Un experto orientalista ruso apunta a que "intrigas" internas detonaron y al mismo tiempo difuminaron las manifestaciones en el país.
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© Mohammad ALI MARIZAD / AFPManifestantes pro-gubernamentales marchan en la santa ciudad iraní de Qom el 3 de enero de 2018.
"La principal amenaza para la estabilidad de Irán no proviene del exterior, sino del interior del país". Así lo afirma el analista internacional Nikolái Kozhanov, apuntando a que las violentas protestas antigubernamentales se debieron mayoritariamente a los problemas económicos y las "intrigas" políticas internas de Irán, que paradójicamente contribuyeron a que los disturbios no se transformaran en una revolución.


Comentario: Estas amenazas internas son las que los grupos injerencistas foráneos utilizan para causar caos en el país. Lo cual por supuesto no significa que todo es culpa de Irán o de grupos externos al país, esto significa que la mejor forma de evitar una revolución de colores es trabajar sobre las debilidades internas ya existentes.


Opinando para el Centro Carnegie de Moscú, el experto orientalista señala que las protestas pudieron ser "utilizadas", pero no "inspiradas" desde el extranjero, pues el nivel de movilizaciones demostrado requiere una sociedad iraní suficientemente "madura" a causa de los problemas políticos y económicos. Kozhanov subraya que la población iraní se ha cansado de las promesas incumplidas de las autoridades, que esquivan las demandas del pueblo con la excusa de las sanciones nucleares contra Teherán.

Según Kozhanov, este descontento popular fue aprovechado por la facción conservadora del Gobierno para incitar protestas contra el presidente Hasán Rohaní, cuyas acciones "activamente" socavan el liderazgo religioso y los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica. Sin embargo, el analista destaca que la situación "se les fue de las manos".

Autodisolución de las protestas

En concreto, lo que medios en Occidente señalaban como el camino a un cambio de Gobierno en realidad fue una explosión "amorfa y desorganizada" de demandas acumuladas de la población. No está del todo claro por qué terminó por "autodisolverse", pero Kozhanov provee una lista de posibles factores:
  • Las protestas no emergieron naturalmente, sino que fueron provocadas.
  • La oposición iraní no tiene un líder "carismático" que pueda reclamar el poder.
  • La situación en Oriente Medio como un todo respalda a las autoridades iraníes, pues la historia de levantamientos en Siria, Egipto y Libia "no ha conducido a nada bueno".
  • Finalmente, las autoridades están decididas a "luchar con las palabras".