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Un titular de hoy en la página web del diario británico The Guardian decía:
Asesinato en Estambul: se sospecha de la mano del Kremlin en un tiroteo a chechenos
"¡Oh, esos terribles rusos y el despiadado de Putin están usando de nuevo sus viejos trucos de ejecuciones extrajudiciales! ¡Nunca aprenderán lo que es la verdadera democracia! Al menos nosotros, el gran público occidental (y por lo tanto, los representantes de la "comunidad global"), hacemos que asuman las consecuencias de sus acciones al imponerles "sanciones" y al demonizarlos de manera histérica cada vez que vuelan cerca de Escocia."

Lo anterior refleja, más o menos, los pensamientos que hubieran sonado en el recipiente prácticamente vacío que es el cráneo del ciudadano promedio occidental mientras él o ella lee el titular de The Guardian. ¿Y qué más podemos esperar cuando todos los días se les arroja propaganda tan perniciosa?

Mire de nuevo el titular: "Asesinato". Bueno, ya ahí tienes una afirmación... ¡ASESINATO! ¿Y quién lo hizo? ¡Quién más sino el KREMLIN! ¿Y la víctima? ¡Los CHECHENOS! "¡Ay, no! ¡Esos pobres chechenitos que, si lo recuerdo vagamente, por décadas han estado tratando de zafarse de las garras avariciosas del actual imperio ruso/soviético! ¡No hay necesidad de leer más, tenemos toda la información que necesitamos!"

Los titulares son muy importantes para los empleados de las agencias de inteligencia que se hacen pasar por periodistas europeos de izquierda. En los titulares uno puede hacer lo que equivale a falsificar adrede los hechos y luego cubrirse las espaldas al incluir los detalles verdaderos en el contenido del artículo; a sabiendas de que el experto en noticias occidental promedio tiene la capacidad de atención de un pez sedado con drogas disociativas y, por lo tanto, no tiene la intención de hacer clic en el engañoso titular propagandístico.

A estas alturas ya habrá adivinado que, si bien el titular de The Guardian calumnia deliberadamente al gobierno ruso (y a "Putin") por "asesinar" (por enésima vez) a un (hipotético) inocente desafortunado, la verdad detrás de esta historia no es simplemente un poco diferente, sino que habita en un universo completamente diferente.

Edelgireyev
Un retrato conmovedor de uno de los terroristas del gobierno británico, cruelmente asesinado por el propio Putin.
Abra el artículo y, luego de leer unos pocos párrafos, comenzará a experimentar un cierto grado de disonancia cognitiva en relación con el encabezado. A la mitad del artículo, uno se da cuenta de que en realidad está leyendo los detalles de un evento que, de haber sido orquestado por las fuerzas británicas o americanas o francesas, ¡sería celebrado por la prensa occidental como otra victoria de nuestras valientes tropas en la interminable "guerra contra el terror"!

Para ahorrarle la molestia, aquí está la versión corta de los hechos pertinentes: Abdulvakhid Edelgireyev era un terrorista musulmán que se había estado escondiendo durante años en las montañas de Chechenia, desde donde realizó, o estuvo involucrado en, varios ataques contra civiles rusos, incluyendo los ataques suicidas en el metro de Moscú y el aeropuerto de Domodédovo. También prestó servicio militar a los nazis del Sector Derecho en Ucrania, matando a civiles en Donbás, y pasaba el rato con el Dáesh en Siria, donde gozaba de poder decapitar y masacrar a más civiles, mientras que de alguna manera encontró el tiempo para casarse con la hermana de la esposa de un alto comandante del Dáesh. En noviembre de 2015, fue asesinado a tiros en Estambul (Turquía es el refugio de los mercenarios del Dáesh) por un pistolero desconocido, pero probablemente ruso.

Preste atención a los antecedentes de este individuo. Estuvo en Chechenia, Donbás, Siria, y con el Dáesh. La única cosa que falta en esa biografía es que se mencione "agente de la CIA". La participación antirrusa de EE.UU. y el Reino Unido en Siria y Donbás, es (o debería ser) más o menos de conocimiento general. En cuanto a lo que pasó en Chechenia, eso es sólo una versión anterior de la misma historia. El presidente ruso de la República de Chechenia le dijo a Reuters en 2009:
"Estamos luchando en las montañas contra las agencias de inteligencia estadounidenses e inglesas. Ellos no están luchando contra Kadyrov, ni contra el islam tradicional, más bien están luchando contra el Estado soberano ruso".

Occidente buscar atacar tanto al Primer Ministro ruso, Vladimir Putin, y al país en su conjunto, al enfocarse en las regiones más débiles del país.

"Occidente está interesado en separar al Cáucaso de Rusia. El Cáucaso es la frontera estratégica de Rusia. Si llegan a tomar el control del Cáucaso, sería como dividir el poderío ruso a la mitad".

Cuando se le preguntó si estaba diciendo que había indicios de la participación de la CIA y el MI6 en el conflicto, dijo: "Por supuesto. Había un terrorista, Chitigov, que trabajaba para la CIA. Tenía ciudadanía estadounidense. Cuando lo matamos (yo estaba a cargo de la operación) encontramos una licencia para conducir estadounidense, y también todos los otros documentos eran estadounidenses".
Entonces, en vez de un titular que realmente refleje el contenido del artículo y la realidad del tema tratado; algo así como: "Comandante del Dáesh eliminado en la operación antiterrorista rusa en Turquía", nos obsequian el titular mencionado anteriormente de The Guardian, por un tal "Shaun Walker", en Estambul.

Me pregunto si a la hora de crear el titular, el Sr. Walker estaba siguiendo las órdenes de Erdogan, o simplemente del MI6. O, ya que tanto las autoridades turcas como las británicas claramente apoyan al Dáesh, ¿tal vez fueron ambas? ¿O simplemente la verdad es que el Sr. Walker es un cretino cobarde que es incapaz de pensar por sí mismo y solamente sirve para repetir la propaganda antirrusa y pro-terrorista del gobierno británico como un loro ignorante?

Sin duda es una situación lamentable y alguien realmente tiene que hacer algo al respecto. Por eso estoy pensando en que podría enviarle una palanca como obsequio para el Sr. Walker, al encargado de las oficinas de The Guardian en Kings Cross, Londres; con la sugerencia de que, antes de escribir otro artículo, utilice la palanca para quitarse la cabeza del trasero primero. Sólo así podremos esperar un periodismo honesto de él.