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Hasta 7.000 enfermedades están catalogadas como raras, es decir, que afectan a menos de 5 habitantes de cada 10.000. Genzyme es la biotecnología líder en este campo y por la que Sanofi-aventis acaba de pagar 14.820 millones de euros.

El presidente y consejero delegado de España y Portugal, el doctor Fernando Royo, explica en esta entrevista, mantenida durante el V Congreso Internacional de Medicamentos Huérfanos y Enfermedades Raras, organizado en Sevilla por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla, las claves para rentabilizar esta investigación de fármacos de alto coste y cómo se pueden crear redes de conocimiento para dar solución a los más de tres millones de pacientes afectados sólo en España y ... sin recurrir al doctor House.

¿Qué cree que puede ocurrir con la absorción del gigante francés? ¿Habrá cambio de rumbo?

Todavía se están definiendo los términos financieros y debemos pasar por una fase de integración de estructuras. El anuncio conjunto manifiesta que Genzyme será la división dedicada como área de excelencia a las enfermedades raras dentro del grupo Sanofi-aventis, por lo que cabe pensar que surjan nuevas oportunidades para seguir haciendo, con más recursos y aprovechando una infraestructura mayor, lo que ya se venía haciendo de investigar estas enfermedades.

¿Cuál es la fórmula para crecer y rentabilizar la investigación en medicamentos huérfanos?

Investigar y desarrollar medicamentos huérfanos puede ser rentable si, claro está, se tiene éxito y para eso hace falta un equipo sólido de investigadores y de desarrollo industrial para la fabricación. Con una investigación bien enfocada, aprovechando las ayudas financieras, que son más claras en el caso de Estados Unidos, es una oportunidad para pymes, y de hecho muchos de los medicamentos huérfanos que han surgido en los últimos años son de pequeñas empresas que han visto una oportunidad de negocio sin la barrera de entrada que supone entrar en hipertensión o depresión, donde hay ensayos de miles de pacientes y existe una competencia muy importante.

¿Y para su comercialización? ¿Cómo se orienta el marketing de productos tan complicados?

Nosotros tardamos mucho en hablar del producto, estoy hablando de los ultrahuérfanos, lo primero que hacemos es hablar de la enfermedad porque lo que hay que hacer es una campaña de concienciación para que el médico piensa en la posibilidad de que un paciente con tal o cual síntoma igual resulta que tiene esa enfermedad para la que existe un tratamiento. Si no piense en ella difícilmente va a pedir el diagnóstico.

A la hora del diagnóstico, ¿hacen falta más doctores House en España o existen buenos especialistas?

El doctor House sólo existe en la televisión. Veo la serie y me gusta, pero no me gustaría ser paciente de House porque tan importante como la ciencia es el aspecto psicológico y humano. Como es ficción no es posible que nadie se sepa todas las enfermedades raras, lo que en cambio es posible y necesario es aprovechar al máximo el escaso conocimiento y experiencia que hay para crear centros de referencia. Aunque el tratamiento cotidiano esté en manos del especialista que corresponda a un paciente, las pruebas que necesita para valorarlo sean remitidas a un centro de referencia y se haga una valoración correcta y sea ese centro quien oriente sobre las pautas a seguir.

¿Qué papel ocupan las autoridades sanitarias en este proceso?

Hay que colaborar con las autoridades para promover que se creen centros con las técnicas de diagnóstico para poder confirmar las enfermedades. Y ya en la prescripción, si la evidencia es sólida y el producto seguro, convencer al médico de prescribirlo no es el problema, es más hablar con los gestores sanitarios que suelen ser medicamentos de alto coste para ver quién afronta el reembolso, si el hospital o se habilita un presupuesto específico.

¿Puede el alto precio echar abajo todo en el último momento?

