russia ban olympics
De acuerdo con los resultados más recientes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) (2014), los principales infractores deportivos del dopaje son los siguientes: Rusia (148), Italia (123), India (96), Bélgica (91), Francia (91), Turquía (73), Australia (49), China (49), Brasil (46) y Corea del Sur (43).

Lo que no ha quedado claro es que estas cifras abarcan todos los deportes, no sólo los olímpicos. Como ejemplo, de las 49 ofensas cometidas en Australia, 20 de ellas ocurrieron en la liga de Rugby. ¿Debería eso utilizarse para decidir si se debe prohibir o no la participación de Australia en los Juegos Olímpicos? Obviamente no.

Lo que tampoco se ha dejado claro es que es irrelevante considerar el número absoluto de transgresiones de cualquier nación al tomar una decisión sobre si imponer o no una prohibición. Sería de esperar que Estados Unidos, por ejemplo, tuviera un número más alto de atletas dopados que Fiji, porque tiene muchos más atletas que esa pequeña nación. Del mismo modo, tiene sentido que Rusia tenga más atletas atrapados en dopaje que, por ejemplo, Bolivia.

Los números reales

Cuando observamos las infracciones de dopaje cometidas por países en los deportes olímpicos, y el número de atletas que envían a los Juegos Olímpicos, encontramos lo siguiente:

Italia: 104 ofensas con 284 atletas; Rusia: 91 ofensas con 436 atletas; India: 67 ofensas con 83 atletas; Francia: 50 ofensas con 330 atletas; China: 46 ofensas con 396 atletas; Turquía: 35 ofensas con 114 atletas; Brasil: 31 ofensas con 258 atletas; Irán: 29 ofensas con 53 atletas; Sudáfrica: 27 ofensas con 125 atletas; Bélgica: 25 ofensas.

Haga las cuentas usted mismo; según estos números oficiales, Italia es el país con más ofensas, y de un grupo más pequeño de atletas que Rusia. India tiene un índice de ofensas más alto que Rusia, al igual que Turquía e Irán. Mientras tanto, Sudáfrica y Bélgica tienen prácticamente el mismo índice de dopaje positivo que Rusia.

Uno de los cargos es que el Ministerio de Deportes ruso aprobó el dopaje. Si es así, ¿por qué habrían hecho un trabajo tan malo como para tener menos infractores que Italia? ¿Participó el Ministerio de Deportes italiano en el dopaje italiano? De no ser así, ¿cómo podría Italia tener tantos atletas dopándose sin que su Ministerio de Deportes lo supiera?

Además, ¿quién recuerda los nombres de Tyson Gay, Tim Montgomery, Justin Gatlin, Dennis Mitchell, Shawn Crawford y Carl Lewis? Sí, todos los velocistas de 100 metros de EEUU, todos ellos han llegado a la final en los últimos cinco Juegos Olímpicos (de verano), y algunos "ganaron" la medalla de oro. ¡Seis velocistas estadounidenses fueron sorprendidos dopándose en la misma disciplina durante décadas!... ¿Y su Ministerio de Deportes no sabía nada?

¿O quién recuerda al equipo de natación chino de los años 90? ¿O el equipo de esquí austriaco de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006? Ninguno de estos Ministerios de Deportes sabían nada del dopaje masivo, pero aún así en cada caso de dopaje que afecta a Rusia, ¿siempre estamos tan seguros de que el Ministerio ruso estaba al tanto?

A pesar de estas obvias preguntas desconcertantes, todo el equipo ruso de atletismo fue expulsado de las Olimpiadas de Verano el año pasado y, justo ayer, todos los atletas rusos fueron expulsados de las próximas Olimpiadas de Invierno. Este es un castigo colectivo sin precedentes. Ni siquiera Alemania del Este sufrió una prohibición general durante los 60s, 70s o 80s.

En contraste, la revelación del año pasado de que innumerables estrellas del deporte occidental están dopadas hasta la médula, y que sus respectivas autoridades deportivas les han proporcionado durante años "exenciones" cuasi secretas y éticamente dudosas para cubrir sus prácticas de dopaje, apenas han hecho mella en sus reputaciones, sus billeteras y su continua participación en los deportes.

El hombre que vendió su alma

Así que, ¿cómo llegamos aquí?

Como ya es costumbre siempre que se trata de sancionar a Rusia sobre la base del testimonio de un personaje sospechoso, la prohibición de Rusia de los acontecimientos deportivos llega a raíz de las afirmaciones hechas por un tal Grigori Rodchenkov. Huyó de Rusia en 2015 a EEUU (¿a dónde más?), donde soltó la sopa acerca de un supuesto programa de dopaje durante las Olimpiadas de Invierno de 2014 en Sochi.

Lo extraño es que Rodchenkov ha estado acusando a otros de lo que él mismo ha hecho de la manera más flagrante.

