El "Russiagate" ya no se trata de si Rusia "hackeó" o no las elecciones de 2016 en Estados Unidos, o si las "amañó" para asegurar que Trump ganara. No, las acusaciones presentadas la semana pasada por el abogado especial estadounidense Robert Mueller contra trece ciudadanos rusos y tres entidades rusas con sede en San Petersburgo significan que el gobierno ruso está acusado del crimen más amplio de "sembrar la discordia" en el cuerpo político estadounidense en su conjunto.

Mueller Trump Russiagate
Las acusaciones se basaron en: Los rusos son acusados de tener "la meta estratégica de sembrar la discordia en el sistema político estadounidense, incluyendo las elecciones presidenciales de 2016". Para hacer esto, adoptaron falsas personalidades en internet; viajaron a los Estados Unidos "para recopilar inteligencia" y organizaron mítines políticos mientras se hacían pasar por votantes estadounidenses.

Al presentar el documento, el Procurador General Adjunto Rod Rosenstein enfatizó que no había evidencia de que estas acciones hayan cambiado los resultados de las elecciones. No se alteraron los votos reales, ni hubo indicios de ningún vínculo con el gobierno ruso ni con la campaña de Donald Trump. No se trataba de una "colusión" o del supuesto hackeo del DNC, sino de la manipulación de la opinión pública a través de la compra de anuncios en medios sociales y la creación de múltiples cuentas en medios sociales, a lo que ellos llamaron "trolling".

Eso no es lo que realmente significa "trolling"; el término correcto, tal como lo usan los profesionales, es "comunicación estratégica", que la comunidad de inteligencia estadounidense ciertamente sabe utilizar cuando interfiere en la política estadounidense. Esto sí es "trolling": una pequeña publicación alemana que incita al periódico sensacionalista alemán Bild a publicar una "primicia explosiva" sobre los bots rusos contra la política alemana, burlándose despiadadamente del tema propagandístico estadounidense (y occidental) de los "troles rusos". No es de extrañar que los personajes que trabajan en los medios de comunicación occidentales no tengan ni una pizca de perspicacia y, por ende, ningún sentido del humor, ¡y que por ello sean presa fácil de verdaderos troles!

Así como las narrativas de colusión y hackeo demostraron ser pura imaginación en lugar de realidad, la historia del "trolling" también fue tan poco convincente que resultó ser completamente ineficaz políticamente; y no fue más que un plan de marketing en línea con fines de lucro que en gran medida favoreció el contenido de los medios de comunicación convencionales estadounidenses, muchos de los cuales no tenían ninguna referencia a la política estadounidense. Como si quisieran ocultar este hecho, las personalidades políticas y los comentaristas de los medios de comunicación estadounidenses han exagerado histéricamente esta cuestión al situarla a la par del 11-S y el Pearl Harbor.

Teatro del absurdo

Una de las entidades rusas acusadas es la "Agencia de Investigación de Internet" (IRA), que aparentemente emplea entre tres y cuatrocientas personas, aunque se dice que sólo cerca de 90 trabajan en su unidad centrada en el mercado estadounidense. Esta es la misma empresa que fue acusada el año pasado de intentar manipular la votación del referéndum del Brexit en el Reino Unido comprando tres anuncios en Facebook que costaban menos de un dólar, y otros seis en Twitter por 1.000 dólares. Para las elecciones presidenciales estadounidense de 2016, supuestamente gastaron 100.000 dólares en anuncios de Facebook, incluyendo joyas como ésta:

Satan vs Jesus Russian trolls US elections 2016
Army of Jesus: Hoy en día los estadounidenses pueden elegir a un presidente con principios morales santos. Hillary es Satán, y sus crímenes y mentiras han probado lo malvada que es. E incluso aunque Donald Trump de ninguna manera es un santo, él es por lo menos un hombre honesto que se preocupa profundamente por su país. ¡Mi voto va para él!

Imagen: Satán: "Si yo gano gana Hillary". Jesús: "No si yo puedo evitarlo". Dale "me gusta" para ayudar a ganar a Jesús.
Facebook señaló que los anuncios se colocaron entre junio de 2015 y mayo de 2017 y a menudo mencionaron temas políticos o sociales, como los derechos de los LGBT o el control de armas, pero rara vez mencionaron a un candidato político específico o las elecciones presidenciales de EE.UU. ¿Debemos asumir entonces que los ejemplos incluidos en las acusaciones fueron escogidos cuidadosamente para aumentar las posibilidades de que el argumento de "intromisión electoral" sea certero? ¿Acaso estos fueron tomados fuera de contexto o se asumió que eran algo que no eran? El problema con las acusaciones es que todos los acusados están en Rusia, por lo que es muy poco probable que se enfrenten a un juicio en Estados Unidos, y por lo tanto nunca habrá necesidad de que las acusaciones se prueben en un tribunal de justicia.

