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© ReutersUn soldado japonés busca cuerpos en Ishinomaki.
Miles de soldados en 120 aviones y helicópteros, así como 65 navíos, fueron desplegados en las costas.

Miles de soldados japoneses y estadunidenses lanzaron el viernes una gran operación aérea y marítima para recobrar los cuerpos de los muertos por el terremoto y el tsunami que golpeó la costa noreste de Japón hace tres semanas.

Según el último balance oficial, 16 mil 451 personas siguen desaparecidas, además de los 11 mil 578 muertos confirmados.

En la búsqueda de los cuerpos, las tropas japonesas y estadunidenses desplegaron 120 aviones y helicópteros y 65 navíos a lo largo de la costa noreste, donde casas, barcos, autobuses y trenes yacen aún dispersos bajo el fango.

Un total de 24 mil militares de los dos países aliados participan en esta masiva operación, que durará tres días, según la prensa japonesa.

"Vamos a concentrarnos en las costas, las desembocaduras de los ríos y los territorios aún cubiertos por el agua del mar", explicó un oficial de las Fuerzas Japonesas de Autodefensa, como se llama el ejército nipón.

"Los cuerpos que el mar se llevó se hundieron, pero deben salir a la superficie en algunas semanas", añadió el portavoz.

Las búsquedas no podrán hacerse sin embargo en un perímetro de 30 kilómetros en torno a la central accidentada de Fukushima Daiichi, donde el nivel de radiación es peligroso.

Unos mil cadáveres que yacen en la zona de evacuación en torno a la central de Fukushima no han podidos ser recogidos, informó el viernes la prensa.

Las autoridades habían previsto en un primer momento recuperar y sacar esos cadáveres fuera del perímetro de 20 kilómetros de donde fueron evacuados los sobrevivientes, pero luego reconsideraron ese plan, ya que los cadáveres se vieron "expuestos a fuertes niveles de radiaciones post mortem", según la policía.

Diversos problemas se plantean: descontaminar los cuerpos en el lugar haría aún más difícil su identificación posterior, y entregarlos tal cual están a sus familias acarrearía riesgos de contaminación radiactiva aérea durante su incineración.

El primer ministro, Naoto Kan, reconoció que la situación en la central de Fukushima "aún no está estabilizada".

Añadió que su gobierno está recurriendo a "todos los expertos" para ayudarlo, y destacó que la gente no se expondrá a ningún riesgo si sigue las consignas de las autoridades.

El gobierno reveló con anterioridad que se detectó un alto nivel del radiactivo yodo 131 en una napa de agua a 15 metros de profundidad bajo la central nuclear accidentada de Fukushima.

Este nivel es "10 mil veces superior" al límite de seguridad establecido por el gobierno, dijo a la AFP un portavoz de TEPCO, la empresa operadora de la central.

Además, en las muestras de agua de mar recogidas a 300 metros al sur de la central, el nivel de yodo radiactivo era 4 mil 385 veces superior a lo legal, indicó el jueves TEPCO.

La contaminación radiactiva, que ha causado ya la parálisis de las exportaciones nacionales de vegetales, productos lácteos y otros alimentos en ocho prefecturas, se ha propagado a la carne.

En tanto, el primer ministro de Japón, Naoto Kan, afirmó este viernes que su gobierno está listo para dar una larga batalla a fin de controlar el desastre en la planta nuclear de Fukushima, aunque reconoció que es díficil predecir el final de la crisis.

En rueda de prensa, Kan señaló que los japoneses no corren ningún peligro de ser expuestos a tasas peligrosas de radiactividad si siguen los consejos de las autoridades, aunque continúa la fuga de este tipo de material de la central que tiene dañados tres reactores.

La presentación de Kan ante los medios se produce cuando tropas estadunidenses junto con sus contrapartes japonesas iniciaron la mayor operación de búsqueda de al menos 16 mil desaparecidos tras el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo pasado.

"Estoy preparado para una batalla a largo plazo para estabilizar la planta nuclear de Fukushima y la ganaré", afirmó Kan.