Como jefe del laboratorio antidopaje de Moscú aprobado por la AMA, Grigory Rodchenkov fue responsable de manipular las muestras de atletas rusos y desarrollar un cóctel de tres medicamentos de sustancias prohibidas que mezcló con licor y vendió para beneficio personal a atletas rusos que compitieron en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014. Según un investigador del tribunal de la ciudad de Moscú, prescribió muchas de estas drogas como "vitaminas" a atletas sin que éstos fueran conscientes de ello. Durante los años anteriores, Rodchenkov y su hermana Marina también se ocuparon de vender PEDs (Drogas para el Incremento del Desempeño, por sus siglas en inglés) a cualquier otra persona que estuviera dispuesta a pagar. En 2011, los dos Rodchenkovs fueron detenidos y declarados culpables de tráfico de drogas. Marina pasó 18 meses en prisión mientras que Grigori escapó de la cárcel alegando demencia, y pasó tiempo en el hospital psiquiátrico de Kashchenko.

En 2015, dos "denunciantes", la ex corredora rusa de 800 metros Yuliya Stepanov y su marido, entrevistaron y grabaron a Rochenkov hablando de dopaje en las Olimpiadas de Sochi, sin que él lo supiera. En febrero de 2016, supuestamente "temiendo por su seguridad", Rodchenkov huyó a los Estados Unidos, donde actualmente forma parte de un programa de protección de testigos. Los Stepanovs también están emplazados en algún lugar de la Tierra de los Libres.
Grigory Rodchenkov
Criminal, traficante de drogas y ahora, "denunciante" anti-ruso protegido por Estados Unidos.
Las alegaciones de Rodchenkov fueron la base del informe de dos partes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) escrito por el abogado canadiense Richard McLaren, que condujo a la prohibición de todos los atletas rusos de pista y campo de los Juegos Olímpicos de verano en Río de Janeiro en 2016, y a la reciente prohibición general de los próximos juegos de invierno en Pyongyang. Dada su historia criminal, no es de extrañar que Rodchenkov haya intentado implicar al "Kremlin" en lo que probablemente era un plan criminal, en gran medida, de su propia creación.

Hace un par de días, la cadena NTV rusa emitió extractos de un video en el que Rodchenkov revela detalles que no se encuentran en ninguna cobertura mediática occidental de la historia acerca del "dopaje ruso". En un vídeo Rodchekov dice que "no le importa la lucha contra el dopaje" y que planea "¡destruir todos los deportes olímpicos de Rusia por los próximos cinco años!" En otro vídeo admite que es una "persona terrible" que ha "vendido su alma" y ha "[cometido] todos los pecados excepto la pedofilia, la homosexualidad y el narcotráfico", y se jacta de que su "caro" apartamento en Los Ángeles y su coche deportivo último modelo, Infiniti, están pagados "en su totalidad". ¿Por quién? No dice, pero podemos imaginarlo fácilmente.

Guerra cultural contra Rusia

Cuando el gobierno estadounidense se dio cuenta de que ya no podía intimidar militarmente a Rusia hace unos años, decidió intentar librar una guerra económica contra el país. Cuando ese esfuerzo también fracasó, los creadores de la realidad en Washington pensaron que podrían forzar a los rusos a volver al rebaño iniciando una campaña de desprestigio global. Desde los derechos de los homosexuales, pasando por el hackeo de las elecciones hasta los acontecimientos deportivos, nada está fuera de discusión cuando se trata de difundir falsas acusaciones sobre el "mal" que supuestamente son Rusia y su pueblo. ¿Tendrá éxito Washington ahora que ha fracasado repetidamente? Probablemente no.

Mientras que esta satanización selectiva de los atletas rusos puede ayudar a manchar la imagen de Rusia en las mentes de la gente común y corriente, aquellos que saben lo desenfrenado que es el dopaje en casi todos los deportes profesionales del mundo (en particular en Estados Unidos) tendrán dificultades para ver que el dopaje ruso -' estatal' o de otro tipo - sea algo más que una práctica común y corriente. En la misma medida, la gente informada verá esta ofensiva de propaganda negra por lo que es: convertir al deporte en un arma en la guerra geopolítica emprendida por Estados Unidos contra Rusia.

Del mismo modo, la mayoría del pueblo ruso no se dejará engañar, y si el gobierno estadounidense (que está claramente detrás de esta medida) espera sembrar el sentimiento antigubernamental en Rusia, se decepcionará. Por el contrario, los intentos flagrantes de aislar a Rusia mediante tácticas infundadas servirán simplemente para convencer a los rusos (y a todas las personas racionales del mundo) de que Estados Unidos y sus agentes son tramposos, cínicos y arrogantes, y que nunca juegan limpio. Por eso debemos tachar este "escándalo de dopaje ruso" como una victoria pírrica más para el decadente Imperio del Caos.