"No quiero ser presidente. Estoy cien por ciento seguro. Cambiaría de opinión solo si el país se fuera a pique", afirmó Trump en 1990.
© AP Photo/ Wilbur Funches
En una entrevista a Playboy, recientemente vuelta a publicar por Filthy, Donald Trump expresó su propia visión sobre la buena gestión de EEUU. El magnate predijo casi todo salvo lo más irónico: supuso que sería candidato del partido demócrata.
Además, ya en 1990 Trump predijo el colapso de la Unión Soviética y opinó que la causa principal sería "la falta de firmeza" del primer presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov.
"Su sistema está desmoronándose. Pronto veremos la revolución en el país. Todo apunta a ello: las demostraciones y protestas... Para mi es problema de Gorbachov. No es lo suficientemente firme", expresó sus impresiones sobre la URSS después de las negociaciones en Moscú.
"Mi predicción es que [Gorbachov] será derrocado porque ha mostrado una debilidad extraordinaria", añadió.
El magnate se mostró muy crítico ante el tema de las armas nucleares afirmando que es el inconveniente más grande al que se enfrenta el mundo.
"Siempre he pensado en el problema de la guerra nuclear... Es la catástrofe suprema, el problema más grave al que se enfrenta el mundo y nadie se concentra en los aspectos básicos del problema. Parece a una enfermedad. Uno no cree que va a enfermarse hasta que se enferme", opinó Trump.En cuanto a las declaraciones del actual presidente electo sobre la necesidad de dejar de financiar la defensa de otros países en detrimento de la economía estadounidense, Trump se mostró mucho más coherente de lo que se podía suponer:
"Parte del problema es que estamos defendiendo a algunos de los países más ricos del mundo por nada... Somos el hazmerreír para todo el mundo por defender a Japón", afirmó Trump lo mismo que durante su campaña electoral del 2016, pero hace 26 años.
Comentario: Trump definitivamente consiguió resonar con la mayoría del electorado estadounidense, lo cual es una llamada de atención, pero no por las razones que se piensa. La enfermedad a la que Trump se refería entonces, ya fuese consciente de ello o no, suena definitivamente parecida a la descrita por Andrew Lobaczewski en Ponerologia Politica.
En 20 años lo único que ha conseguido EEUU es aferrarse de manera extrema a su enfermedad y profundizar su "condición". Hoy Estados Unidos se encuentra en una situación en la que casi ninguna de sus instituciones de autoridad se encuentra libre de un dirigente patológico. Y esto se puede ver reflejado en la profunda brecha entre los dirigentes y su población, y más claramente en la relación que mantiene la población con su fuerza policial.