Traducido por el equipo de Sott.net en español

Antes de mi viaje a Alemania para participar en la Cumbre del Grupo de los Veinte, me gustaría compartir algunas reflexiones sobre la cooperación en el marco del G20 con los lectores de
Handelsblatt, uno de los periódicos alemanes más populares y de mayor reputación.
Vladimir Putin
© Forbes
A lo largo de los años de su existencia, el Grupo de los Veinte se ha establecido como un mecanismo importante para alinear los intereses y las posiciones de las principales economías mundiales. Mediante una acción coordinada, el G20 contribuyó a la adopción de las medidas necesarias que no sólo ayudaron a superar la crisis financiera y económica, sino que sentaron las bases para mejorar la gobernanza mundial, que se ha visto en apuros por varias razones. Es importante destacar que, al trabajar juntos, hemos podido encontrar soluciones a una serie de problemas de larga data.

Por ejemplo, Rusia valora altamente los pasos prácticos para contrarrestar la erosión de las bases patrimoniales y el cambio de los beneficios hacia los llamados 'refugios seguros'. Todas las economías sufren estas prácticas. El comportamiento empresarial irresponsable de este tipo afecta la calidad de vida de millones de personas, lo que resulta en altos costos sociales.

La aplicación de la reforma de la regulación financiera es otro logro del G20. Por ejemplo, las regulaciones especiales para los bancos cuya bancarrota sería indeseable o demasiado arriesgada debido a su tamaño.

Por primera vez en la historia, los organismos de supervisión comenzaron a monitorear las transacciones en el sector financiero no bancario en la sombra. Las decisiones sobre los atributos clave para prevenir y superar las crisis del sector bancario, organizar el trabajo de las agencias de seguridad de depósitos y otras iniciativas han tenido un gran impacto.

Por supuesto, la creación del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) fue un gran paso adelante. Gracias a sus esfuerzos, la reforma de la regulación financiera adoptó una dimensión de todo el sistema y se convirtió en una rutina, mientras que el FSB se estableció como un importante socio del FMI en sus estudios regulares de evaluación de riesgos. La creación del FSB condujo a la aparición de estructuras similares a nivel nacional.

Incluso en el contexto de crecientes riesgos geopolíticos e incertidumbre, el G20 no se ha vuelto menos eficiente como una herramienta de gobernanza global. Esto se debe en gran parte a la excepcional responsabilidad demostrada por sus países presidentes en el cumplimiento de su misión. Hago mención de esto basándome, entre otras cosas, en la propia experiencia de Rusia, ya que nuestro país presidió el Grupo de los Veinte en 2013 y se benefició de un apoyo y aliento sustancial de todos sus asociados.

El éxito del G20 se basa en el respeto a las opiniones y posición de cada miembro, sin importar el tamaño de su economía y su lugar en el sistema monetario y financiero internacional. Las discusiones constructivas y la búsqueda del compromiso se han convertido en el estilo distintivo del G20, una ley no escrita de las relaciones, que su actual Presidente - Alemania - también está poniendo en práctica.

La próxima reunión del G20 en Hamburgo es una oportunidad para debatir cuestiones clave en la agenda mundial. Compartimos las prioridades de la Presidencia alemana y estamos dispuestos a ayudarlos a implementarlas, siempre que se mantenga esta continuidad.

Acogemos con beneplácito la decisión de ampliar el programa del G20 para incluir el desarrollo sostenible, el cambio climático, la lucha contra el terrorismo y la corrupción, la atención sanitaria, la migración y los refugiados. Es muy importante que el Grupo preste más atención a la economía digital como motor de crecimiento y un nuevo factor de gobernanza mundial gracias a la Presidencia de China en 2016 y a la Presidencia de Alemania este año.

Nos enfrentamos a varios retos importantes. Los viejos modelos económicos han agotado sus posibilidades. El proteccionismo se está convirtiendo en la norma, mientras que las restricciones unilaterales, políticamente motivadas, sobre el comercio y la inversión, así como la transferencia de tecnología, no son más que un proteccionismo enmascarado. Creemos que estas sanciones no sólo están condenadas al fracaso, sino que también van contra los principios de cooperación del G20 en beneficio de todos los países.

