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© Toronto PrideJustin Trudeau indicando a sus seguidores el lugar dónde se encontraba su corazón
"Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu mano derecha." Mateo 6:3
Se dice que un genio es alguien que puede tener dos ideas contradictorias en mente al mismo tiempo y aun así retener la capacidad de funcionar. Pero una persona que no sólo tiene en mente dos ideas contradictorias al mismo tiempo, sino que además actúa sobre ellas, es obviamente un idiota. El primer ministro canadiense Justin Trudeau es un idiota.

Cuando no está enviando señales de virtud ("virtue-signaling") sobre diversidad e inclusión, fingiendo ser feminista, posando para fotos con mujeres en topless, pagando más de 10 millones de dólares a terroristas convictos, pidiendo disculpas a varios grupos minoritarios por cada injusticia concebible que la historia pueda haberles causado, y tratando de reintegrar a combatientes del Estado Islámico en la sociedad canadiense, le gusta vender armas de guerra.

Esta semana, CBC News ha informado que el gabinete liberal de Trudeau ha dado luz verde para que los contratistas canadienses de defensa vendan armas a Ucrania, un país que actualmente mata a su propia gente:
El país de Europa oriental en guerra ha sido añadido a la lista de control de armas de fuego automáticas de Canadá.

La decisión se tomó el 23 de noviembre, según una orden del gabinete publicada en línea.

Se dio a conocer públicamente el miércoles, mientras la Cámara de los Comunes se preparaba para el receso de Navidad.

La prolongada petición del gobierno ucraniano fue un tema de la reunión del otoño pasado entre el presidente Petro Poroshenko y el primer ministro Justin Trudeau.
Que Ucrania esté actualmente bajo el control de fascistas (reales) y que las armas hechas por Canadá serán usadas contra civiles para apuntalar el increíblemente corrupto e ilegítimo gobierno de Ucrania, no parece molestar al primer ministro canadiense.

No es de extrañar que los reporteros de izquierda de la cadena CBC continúen la historia usando la palabra "anexo" para describir la elección abrumadoramente democrática de Crimea de unirse a la federación rusa en 2014.
La medida sitúa a Canadá por delante de Estados Unidos, que ha estado considerando su propia venta de armas.

En una declaración, la ministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, dijo que la decisión refleja lazos más estrechos entre Canadá y Ucrania.

Sin embargo, se espera que enfurezca tanto a los grupos de derechos humanos que presentaron una petición en su contra como a Rusia, que anexó Crimea en 2014 y ha sido acusada de apoyar a las fuerzas separatistas en el este de Ucrania.
Uno pensaría que estos periodistas podrían leer un diccionario o tesauro de vez en cuando para encontrar otra palabra que describiera con precisión lo que ocurrió en Crimea, pero desafortunadamente, eso contradeciría la narrativa que habla de los "malvados rusos," que los gobiernos occidentales han cultivado cuidadosamente durante tanto tiempo.

En cualquier caso, oficialmente Canadá y EEUU han entregado, hasta este punto, sólo armas "no letales" a Ucrania (aunque los 10.000 ucranianos muertos en las repúblicas separatistas de Luhansk y Donetsk pueden disputar ese calificativo). Vale la pena señalar que al dar luz verde a la venta de armas pesadas (y definitivamente letales) a Kiev, fue Trudeau, y no Trump, quien cruzó el umbral primero. A juzgar por el constante número de informes noticiosos que citan "fuentes anónimas del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU", Trump ha sido perseguido incesantemente por sus asesores durante los últimos meses para enviar a Kiev lo que quiera, pero su propuesta aún se encuentra en su escritorio y sigue sin ser firmada.

Además de este reciente anuncio de comenzar a vender armas de guerra a Ucrania, el año pasado el gobierno canadiense firmó un acuerdo para vender vehículos militares de combate por valor de 15.000 millones de dólares a Arabia Saudí -que también está matando a su propia gente -, convirtiendo a Canadá en el segundo mayor traficante de armas de Medio Oriente.

Arabia Saudita, un notable exportador de terrorismo, está involucrada el genocidio en curso en Yemen, y ha sido descrito como "el peor de los peores" en lo que se refiere al respeto de los derechos humanos.

Basta con ver cómo trata el régimen saudí a sus mujeres y a la minoría LGBTQ+ dentro del país para darse una idea de lo "progresistas" que son.

El hecho de que el primer ministro canadiense Justin Trudeau pueda hablar sin cesar de clichés sobre "paz, aceptación y tolerancia" que en realidad no significan nada, y al mismo tiempo arme deliberadamente a regímenes asesinos con armas de guerra, es una asombrosa demostración de ignorancia, mendacidad e hipocresía, y es testimonio del hecho de que, para este líder, "las acciones hablan más fuerte que las palabras".

Gad Saad quote
© Gad Saad
"Justin Trudeau es un desastre total en muchos, muchos frentes. Y no digo esto para faltar el respeto ni por ser grandilocuente de modo alguno, pero genuinamente soy sincero cuando digo lo siguiente: Si tomara al estudiante universitario absolutamente más tonto de mis 23 años de carrera profesional, ese estudiante sería aproximadamente 100 veces más listo que Justin Trudeau.

"Éste es un tipo que hasta que tuvo cuarentaitantos años, su logro más grande era haber sido un esquiador de tabla de nieve y un maestro sustituto de drama. Y ahora es el líder de uno de los países occidentales más importantes del mundo.

"Nunca ha dicho una sílaba, ni una una sola sílaba, que no fuera un grotesco cliché de estupidez."

- Profesor Gad Saad
(en el show de podcast de Gareth Cliff)