La universidad belga de Mons organiza una experiencia única que permitirá a cualquier persona medir con rigor y seguridad la velocidad de la luz tal como lo hizo hace siglo y medio el físico francés Hippolyte Fizeau. Aunque el experimento no tiene ninguna utilidad científica, constituye una gran experiencia que no se ha repetido desde 1849.

luz velocidad
© RalfVetterle
El centro de divulgación de las ciencias y las técnicas de la Universidad de Mons, en Bélgica (UMONS) ha organizado este mes de enero una experiencia científica fascinante y lúdica, destinada a despertar en la sociedad el interés por la ciencia: medir de nuevo la velocidad de la luz.

El experimento no tiene por sí mismo ninguna utilidad científica, ya que desde 1983 está establecido que la velocidad de la luz es de 299.792,458 kilómetros por segundo, un valor que se ha convertido en una constante universal, así como la referencia para la unidad de medida que es el metro.

La primera vez que se determinó la velocidad de la luz en la Tierra fue en 1849, mediante un experimento desarrollado por el físico francés Hippolyte Fizeau en París, entre Suresnes y Montmartre, distantes entre sí 8.633 metros.

Lo que pretende el experimento de 2017 es repetir en mejores condiciones aquel experimento con la finalidad de dar al público la posibilidad de realizar por sí mismo la medida de la velocidad de la luz con toda seguridad, preservando la idea básica del experimento original de Fizeau, más de un siglo y medio después.

Fizeau utilizó una rueda con 720 dientes que gira a una velocidad conocida y constante. Por medio de un soplete de hidrógeno y oxígeno produce una luz muy brillante que se dispara a través de uno de los espacios que existe entre dos dientes de la rueda. El rayo de luz sale de su aparato, situado en Montmartre.

Este rayo de luz se dirige a un espejo situado a 8.633 metros de distancia, en el monte Valériene, que lo refleja de nuevo hacia la rueda dentada, haciéndolo pasar en su camino de vuelta por el mismo punto por el que ha pasado en el camino de ida. De esta forma Fizeau pudo deducir que la velocidad de la luz era de 313.000 kilómetros por segundo.

En aquellos años, tal como explica el CSIC, el paradigma científico consideraba la luz como un fenómeno ondulatorio y la velocidad de la luz se había medido únicamente por medios astronómicos, por lo cual sólo se conocía el valor de la velocidad de propagación en el vacío.

El experimento de Fizeau fue la primera determinación de la velocidad de la luz en la Tierra y tuvo gran importancia ya que, por necesitar distancias relativamente pequeñas, se pudo determinar la velocidad de la luz en el aire.

Nuevo experimento

Desde Fizeau, la experiencia de medir en la Tierra la velocidad de la luz no se ha repetido. En el experimento de 2017 se utilizará un sistema algo más sofisticado que el de Fizeau hace un siglo y medio, según los organizadores.

En este experimento, el disco dentado es sustituido por un disco estriado con numerosos huecos, la lámpara del siglo XIX por un láser de escasa potencia y el espejo por un reflector especial.

El láser será enviado desde el campanario de la localidad belga de Mons al centro de la Cultura Científica de Frameries, situado a 5,4 kilómetros del campanario. Será un láser verde de 5 milivatios (un milivatio es equivalente a una milésima de vatio). El disco estriado tiene 445 huecos y es capaz de dar 100 vueltas por segundo.

No es la primera vez que la Universidad de Mons organiza una experiencia de esta naturaleza. En 2013, sus ingenieros construyeron una réplica del péndulo de Foucault para que el público pudiera comprobar por sí mismo cómo la Tierra gira sobre sí misma.

La experiencia de replicar en Bélgica el péndulo de Foucault fue en gran éxito de público que ha animado a sus organizadores a popularizar otro experimento relevante en la historia de la ciencia, como fue la primera medida de la velocidad de la luz en el espacio terrestre.

Está dirigido a cualquier público, pero especialmente a estudiantes de bachillerato que podrán medir por sí mismos la velocidad de la luz, si el tiempo lo permite, en enero y febrero.