¿Quién se convertirá al crecer en un criminal o psicópata?

Las investigaciones actuales en genética y neurosciencia podrían apuntar a resolver esta pregunta, abriendo una gran cantidad de interrogantes éticas acerca de la culpabilidad, justicia y tratamiento.

"¿Existe realmente el libre albedrío, como asume la ley? El libre albedrío podría no ser tan libre como muchos pensamos", dijo Adrian Raine de la Universidad de Penssylvania,

Experimentos realizados por Raine han encontrado que al observar durante 20 años los cerebros de niños de 3 años, los científicos ya pueden distinguir signos de problemas potenciales en el futuro. Raine discutió esta investigación el lunes en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en Washington.

Quienes tienen una pobre función de la amígdala en esos años, registran más probabilidades de convertirse en infractores de la ley en el futuro.

La amígdala es un área del cerebro en forma de almendra, asociada con el miedo, y parece que una tendencia entre los criminales es que elcondicionamiento al miedo está dañado.


Los investigadores no midieron directamente la función de la amígdala en el escáner cerebral, pero utilizaron las respuestas al miedo por parte de los niños a un castigo anticipado.

De hecho, los psicópatas adultos parecen tener una amígdala 18% más pequeña que con los no psicópatas. Esta diferencia podría incluso explicar por qué los psicópatas carecen de remordimiento, miedo o culpa. Un dato interesante es que los criminales de cuello blanco incluso mostraron una función cerebral mejorada de toma de decisiones y otras habilidades cognitivas, de acuerdo a la investigación aún sin publicar de Raine.

También notó que una región cerebral llamada lóbulo frontal tiende a estar asociada con ser antisocial cuando su volumen es menor; como grupo, los hombres tienen un lóbulo frontal orbital menor que el de las mujeres, lo cual podría a ayudar a explicar porqué los hombres como un grupo tienden a cometer más crímenes que las mujeres.


Raine no está diciendo que esta sea una perfecta herramienta predictiva; no va a apuntar qué niño cometerá un crimen. Más aún, todos estos datos son correlacionales, lo que significa que no ha probado que estas anormalidades cerebrales causen comportamiento criminal. Pero no tiene mucho sentido que vivir un estilo de vida criminal cause una incapacidad para estar condicionado por el miedo, lo razonable es lo contrario.

Esto es también evidencia de que, lo que los psicólogos llaman "rasgos insensibles no emocionales" en la infancia, son factores de riesgo de convertirse en un psicópata. Esos rasgos incluyen falta de culpabilidad cuando se realizan actos incorrectos, ausencia de emociones o sentimientos, incapacidad para ayudar a alguien que lo necesite y maltratos hacia otros niños.

Una nueva investigación en el Journal of Abnormal Psychology, también presentada en la conferencia, analizó a más de 9,500 niños cuando tenían de 7, 9 y 12 años en el Estudio de Desarrollo Temprano de Gemelos en el Reino Unido. Los investigadores, dirigidos por Natalie Fontaine de la Universidad de Indiana, mostraron que los niños que tenían hiperactividad, problemas emocionales y para relacionarse con sus compañeros a los 12 años, tendían a tener niveles mayores de esos llamados rasgos insensibles no emocionales y problemas de conducta en la infancia temprana.

Debido a que los participantes eran gemelos, los investigadores fueron capaces de observar la genética y encontrar una heredabilidad en niños con altos niveles de rasgos insensibles no emocionales. Para las niñas con estos rasgos que no cambiaron mucho con el tiempo, los factores ambientales parecían ser más importantes.

Podemos observar estas asociaciones, pero la biología y la genética no son destino. Nunca existirá una manera perfecta y precisa de predecir quien crecerá para convertirse en un criminal, dijo Raine. Y 80% de los delincuentes juveniles no continúan infringiendo la ley cuando se vuelven adultos, dice Dustin pardini del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.

Pero al comprender mejor cómo se desarrollan estos comportamientos, se pueden ajustar intervenciones tempranas a las necesidades específicas, dijo Fontaine.

La pregunta que surge de todo esto es: Si los psicópatas son lo que son debido a anormalidades en el cerebro o influencias genéticas que ya se presentan en la niñez, ¿deberían ser castigados de igual manera que otros criminales?