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Los agricultores peruanos enviarán semillas de 1.500 variedades de papas a la "Bóveda del fin del mundo" para salvaguardar el futuro del tubérculo.

Las papas, el cultivo no cereal más importante del mundo, han sido parte de la dieta humana desde hace unos 8.000 años. Pero las especies originarias del altiplano sudamericano están ahora en riesgo.

Las muestras serán guardadas en la "cápsula del tiempo" construida en el interior de una montaña en el ártico noruego que busca servir de búnker para los cultivos y protegerlos de desastres naturales y de la acción del hombre.

"La cultura peruana de la papa está bajo amenaza. El trabajo que empieza ahora garantizará la disposición de una increíble variedad de papas para el futuro", dijo Alejandro Argumedo, un científico que trabaja en el proyecto.

Parque de la Papa de Cusco

Las muestras peruanas que están siendo enviadas a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard en Noruega provienen del Parque de la Papa de Cusco.

La región andina es el lugar de procedencia de más de 4.000 variedades de papas. La colección del parque peruano ha atraído a agricultores de todo el mundo en búsqueda de características como resistencia a las plagas, sabores o propiedades nutricionales.

Sin embargo, el parque de Cusco se enfrenta a un futuro incierto pues los cambios en el clima del área podrían llevar a afectar a un sistema de cultivo tan dependiente de las condiciones atmosféricas.
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La bóveda está construida 130 metros en el interior de una montaña.
"El cambio climático hará que no puedan garantizarse los métodos tradicionales de mantenimiento de la colección", explicó Lino Mamani, dirigente del colectivo de los "guardianes de la papa".

"Enviar las semillas nos ayudará a tener un respaldo para nuestra valiosa colección. La bóveda fue hecha para la comunidad global y nosotros vamos a usarla".

La papa de la novia

Una de las variedades que será almacenada en el archipiélago Svalbard es la "papa de la novia". Su denominación tan inusual viene de los tiempos de los incas, cuando las novias tenían que pelarla para demostrar que tenían lo necesario para ser buenas esposas.

La bóveda de Svalbard, que abrió en febrero de 2008, fue diseñada para albergar muestras de semillas de todas las colecciones de especies cultivables del mundo.
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La región andina alberga 4.000 especies de papas.
Una capa subterránea de hielo y las piedra que rodean a la bóveda, construida 130 metros en el interior de una montaña, garantizan que las semillas permanecerán congeladas incluso en el caso de un fallo de energía.

El Fondo Global para la Diversidad de Cultivos, responsable de la instalación, la describe como "la última póliza de seguro para la alimentación mundial".

Según Cary Fowler, director ejecutivo del fondo, "el Parque de la Papa destaca el rol activo de las comunidades en crear y conservar la diversidad".

"Esta asociación demuestra la importancia crítica de la bóveda de semillas para respaldar los esfuerzos conservacionistas de todos los tipos".