La amenaza de la Casa Blanca contra el Gobierno sirio sobre un supuesto ataque químico de Damasco también apunta a los aliados de Al-Asad, Rusia e Irán.

Nikki Haley
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El informe emitido el lunes por la Casa Blanca en el que advirtió al Gobierno sirio de la posibilidad de pagar un "alto precio" en caso de que lanzara "otro ataque químico", tenía por meta enviar un mensaje no solo al presidente sirio, Bashar al-Asad, sino también a las autoridades rusas y persas, ha afirmado este martes la embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Nikki Haley.

Durante su comparecencia ante el Congreso de EE.UU. ha manifestado su esperanza de que la amenaza de la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, obligara a Rusia e Irán a "pensarse dos veces" su apoyo a Al-Asad.

Asimismo, tras describir al mandatario sirio de "bárbaro", la titular norteamericana ha dicho que "no ve una Siria sana con Al-Asad a cargo".


Comentario: No hace mucho tiempo, la predecesora de Nikki Haley usó la misma palabra para describir las acciones de Rusia, a lo que la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, respondió:
Zajárova ha destacado que la embajadora estadounidense empleara el término "barbarie" cuando "desde el punto de vista histórico, (...) un bárbaro es alguien que no pertenece a un imperio y hoy en día solo tenemos uno" y ha recordado que las acciones de Washington en Irak y Libia fueron "lo más brutal que ha visto el mundo en la historia moderna".
Una respuesta que aún sigue siendo adecuada.


La nueva intimidación de Washington contra Damasco se produce después de que, en un caso similar, EE.UU. lanzara en abril ataques con misiles contra una base aérea siria en Al-Shairat, en la provincia central de Homs, tras acusar, sin presentar prueba alguna, a Siria de perpetrar un supuesto ataque químico contra la población civil en Jan Sheijun, en la provincia noroccidental de Idlib, que se saldó con más de 80 muertos.

Las autoridades sirias rechazaron la acusación afirmando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).

Moscú, por su parte, manifestó que lo ocurrido ni siquiera fue un ataque, al suponer que la tragedia en Jan Sheijun fue un montaje o resultado del bombardeo de la Aviación siria a arsenales donde los terroristas guardaban armas químicas.