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© Desconocido
Hace unos días recibí este emotivo correo de un padre preocupado por haber medicado a su hijo con peligrosos medicamentos para una enfermedad que, por decirlo de una manera suave, es cuando menos polémica:
Buenas noches, mi nombre es Jordi Badía y soy padre de un niño al que diagnosticaron Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactivdad (TDAH) con cuatro años, lo medicamos un año y lo dejamos porque cuando tomaba la pastilla parecía otro, parecía un extraño. Nos quedamos solos hasta que decidimos escribir nuestro blog. Hoy en dia tiene dificultades con el aprendizaje que va superando y el TDAH está completamente descartado (ya tiene ocho años).

Me ha costado, pero ya no me creo el cuento del TDAH y no comprendo cómo pude darle algo tan horrible a mi hijo (metilfenidato y risperiona con solo cuatro años). Mantengo contacto con muchas personas a través de mi blog y es exagerado la cantidad de niños diagnosticados con TDAH erróneamente, últimamente recibo muchos casos de niños con altas capacidades etiquetados de TDAH. Cuando se decubre que el diagnóstico estaba equivocado ni le pedimos explicaciones al médico que se equivocó.
Bueno quería presentarme un poco antes de comentarle lo siguiente. Seguro que no le digo nada que no sepa, pero le dejo un enlace de mi blog donde explico la relación (familiar) entre la Fundación ADANA, que es una asocición de familiares de niños con TDAH, y Laboratorios Rubió. Quizá piense que no hace falta mucho para establecer esta relación pero para mí fue muy importante porque el dia que la establecí perdí la poca inocencia que me quedaba. ¡Con razón me insultan cada vez que hago un comentario en una de estas asociaciones!

Aunque hace tiempo que le sigo, hoy vi una charla suya en la que hablaba de las subvenciones que reciben estas asociaciones de parte de las farmacéuticas y pensé en este caso. Espero que retome el tema del TDAH, muchos niños sufrirán hasta que todo el mundo se de cuenta de lo que les estamos haciendo.

Me encanta su trabajo, pero ojalá no tuviera que hacerlo, significaría que vivimos en un mundo honrado donde nadie hubiera arriesgado la salud de mi hijo por unas vacaciones en Disney.
Queda difundida la carta de Jordi. Por nuestra parte vamos a contactar con el laboratorio para saber si pueden comentarnos algo al respecto.

Más info: En los libros Traficantes de salud, La salud que viene y Laboratorio de médicos.