Dina al Assad, jefa adjunta de la Media Luna Roja, ha denunciado que la coalición internacional liderada por los Estados Unidos ha utilizado bombas de fósforo blanco en un bombardeo contra la ciudad siria de Raqa. Sucedió durante la noche del pasado jueves, y la mortífera coalición lanzó más de 20 proyectiles que destruyeron generadores eléctricos, ambulancias y distintas áreas del recinto de un hospital.
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La responsable de la Media Luna Roja ha asegurado que en el hospital bombardeado no hay terroristas del Estado Islámico. Por el contrario, señaló que la instalación hospitalaria presta sus servicios sanitarios a más de 100.000 personas de la ciudad y sus alrededores.

Se da la circunstancia de que raqa ya había sido bombardeada anteriormente por la coalición internacional con bombas de fósforo. Fue el pasado 8 de junio. En aquella ocasión, los agresores se defendieron diciendo que el empleo de fósforo blanco lo llevaron a cabo con el beneplácito de las normas internacionales y, de cínica manera, añadieron que se tomaron todas las precauciones para con la seguridad de la población civil; extremo éste desmentido por las palabras de Steve Goose, director de la División de Armas de HRW.

Este individuo denunció que es indiferente como se use el fósforo blanco, porque lo cierto es que su utilización implica un "alto riesgo de horrorosos daños duraderos en ciudades densamente pobladas como Raqa y Mosul y otras áreas con concentraciones de civiles".