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Esto es lo que acontece con las personas que padecen electrosensibilidad. De acuerdo a distintos estudios independientes, una de cada mil personas en el mundo presenta esta enfermedad, que se ve agravada por la creciente presencia de redes de WiFi y aparatos electrónicos.


Si b ien la Organización Mundial de la Salud no le ha otorgado el carácter de enfermedad oficial, millones de usuarios en todo el mundo denuncian presentar los síntomas propios de la electrosensibilidad o alergia al WiFi. Por lo que se conoce hasta ahora, esta afección surge luego de una exposición continuada a campos electromagnéticos y genera distintos efectos, como dolores de cabeza, vómitos y mareos constantes que se vuelven más intensos al acercarse a aparatos eléctricos.

Se la conoce también como enfermedad invisible, porque se sienten los efectos pero no se conoce la causa, y diagnosticarla es muy difícil para los médicos pues presenta síntomas comunes a distintas patologías. Lo curioso de esta enfermedad, aunque parezca extraño, es que después de consultar con varios doctores y no alcanzar un diagnóstico seguro, muchos de los afectados deciden buscar la causa de sus síntomas en internet.

Debido a que no es considerada una enfermedad oficial, a que las investigaciones sobre el tema son prácticamente nulas y a las grandes dificultades que impiden un diagnóstico rápido y seguro, quienes la padecen prefieren prevenir los síntomas en lugar de curarlos. Así, muchas personas deciden mantenerse alejados de las señales WiFi para evitar sus síntomas, aunque en la sociedad de la información ésta no es una tarea fácil pues hay redes en todas partes.

Los efectos de la electrosensibilidad se multiplican y se vuelven más severos a medida que las personas permanecen expuestos a los campos electromagnéticos. Evitarlas completamente parece imposible, pues implicaría modificar los hogares, dejar de lado los ordenadores, televisores y otros tantos electrodomésticos que usamos a diario, e incluso los que usan nuestros vecinos más cercanos o compañeros de trabajo.

Suecia ha reconocido y calificado a la electrosensibilidad como un motivo de discapacidad permanente e incluso hay protocolos específicos que prohíben la colocación de antenas en zonas donde pueda afectarse la salud pública. En Inglaterra y Francia se han generado ciertos reclamos por parte de la población que prometen ser atendidos a la brevedad, mientras que el número de afectados crece rápidamente a nivel mundial y espera por una solución que ya se ha demorado demasiado.