La inteligencia artificial podría ser la clave para descifrar el manuscrito Voynich, el misterioso documento de la Edad Media. Tras ensayar un algoritmo para determinar la lengua de los textos, un investigador canadiense afirma tener una idea de cómo fue cifrada la misteriosa obra.
voynich manuscript
© CC BY 2.0 / D.C.Atty / voynich
"Es natural en el ser humano tratar de resolver un puzzle. Me interesó el tema [del manuscrito] y quise aportar algo nuevo", comentó Greg Kondrak, investigador del laboratorio de inteligencia artificial de la Universidad de Alberta (Canadá).

Al conocer todos los fracasos anteriores del desciframiento de la obra, incluido el del equipo de criptógrafos británicos responsables de descifrar el código Enigma de los nazis, Kondrak y su coautor, Bradley Hauer, decidieron aplicar la inteligencia artificial, informa CTV News.

Primero, tradujeron la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU en 380 idiomas diferentes.

Luego, elaboraron un sofisticado algoritmo estadístico que logró determinar la lengua del texto traducido con una probabilidad muy alta de un 97%.

El algoritmo sugirió el idioma del manuscrito Voynich: se trataría del hebreo. Pero resultó ser no un hebreo corriente, sino cifrado según un cierto código.

El análisis reveló que en el texto del manuscrito, las consonantes han sido reordenadas mientras las vocales fueron omitidas por completo.

No obstante, los investigadores ofrecieron una traducción para la primera oración del manuscrito:

"Ella hizo recomendaciones al sacerdote, al hombre de la casa, a mí y a la gente".

En otra sección figuraban 72 palabras como "granjero", "luz", "aire" y "fuego", es decir, no lejos del vocabulario botánico y farmacológico. Según las teorías corrientes, la obra estaría dedicada a estos temas.

Pero falta mucho más que un algoritmo informático para traducir el manuscrito: se necesita un humano capaz de entender la sintaxis y el sentido de las palabras.

"Alguien con un muy buen dominio del hebreo y con conocimientos históricos de la misma época podría seguir nuestra pista", sugirió Kondrak.

En cuanto al destino de su algoritmo, señala que "no hay pocos misterios por resolver aún" en forma de manuscritos antiguos, así que todavía hay dónde aplicar el método.