El documento afirma que la Agencia de Investigación de Internet apoyó a Donald Trump y Bernie Sanders, y desacreditó a Hillary Clinton, Ted Cruz y Marco Rubio, organizando mítines políticos y haciéndose pasar por internautas estadounidenses. También se le acusa de tocar una serie de temas, incluyendo la inmigración, el movimiento Black Lives Matter, los musulmanes en Estados Unidos y los movimientos regionales. En 2016, se dice que alentó a las minorías estadounidenses a no votar o votar por un candidato de un tercer partido como Jill Stein. Curiosamente, en julio de 2016 la empresa organizó el mitin "Apoye a Hillary. Salvemos a los musulmanes estadounidenses", y después de las elecciones de noviembre de 2016, organizó mítines tanto a favor como en contra de Donald Trump. De todos los mítines que se dice que fueron promovidos por los "troles" rusos, el único que resultó en una gran concentración fue un mitin en contra de Trump que fue promovido y cubierto por CNN y MSNBC, y al que asistió el cineasta Michael Moore.

Para hacerse una idea del tamaño del resto de los mítines, vea este vídeo de dos mítines opositores contra el islam radical y en defensa de los musulmanes estadounidenses que efectivamente se congregaron en las calles de Houston en mayo de 2016, ambos supuestamente organizados por los rusos:


También es interesante que, según Rob Goldman, vicepresidente de Facebook, la mayoría de los anuncios fueron comprados por los rusos después de las elecciones:

Rob Goldman: La mayoría de los gastos publicitarios rusos ocurrieron DESPUÉS de las elecciones. Compartimos ese hecho, pero muy pocos medios lo han cubierto porque no se alinea con la narrativa principal de los medios de comunicación sobre Tump y las elecciones.

Rob Goldman: El objetivo principal de los esfuerzos de propaganda y desinformación de los rusos es dividir a Estados Unidos utilizando nuestras instituciones, como la libertad de expresión y los medios sociales, en nuestra contra. Ha avivado el miedo y el odio entre los estadounidenses. Funciona increíblemente bien. Estamos bastante divididos como nación
Sin poder concretar cuál era el verdadero objetivo político de la operación, la acusación señala que en mayo de 2014 (mucho antes de que Trump anunciara sus intenciones presidenciales), la empresa había ideado una estrategia de "diseminar la desconfianza hacia los candidatos y el sistema político en general"; como si el público estadounidense no tuviera suficientes razones para desconfiar del sistema y la sociedad estadounidense no estuviera ya dividida desde hace mucho tiempo. Éste es, por supuesto, el quid de la cuestión: el establishment estadounidense está tambaleándose a causa de los disturbios populares y, por lo tanto, elabora teorías de conspiración con el fin de proyectar en Rusia el origen de la disidencia estadounidense a nivel nacional.

El Washington Post informa que un investigador de medios sociales de la Universidad de Columbia, Jonathan Albright, analizó 36.000 relatos enviados por presuntas cuentas rusas y descubrió que la mayoría de ellos compartían historias producidas por los principales medios de comunicación y comentarios políticos estadounidenses, no por fuentes de noticias extranjeras. Los enlaces compartidos más comunes fueron a Breitbart News, seguido por The Washington Post y el San Francisco Chronicle, mientras que RT se clasificó en el puesto 19 y Sputnik ni siquiera llegó a estar entre los 25 primeros. Además, las historias en sí mismas eran por lo general precisas en cuanto a los hechos. Por lo tanto, la acusación de Mueller es contra los "troles" rusos que subrayan las contradicciones en el sistema político estadounidense que ya estaban establecidas hace mucho tiempo. ¡Qué crimen tan terrible!


Aaron Maté: ¡Malditos sean los bots rusos, con sus fuentes convencionales populares y su precisión objetiva!
Lo que los troles estaban haciendo realmente

Moon of Alabama ha observado que las actividades del IRA son consistentes con un esquema de mercadeo en línea (esto es, al fin y al cabo, para lo que sirven las "granjas de troles") en el que se crean y mantienen falsas personalidades en internet hasta que se reúne un grupo de seguidores, con la intención de promover los productos o servicios del cliente. Los sitios web que funcionan como ciberanzuelo y generan ingresos por publicidad son parte de este esquema. Esto implica que las personas en línea -cuentas de "títeres" - deben involucrarse en temas sociales o políticos para generar interés de personas con ideas afines, pero los temas en sí mismos son incidentales al esquema de hacer dinero.

