11-s
Ahora están con nosotros... ¡Ahora están en contra de nosotros!
¿Recuerda el 11 de septiembre de 2001? Cada hombre, mujer y niño patriota en EE.UU. estaba listo para tomar las armas. ¡La atrocidad! ¡El atrevimiento! ¡Esto es la guerra! ¿Quién lo hizo? Los estadounidenses estaban conmocionados, traumatizados y necesitaban relajarse para pensar las cosas, pero su gobierno tenía una mejor idea: montar la ola de emoción deliberadamente creada sobre Medio Oriente, con la compañía del ejército de Estados Unidos, para atrapar al hombre responsable: Osama bin Laden. ¡Claro!

Unas semanas después de algunos reportes construidos apresuradamente y la cobertura de noticias en los medios masivos, toda la nación estaba, predeciblemente, pidiendo por la sangre no sólo de Osama, sino de todos esos terroristas negros de las arenas, jinetes de camellos con toalla en la cabeza, ¡donde quiera que estén! (O donde sea que el gobierno diga que puedan estar.) Quiero decir, ¡cómo se atreven! ¡Esto es AMÚRIKA!

¿Así que dónde estaba el tal Osama? ¿En su país natal, Arabia Saudita? ¡No! ¡Estaba escondiéndose en Afganistán con los talibanes! Los mismos talibanes a los que Estados Unidos patrocinó y armó en los 80 para mantener a los soviéticos fuera. Pero no piense mal, fue pura coincidencia que los ataques del 11-S llevaran una vez más a un involucramiento directo de Estados Unidos con la nación geopolíticamente estratégica de Afganistán, y por exactamente la misma razón, ¡no aceptamos ninguna de sus "teorías de la conspiración" aquí!

Así que sin más preámbulos, Afganistán fue bombardeada y ocupada por 15 años. ¿Trato hecho? ¡No! Saddam Hussein podría haber tenido algo que ver con eso también. Bueno, nunca me gustó el chico (porque los medios de comunicación me dijeron que no me gustara), ¿así que tenemos toda la razón para bombardear e invadir Irak y ocuparla durante 13 años también? ¿Quién es el siguiente? ¿Libia? Genial, nunca me gustó ese personaje Gadafi...

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Dubya visita a Arabia Saudí: 'Puedo usar esta espada para decapitar a un campesino? Oh hombre, ¡este país es demasiado bueno para ser verdad!
Pero el pueblo estadounidense desconocía el hecho de que, mientras todos estaban trabajando en contra de Osama, 24 miembros de la familia Bin Laden fueron evacuados de EE.UU. el 20 de septiembre del 2011, mientras que el gobierno estadounidense le estaba diciendo simultáneamente al pueblo estadounidense que Bin Laden era responsable por atacarlos.

Luego de 14,5 años, 2 millones de habitantes de Medio Oriente muertos y una serie de leyes draconianas que han convertido a los EE.UU. en un estado policial en espera (de que el interruptor sea encendido), y la misma Amúrika ha olvidado por completo el 11-S y los millones de muertos iraquíes, afganos, libios y sirios que pagaron, y siguen sufriendo, el precio de la manipulación de las masas del pueblo estadounidense al servicio de la protección y expansión del imperio estadounidense. Aunque, para ser justos, la mayoría de los estadounidenses probablemente todavía luchan para identificar Irak o Siria en un mapa del mundo.

La evidencia de qué tan lejos ha caído el 11-S por el agujero de la memoria fue vista recientemente en la reacción del pueblo estadounidense a la revelación de que las secciones redactadas del reporte del 11-S señalan a la Casa de Saud como cómplice en los ataques. Esta vez, no hubo gritos de "¡EE.UU.!¡EE.UU.! ¡EE.UU.!", ¡"Vamos a marchar!" u otras sandeces patrióticas, y aquéllos que esperaban un rápido "choque de pavor" sobre la realeza prominente que corta cabezas en Medio Oriente, fueron decepcionados. La respuesta, más bien, se generalizó hacia la indiferencia entre los que saben la historia (probablemente la minoría) y el "cállate, estoy viendo Keeping Up With the Kardashians," [Programa de telerrealidad llamado Las Kardashian en España] de aquéllos que todavía no pueden apuntar a Irak o Siria en un mapa del mundo.

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"¡Después de ti! ¡No, después de ti! ¡Ay, beso beso!"
¿Se pueden imaginar? Al fin, la posible prueba contundente para identificar al estado patrocinador y que siempretuvo que haber estado involucrado en llevar a cabo asaltos complejos en Nueva York y Washington... y a nadie le importa. Pero por otro lado, tal vez a nadie le debería importar. La suerte está echada, el trato está hecho. El 11-S sirvió a su propósito, también las personas de Estados Unidos y el mundo, cuando tiraron sus emociones y cuerpos atrás (o debajo) del gigante estadounidense liderado por oficiales del gobierno y el ejército de Estados Unidos carentes de un ápice de consciencia.

Entonces, ¿qué podemos hacer ante la tentadora posibilidad de que los saudíes puedan ser revelados como los culpables de ese indescriptible horror cometido contra los estadounidenses, y que los hizo cómplices de la matanza y tortura de millones de inocentes en tierras lejanas? No mucho. A lo que se reducen estas noticias no es a la posibilidad de decir la verdad sobre el 11-S, sino a un simple chantaje político, y otra vez todo se trata de Rusia.

En febrero, Rusia y Arabia Saudita acordaron congelar la producción de petróleo, frustrando así el ataque de inspiración estadounidense contra los precios del petróleo el año pasado que fue un intento directo por quebrar a Rusia. El problema con el plan desde el principio fue que se requiere una dosis generosa de autosacrificio por parte de Arabia en forma de una reducción drástica de sus ingresos del petróleo. Oh, por supuesto, los EE.UU. prometió a los saudíes todo tipo de cosas, pero la confianza es una cosa infinitamente rara en el mundo de la psico-política, y cuando EE.UU. dio luz verde para retirar las sanciones contra Irán el año pasado, permitiendo volver a los mercados internacionales del petróleo, los saudíes se enojaron seriamente (evidencia de esto se ve en el número de registro de las decapitaciones en Arabia Saudita el año pasado). Con el petróleo iraní en línea y empujando hacia su salida de pre-sanciones de 4 millones de barriles por día, los delirantes, chiflados misóginos en la Casa de Saud se enfrentan ahora a una disminución aún más de la cuota de mercado (y algunos menos Ferraris chapados en oro).

La amenaza ahora para EE.UU., por supuesto, es que los saudíes puedan estar teniendo ideas de dejar a un lado su relación amigable con el Tío Sam y, que Dios no lo permita, ¡voltearse en favor de Rusia, India, China e incluso Irán! De ahí la necesidad de la amenaza no tan sutil de la exposición de la participación saudí en el 11-S. Así que la respuesta a la pregunta "¿fue la familia real saudí cómplice de los ataques del 11-S?" es un "tal vez" definitivo. Todo depende de si sigue siendo o no el perro de ataque de Medio Oriente de los EE.UU. contra Rusia. Mientras tanto, los verdaderos autores son escrupulosamente ignorados.