Emmanual Macron
© Reuters Christian Hartmann/File Photo
Este año, el presidente francés Emmanuel Macron ha declarado que tomará medidas enérgicas contra las "noticias falsas" con nuevas leyes que prohíben la publicación de información "ofensiva".

La pregunta es: ¿quién decide cuáles son "noticias falsas"? El gobierno francés. Esto significa que cualquier artículo o punto de vista publicado a través de diversas plataformas de medios puede ser borrado si las autoridades francesas juzgan que el contenido es "falso".

No es difícil imaginar cómo se utilizarán estas nuevas leyes para atacar a los medios de comunicación rusos en particular. De manera tendenciosa, Macron ya ha afirmado que los medios de comunicación rusos, Sputnik y RT, interfirieron en las elecciones presidenciales francesas del año pasado difundiendo supuestamente "noticias falsas" sobre su campaña.

Sputnik y RT rechazaron las alegaciones de Macron. Cuando Sputnik publicó un par de artículos durante las elecciones francesas, se basaron en comentarios críticos emitidos por los oponentes de Macron. Nada más siniestro que eso.


Durante una visita oficial a París tres semanas después de la elección de Macron en mayo pasado, el presidente ruso Vladimir Putin dijo en una conferencia de prensa que durante sus conversaciones privadas el líder francés no profundizó en las acusaciones de interferencia de los medios de comunicación rusos.

Si Macron tenía un punto válido, ¿por qué no lo planteó durante su reunión de alto nivel con Putin? El hecho de que él no lo hiciera sugiere que el presidente francés está fanfarroneando con afirmaciones infundadas de "intromisión rusa", del mismo modo en que los políticos estadounidenses y británicos lo han estado haciendo durante el último año.


Comment: Macron no es un estadista, sino un simple ocupante del puesto, elegido y financiado por la camarilla bancaria.

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Eligió plantear el tema públicamente, justo delante de Putin en una conferencia de prensa conjunta. Putin, por supuesto, se comportó como un verdadero líder, guardando sus comentarios para una reunión privada.

Macron acusa a RT y Sputnik de "comportarse como propagandistas engañosos" delante de Putin.
La campaña de Macron acusó repetidamente a Rusia de interferir en las elecciones, al afirmar que los hackers rusos intentaron acceder a sus datos e impedir el trabajo de su sitio web. Un día antes de la segunda vuelta de las elecciones, se filtró en Internet una colección de comunicaciones supuestamente del personal de Macron. Moscú ha negado firmemente cualquier interferencia.

A pesar del anticipado enfriamiento en las relaciones, el presidente ruso es uno de los primeros líderes mundiales en viajar a París desde la convincente victoria electoral de Macron.

El lunes, ambos líderes pasaron tres horas en lo que el dirigente francés llamó un "franco intercambio de opiniones", que Putin dijo que llevaría a una mejora "cualitativa" en las relaciones entre los dos países.



Volvamos al tema de las próximas leyes francesas sobre los medios de comunicación y el peligro que representan para la libertad de expresión. Así pues, si las autoridades francesas consideran que cualquier contenido publicado es "falso", se arrogan la facultad de prohibirlo.

La amarga ironía de este acontecimiento se produce en el tercer aniversario esta semana de la masacre de Charlie Hebdo en París.

Recordemos que hace tres años, el 7 de enero de 2015, un par de pistoleros vinculados a Al Qaeda irrumpieron en las oficinas de la revista satírica y mataron a tiros a 11 personas. La atrocidad provocó que millones de personas salieran a las calles de París declarando: "Je Suis Charlie". Se suponía que iba a ser una manifestación en desafiante apoyo al derecho a la libertad de habla y expresión.

Tres años después, el gobierno de Macron propone cancelar la libertad de expresión con sus nuevas leyes que pretenden hacer blanco de las "noticias falsas", o cualquier punto de vista designado por las autoridades francesas como "no establecido en los hechos". Como ya se ha señalado, Macron ha afirmado provocativamente que los medios de comunicación rusos son proveedores de "noticias falsas", una delaración que hace sin pruebas ni hechos creíbles.

El peligro de este desarrollo de la libertad de expresión queda ilustrado por una encuesta publicada esta semana en la que se afirma que el público francés es susceptible de creer en "teorías de conspiración".

El canal estatal France 24 informó que casi el 80% de los franceses cree en una o más "teorías de conspiración", según la encuesta reciente citada.