La acusación en sí misma parece confirmarla en el Punto 95, donde dice:
Los acusados y sus cómplices también utilizaron las cuentas para recibir dinero de personas estadounidenses reales a cambio de publicar promociones y anuncios en las páginas de medios sociales controladas por la ORGANIZACIÓN. Los acusados y sus cómplices generalmente cobraban a ciertos comerciantes estadounidenses y sitios de medios sociales de Estados Unidos entre 25 y 50 dólares por mensaje de contenido promocional en sus populares cuentas de perfiles falsos estadounidenses, incluyendo Being Patriotic, Defend the 2nd y Blacktivist.
Esto explicaría la inconsistencia de los objetivos políticos aparentes de los "troles", su participación en asuntos sociales en vez de políticos, y el hecho de que la mayoría de sus esfuerzos se realizaron después de las elecciones.


Michael Tracey: Si usted estaba buscando maximizar los "me gusta" y retuits, ¿para cuál candidato del GOP [abreviatura de Grand Old Party] del 2016 habría usted creado extraños memes de apoyo? Claramente Trump, que tenía por lejos la "base" de medios sociales más activa. La acusación de Mueller ni siquiera contempla los incentivos comerciales netos.
Una afirmación común en los medios de comunicación occidentales es que el propietario de las tres empresas acusadas, Yevgeny Prigozhin, tiene vínculos con el Kremlin y Vladimir Putin. Lo que sabemos es que Prigozhin, que comenzó como vendedor de salchichas en la década de 1990, ideó su plan de "trolling" en 2011, después de que su empresa Concord Catering ganara un contrato con el gobierno para entregar almuerzos escolares en Moscú y luego recibiera quejas de los padres cuando los niños dijeron que la comida olía a podrido. Con el fin de contrarrestar la mala publicidad, contrató a un número de jóvenes para que fueran a Internet y promocionaran su comida. A lo largo de los años, ha llegado a operar en prestigiosos restaurantes en San Petersburgo, ha abastecido a bases militares y una vez sirvió comida a Putin y otros funcionarios del gobierno. Aparte del IRA, es propietario de varias otras compañías, incluyendo un contratista militar privado, el Grupo Wagner.

La tácita sugerencia en los medios de comunicación occidentales es que lo anterior apunta a la complicidad o aprobación del Kremlin con la operación de "trolling" de Prigozhin (de ahí la absurda caracterización de Prigozhin como "el chef de Putin"). Sin embargo, hasta el momento no hay pruebas de tal conexión. Una cosa está clara: si el Kremlin pensaba que podrían tener algún impacto en las elecciones de EE.UU. al tercerizarle los "servicios de trolling" a Prigozhin, sobreestimaron enormemente el poder de su compañía para cambiar el resultado de las elecciones estadounidenses (una tarea imposible para el pequeño grupo de "troles" de Prigozhin) y mantener sus actividades fuera del radar.

Si hay algún "trol" patrocinado por el Kremlin -ya sea subcontratado a personas como Prigozhin o directamente bajo el paraguas del gobierno ruso, es probable que simplemente estén defendiendo la imagen de Rusia en Internet y contrarrestando la feroz propaganda antirrusa occidental. ¿Y quién podría culparlos por ello? Recordemos los documentos publicados por el denunciante Edward Snowden que señalan la participación de las unidades de espionaje occidentales en la tergiversación del discurso en Internet y la propaganda en Internet. ¿Esperaríamos que otro poder global no respondiera de la misma manera?