Confío en que sólo el comercio abierto basado en normas y estándares comunes puede estimular el crecimiento económico mundial y la mejora gradual de las relaciones interestatales. Tal como se establece en los principios fundamentales de las actividades de la Organización Mundial del Comercio.

El G20 está haciendo un sustantivo trabajo en la lucha contra el cambio climático. La actividad humana está aumentando considerablemente la carga sobre el medio ambiente del planeta y, por lo tanto, complica el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. Como país líder dentro del proceso climático internacional, Rusia ha superado sus compromisos bajo el Protocolo de Kyoto. En otras palabras, hemos compensado las crecientes emisiones en otros países y regiones. Consideramos el Acuerdo de París de abril de 2016 como un marco jurídico internacional fiable para un arreglo climático duradero y tenemos la intención de hacer todo lo posible para facilitar su aplicación.

En los últimos años, el G20 ha estado trabajando en el tema de la migración. Según la ONU, en 2017 los migrantes laborales remitirán más de 500 mil millones de dólares a los países en desarrollo. Esto es tres veces más que el volumen de la asistencia oficial para el desarrollo o la inversión extranjera directa.

El G20 ha estado trabajando en temas relacionados con la integración de los migrantes en los mercados laborales de los países de acogida, así como su adaptación cultural y protección social. Además, el G20 ha formulado decisiones este año que podrían ayudar a resolver el problema del desplazamiento forzado. Se basan en el fortalecimiento de la estabilidad regional y mundial y en el crecimiento económico de los países que están generando un número sin precedentes de refugiados.

La seguridad y el uso de las TIC [Tecnologías de la Información y la Comunicación - NdT] es un tema nuevo en la agenda del G20. Rusia siempre defiende el libre acceso a las tecnologías de la comunicación, incluido Internet. Consideramos muy importante proteger los derechos humanos en el espacio de la información. Al mismo tiempo, la libertad en la esfera digital, al igual que en cualquier otra, no debería en modo alguno ser sustituida por la permisividad y la impunidad. Esto conduce a conductas violentas que involucran a ciberdelincuentes, grupos de hackers y todos aquellos que invaden la privacidad de los individuos o la soberanía de los Estados mediante el uso de tecnologías de vanguardia.

Rusia, que fue uno de los primeros países en señalar el peligro de este desafío, ha estado abogando desde hace varios años por la celebración de acuerdos internacionales universales bajo los auspicios de las Naciones Unidas, llamados a combatir estos fenómenos negativos. Esperamos que esto evoque una respuesta positiva e interesada de otros países. La agenda del G20 también debe incluir temas de alfabetización digital, un elemento clave para proteger los derechos de los consumidores en el comercio electrónico.

Me gustaría señalar que las diversas oportunidades abiertas por la economía digital y el cambio a nuevos patrones industriales y tecnológicos simultáneamente aumentan la brecha en los niveles de desarrollo entre países ricos y pobres y agravan la desigualdad entre los diversos estratos sociales. Por lo tanto, nuestros esfuerzos deben centrarse en las personas, sus intereses y preocupaciones. Considero que esto es una prioridad clave para las actividades del G20.

Obviamente, el G20 puede hacer una contribución importante para fortalecer la estabilidad de la economía mundial y mantener su desarrollo equilibrado. Sólo actuando juntos y uniendo nuestros esfuerzos podemos superar los actuales desequilibrios, asegurar un crecimiento sostenible, desarrollar normas de comercio y competencia justos, reducir la pobreza y resolver problemas sociales agudos.

La delegación rusa participará activamente en los trabajos de la cumbre de Hamburgo, la cual estoy seguro de que será muy productiva. Deseo a nuestros colegas alemanes todo el éxito en la organización de la cumbre. Y, por supuesto, nos uniremos a nuestros socios del G20 para implementar los acuerdos que se alcanzarán en la reunión.

En conclusión, quisiera desear a todos los lectores de Handelsblatt y a todos los alemanes salud y prosperidad.