Si faltaba alguna calamidad que sufrir a los habitantes del noreste de Japón, la zona más afectada por el terremoto, este miércoles ha comenzado a nevar copiosamente. La agencia meteorológica ha anunciado que la temperatura puede bajar de los cinco grados en las prefecturas de Iwate, Miyagui y Fukushima.

Las condiciones complican la situación de los supervivientes, muchos de ellos ancianos, que han encontrado refugio en escuelas y otras instalaciones, y a los que falta agua potable, víveres y energía para poder calentarse.






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