Del informe de France 24:
"La encuesta realizada por el Grupo Ifop en nombre del grupo de reflexión de la Fondation Jean Jaures y de la organización Conspiracy Watch reveló que grandes sectores de la sociedad francesa creen en teorías sin base en hechos establecidos".
Hay que reconocer que algunas de las creencias expresadas entre las 1.200 personas de la muestra parecen un poco locas. Por ejemplo, al parecer, un 10% de los encuestados dijo que creía que la "Tierra es plana" y otro 16%, al parecer, cree que los alunizajes estadounidenses fueron falsos.

Sin embargo, el informe elaborado por France 24, así como por la Agence France-Presse (AFP), combina esos dudosos conceptos con otras "teorías de conspiración" que son, en realidad, puntos de vista alternativos muy válidos.

Se informó que "el 54% de los encuestados" cree que la CIA estadounidense estuvo involucrada en el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963; y que "el 31% estuvo de acuerdo" con la opinión de que los servicios secretos de estados occidentales han manipulado grupos terroristas yihadistas como el Estado islámico.

Así es como France 24 describe la pregunta del JFK: "Una de las teorías de conspiración más conocidas -que la CIA estuvo involucrada en el asesinato de John F. Kennedy en 1963- fue creída por el 54% de los encuestados".

En cuanto al tema del terrorismo yihadista, informa: "Otras teorías puestas a prueba en la encuesta... incluyeron que los grupos yihadistas Al Qaeda y el Estado Islámico fueron manipulados por los servicios secretos occidentales (el 31 por ciento estuvo de acuerdo").

Nótese cómo los medios de comunicación franceses establecidos y alineados con el gobierno francés están haciendo juicios peyorativos sobre el asesinato de JFK y la naturaleza de los grupos terroristas yihadistas. Cualquier punto de vista que no se ajuste al "oficial" en cualquiera de estos temas es denigrado como "teoría de la conspiración no basada en hechos establecidos" o, en resumen,"noticias falsas".

Bajo las nuevas leyes mediáticas del Presidente Macron, los artículos u opiniones que sostienen una versión alternativa del asesinato de JFK o de los grupos terroristas yihadistas pueden ser prohibidos en las plataformas públicas. Además, los medios de comunicación que tienen opiniones alternativas podrían ser sancionados por publicar "noticias falsas".

No tenemos el espacio aquí para profundizar en los dos temas antes citados. Pero basta decir que hay abundante investigación y literatura creíbles para apoyar explicaciones alternativas a las "narrativas oficiales".

Sobre el asesinato del presidente Kennedy en Dallas en noviembre de 1963, la historia oficial de que fue asesinado por el pistolero solitario Lee Harvey Oswald ha sido desacreditada por varias fuentes confiables. La compleja naturaleza del tiroteo en Dealey Plaza y el posterior encubrimiento tuvieron que implicar una operación estatal encubierta de alto nivel, la cual incluyó a la CIA. El disparo fatal en la cabeza desde el frente es la prueba suprema de que Oswald no fue el asesino. El ex presidente estadounidense Richard Nixon, así como el fallecido presidente francés Charles De Gaulle, han rechazado oficialmente la explicación oficial del asesinato de JFK por absurda (ver JFK: An American Coup, de John Wilson-Hughes).

En cuanto a Al Qaeda y sus grupos terroristas yihadistas, Peter Dale Scott (El Camino al 11-S), Michel Chossudovsky (La "Guerra contra el terrorismo" de Estados Unidos de América), entre otros autores respetados, han documentado escrupulosamente que estos grupos fueron creados por primera vez por la inteligencia militar estadounidense y británica como sustitutivos para luchar contra las tropas soviéticas en Afganistán durante la década de 1980.

Más recientemente, durante la guerra en Siria, han surgido pruebas contundentes de que las agencias de inteligencia norteamericanas, británicas y francesas, junto con sus contrapartes turcas y la financiación saudí, han instrumentado terroristas sustitutivos vinculados a Al Qaeda para librar una guerra encubierta en favor del cambio de régimen. Esto contradice la afirmación oficial del gobierno y los medios de comunicación occidentales de que los estados de Occidente están "luchando contra el terrorismo". De hecho, la evidencia muestra que las agencias gubernamentales occidentales conspiran con grupos terroristas para promover sus objetivos geopolíticos, como el cambio de régimen.

Por lo tanto, son las versiones oficiales sobre JFK y los grupos terroristas las que podríamos decir que son "noticias falsas". Son las "teorías de la conspiración no basadas en hechos establecidos".

Sin embargo, según las nuevas leyes de Macron, las autoridades francesas podrán suprimir el pensamiento crítico válido y la libertad de expresión simplemente sobre la base de asignar la etiqueta "noticias falsas".

Se trata de un grave ataque a los derechos democráticos y al poder de los ciudadanos para exigir cuentas a sus gobiernos, especialmente cuando esos gobiernos están sumidos hasta el cuello en la delincuencia.