Violentas réplicas obstaculizaron el sábado los desesperados esfuerzos por hallar sobrevivientes en la destruida ciudad neozelandesa de Christchurch, mientras la cifra de muertos subió a 123 y se piensa que continuará elevándose.

Los equipos de rescate de Nueva Zelanda y seis países, incluidos Estados Unidos, China, Japón y Australia, registraron los escombros de edificios destruidos en la ciudad y las áreas suburbanas más afectadas por el sismo del martes, pero hallaron sólo cadáveres.

"Es una triste mañana con la confirmación de la cifra de muertos ahora en 123 personas", dijo el alcalde local Bob Parker a periodistas.

El funcionario dijo que seguramente la cifra aumentará en los próximos días.

Entre los muertos hay ciudadanos de 20 países, entre ellos decenas de estudiantes de Japón, China, India y Taiwán que se encontraban en Christchurch para aprender inglés.

Las esperanzas de hallar sobrevivientes cinco días después del sismo se atenuaban con las réplicas de magnitud hasta 4.4 que derribaron mampostería e hicieron que los socorristas corrieran a resguardarse.

No se han hallado sobrevivientes desde el rescate de una mujer al mediodía del miércoles.

El número de desaparecidos aún supera las 200 personas, pero la policía ha dicho que seguramente esa cifra incluya cuerpos recuperados que todavía no han sido identificados.

En la ciudad, la búsqueda se concentraba en un edificio de una compañía financiera, de un canal de televisión local, en donde también había una escuela de inglés, y la catedral, pero las réplicas obstaculizaban la tarea.

"El trabajo tuvo que detenerse temporalmente mientras caía la mampostería", dijo el comandante de policía Dave Cliff.

Más de la mitad de los muertos fueron recuperados de las ruinas del edificio del canal Canterbury Television (CTV). Se cree que unas 65 personas, entre ellas estudiantes japoneses y chinos, están aún en el lugar, atrapados cuando los pisos cayeron uno sobre otro.

"Estamos quitando capa sobre capa de los escombros. Estamos buscando vacíos en los lugares donde podría haber sobrevivientes (...) desafortunadamente sólo hemos encontrado a los muertos", dijo el comandante de bomberos Jim Stuart Black.

Más de 600 socorristas registran la ciudad y las zonas más afectadas de los suburbios, donde los ductos de agua y alcantarillado rotos, las líneas eléctricas en el suelo y las cañerías de gas rotas hab vuelto grandes partes inhabitables, obligando a miles a huir.

Parker, el alcalde local, dijo que más de 340 casas en los suburbios del este de la ciudad, cerca del epicentro, habían sido marcadas con cinta roja para su demolición, mientras que un 40 por ciento de los edificios en el centro de la ciudad son inseguros para ingresar.

Las primeras estimaciones de pérdidas aseguradas han variado entre los 3 mil y 12 mil millones de dólares. El primer ministro John Key dijo que el fondo de desastres de la comisión de terremotos del país alcanzaba los 6 mil millones de dólares neozelandeses antes del sismo, con seguros sobre seguros vigentes y más respaldo del gobierno si es necesario.