejor salud y su escolarización es más feliz. Los niños de familias más desfavorecidas, en cambio, afirman tener menos compañeros de clase que se portan bien con ellos y que les ayudan, y es más probable que sufran bullying en la escuela. Las cifras de satisfacción con la propia vida, de habilidades de lectura y resolución de problemas, de comunicación con sus padres y su intención de votar en las elecciones nacionales cuando sean grandes son menos positivas cuando se trata de niños de entornos menos favorecidos. La creciente desigualdad entre los padres, termina minando las oportunidades de sus hijos.
México, las cosas de mal en peor Según el informe, en México el ingreso familiar disponible promedio per cápita es menor que el promedio de la OCDE.
En comparación con los niños de otros países de la OCDE, los niños mexicanos enfrentan, en promedio, condiciones materiales de vida bajas, con una tasa de pobreza de ingresos de 25.8%. Sin embargo, desde 2007 México logró mejoras en la tasa de mortalidad de infantes, en la tasa de nacimientos en madres adolescentes y en la de bajo peso al nacer, la cual es menor que el promedio de la OCDE. México registra competencias de lectura bajas, entre los jóvenes de 15 años de edad. El 15.5% de los mexicanos de 15 a 19 años no trabajan ni estudian ni están en formación.
El mexicano José Angel Gurría, presidente de la OCDE, dijo que
"las políticas fallarán en construir una mejor sociedad si no toman en cuenta las necesidades de todos sus miembros, particularmente las de los muy jóvenes. La lucha contra la inequidad comienza al asegurar que todo mundo disfrute de oportunidades que les permitan desarrollarse en la vida, especialmente a una edad temprana".
Comentario: Cuando leemos que los niños están así de afectados en el mundo (y esto solamente representa a un porcentaje pequeño del mundo), podemos ver que el futuro no pinta muy bonito y que quienes deberían ser más protegidos y apoyados en su desarrollo, son los más castigados por este sistema salvaje.
Claro que debemos hacer lo posible para que todos tengan oportunidades iguales de desarrollo en la vida, pero si no se trabaja por llegar a tener una idea más clara de las causas de la pobreza y de su aumento, no hay mucho que se pueda resolver.
Mientras los que detentan el poder continúen favoreciendo solamente sus propios intereses a expensas del resto del mundo, lucrando con la miseria que permite generar grupos de gente desesperada que realizará trabajos por menos beneficios y en malas condiciones, gente que terminará cediendo su tierra para la extracción indiscriminada ante las promesas de una vida más cómoda que jamás llega... mientras haya quienes siguen lucrándose con el negocio de las guerras y la destrucción de países enteros, será difícil alcanzar ese mundo ideal donde todos tienen oportunidades iguales para crecer y vivir en las mejores condiciones posibles.
Lo bueno quizás sea que aunque casi todo parezca tan miserable, prevalece en algunos (e incluso entre los escombros) lo que nos hace humanos, es decir, la cooperación, la solidaridad, la empatía y la esperanza de forjar un mundo mejor. Tal vez, cada día se puede dar un pequeño paso hacia ese mundo en nuestras vidas, sumando de a poquito a los demás.
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Claro que debemos hacer lo posible para que todos tengan oportunidades iguales de desarrollo en la vida, pero si no se trabaja por llegar a tener una idea más clara de las causas de la pobreza y de su aumento, no hay mucho que se pueda resolver.
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