Me gusta recordar lo dicho por el ex director de la EMEA [Agencia Europea del Medicamento), lo absolutamente inaceptable es que la sociedad en su conjunto haga una inversión económica y de tiempo de centenares de personas durante 10 o 15 años intentando lograr un solución para esta enfermedad y cuando tenemos la solución y se demuestra que es eficaz y segura, no la utilizamos porque es muy cara, eso sí que es aberrante.

¿Y qué solución tiene este conflicto?

Entramos en el debate de en qué momento se debe hacer la valoración de coste beneficio de los medicamentos, si a posteriori o en estadios iniciales, si la relación de coste beneficio se considera inaceptable, hasta qué punto hay un deber moral o ético de seguir investigando o, mi opinión, quizás de buscar fórmulas alternativas de colaboración público privada para disminuir los costes y los riesgos y poder hacer viable el proyecto con menos beneficio.

¿Cree que hay que priorizar la investigación según la gravedad de la enfermedad?

No son los medicamentos huérfanos quienes cuestionan la sostenibilidad del sistema, pueden representar gastos muy relevantes a título individual que pueden plantear un problema de conciencia en cuanto la idoneidad de sus decisiones para un gestor. Pero esta decisión no debería recaer sobre las espaldas de ese gestor u hospital. La recomendación de la Comisión Europea es que este tipo de productos vaya a bolsas centralizadas donde hay un efecto de solidaridad, como el mecanismo que puede utilizar una aseguradora, donde se asume un siniestro importante porque hay otros asegurados que no requieren ningún tipo de asistencia porque sólo pagan por la garantía. Sí estoy de acuerdo en que debemos intentar ir avanzando en esquemas de precio reembolso que no den lugar a esos extremos, como los precios de reembolso per cápita. Reconozco también que algunos medicamentos son extremos y muy llamativos, pero hay que buscar fórmulas porque si no caeremos en el no lo utilizo porque es muy caro y entonces de qué ha servido todo el esfuerzo.

¿Sigue siendo España uno de los países que más tarda en aprobar el precio y autorización de los medicamentos huérfanos?

Ha mejorado y percibimos que se le asigna una cierta prioridad a poner el producto a disposición del paciente, aunque muchas veces se utiliza por vía de uso compasivo previo a la aprobación de precio. El proceso sigue siendo largo y normalmente depende de cuáles sean las discrepancias en la negociación. Estamos en la media de países europeos donde hay una negociación de precios. Si pediríamos como garantía algún mecanismo prioritario o una posibilidad contemplada en la ley del medicamento, como la autorización temporal de utilización.

¿Cómo les está afectando las demora en los pagos hospitalarios de hasta 600 días?

Se puede imaginar. Los retrasos están además empeorando. Es típico del sur de Europa. España siempre está en cifras muy significativas. En el norte de Europa es inconcebible. Los hospitales pagan a 30 días y cuando se retrasan sucede que el hospital, en este caso alemán, le envía una carta a la compañía pidiendo mil disculpas y lamentando que no volvería a suceder porque por un problema informático nos iban a pagar tres días más tarde. Es una carta para enmarcar.

Por último, ¿son las enfermedades raras la prueba del algodón de la responsabilidad social corporativa de la industria farmacéutica?

Las enfermedades raras pueden ser una vía donde volcar una cierta responsabilidad social corporativa, pero esto es un concepto más amplio y tampoco quisiera lanzar el mensaje de que las enfermedades raras es algo que sólo se pueda hacer en términos de mecenazgo sin oportunidades lucrativas, porque de hecho hay un problema real y puede ser una oportunidad de negocio para pymes que pueden aportar su conocimiento y la vía de acceso a mercados con medicamentos y tecnologías muy innovadoras. La responsabilidad social es retornar a la sociedad parte de los beneficios que estás obteniendo por distintas vías altruistas. Apoyar iniciativas con las enfermedades raras puede ser una de ellas, pero hay quizás más campo de actuación con los medicamentos olvidados para el tercer mundo, de hecho, participamos en iniciativas para el desarrollo de vacunas contra la malaria.