Para apoyar su acusación contra Rusia, los medios de comunicación occidentales están citando a una ex-empleada de la "granja de troles" de Prigozhin, Lyudmila Savchuk, quien está siendo presentada como "activista" y "reportera encubierta independiente" que "deliberadamente se infiltró" en la compañía para exponerla. El aura heroica con la que es presentada contradice la afirmación de Savchuk de que se incorporó a la empresa porque fue "seducida por su salario". De hecho, demandó a la Agencia de Estudios de Internet (que parece ser la misma que el IRA) por supuesto impago de salarios y por no otorgar a los trabajadores los contratos adecuados. Sin embargo, ahora afirma que esto se hizo en un intento por exponer el funcionamiento de los "troles" del Kremlin, lo que, por supuesto, le garantiza cierta atención de los medios de comunicación occidentales.
Lyudmila Savchuk
© Dmitry Lovetsky/APEx "trol del Kremlin", Lyudmila Savchuk.
Si se tratara de una operación secreta y sancionada por el Kremlin, ¿por qué se arriesgarían a contratar a estudiantes y jóvenes que, como Savchuk, podrían darles la espalda y "soltar la lengua" ante la más mínima provocación? Lo más probable es que sea una ex-empleada con un interés personal que ha inflado su causa como "activismo" con la ayuda y el aliento de los medios de comunicación.

El nuevo Pearl Harbor

Las acusaciones no presentan ninguna evidencia de colusión entre Trump y Rusia, ni de la participación del Kremlin en la operación de "trolling", ni de ningún impacto significativo en las elecciones de 2016, pero esto no ha impedido que el establishment estadounidense las presente de la manera más alarmista posible. Haciendo un paralelismo con el terrorismo, el Representante Will Hurd pidió una estrategia de contrainformación que "debería implementar principios similares a los de la Estrategia del Departamento de Seguridad Nacional para Contrarrestar el Extremismo Violento". Mientras tanto, el estratega político Steve Schmidt tuiteó de tal manera que uno pensaría que se acaba de descubrir que Putin había sido el artífice del 11-S:

Steve Schmidt: La intromisión es una descripción apropiada del comportamiento dentro de la ley. Lo que Rusia hizo fue ATACAR a Estados Unidos. Trump y la mayoría republicana corrupta se niegan a defender la soberanía del país frente a esta amenaza exterior de un actor estatal hostil.
En la misma línea, el senador John McCain amenazó con una especie de represalia:


John McCain: Las acusaciones de hoy también subrayan la urgente necesidad de fortalecer las defensas cibernéticas, salvaguardar nuestro sistema electoral y mantener la presión de las sanciones contra #Putin. Debe haber un alto precio por atacar a Estados Unidos.
El columnista de Asuntos Exteriores del New York Times Thomas L. Friedman reprochó a Trump por no responder al "ataque directo de Rusia a nuestro sistema":
Hasta ahora, Trump ha estado burlándose de las normas de la presidencia. Ahora, el comportamiento de Trump equivale a negarse a cumplir su juramento de cargo de proteger y defender la Constitución. He aquí una analogía imperfecta pero cercana: Es como si George W. Bush hubiera dicho después del 11 de septiembre:"No es gran cosa. Voy a jugar al golf durante el fin de semana en Florida y a bloguear sobre cómo todo es culpa de los demócratas; no hay necesidad de celebrar una reunión del Consejo de Seguridad Nacional". [...]

Pero sea lo que sea, Trump está tratando de ocultarlo o es tan ingenuo con respecto a Rusia que no sólo está dispuesto a resistirse a organizar una defensa adecuada de nuestra democracia, sino que también está dispuesto a socavar algunas de nuestras instituciones más importantes, el FBI y el Departamento de Justicia, para mantener oculto su estatus comprometido.

Eso no debe tolerarse. Éste es un código rojo. La mayor amenaza a la integridad de nuestra democracia hoy en día está en el Despacho Oval.
Éste es un cambio de retórica irresponsable. Friedman está atrapado en la narrativa de la "colusión" y simplemente está haciendo uso de otra oportunidad para atacar a Trump. Pero se pone peor. El representante Jerry Nadler dijo a MSNBC, con una cara seria, que el "trolling" ruso es "equivalente (al) Pearl Harbor", ante la incredulidad del presentador Chris Hayes:


Bots a favor de las armas

Mucho antes de las acusaciones de Mueller, la imaginación del público estadounidense fue capturada por la amenaza de los "troles rusos". Antes de la publicación de las acusaciones el viernes y después del tiroteo en la escuela de Parkland del Día de San Valentín en Florida, CNN, Wired y el New York Times publicaron una historia que culpaba a los bots rusos de los mensajes de Twitter a favor de las armas de fuego. Esto demuestra cuán alejados de la realidad están los medios de comunicación estadounidenses. Aparentemente no se les ocurrió a ninguno de sus periodistas que el que la gente hable tanto a favor como en contra del control de armas es lo que naturalmente se esperaría después de un tiroteo con múltiples víctimas.

La extraña idea de culpar a Rusia por hacer que los estadounidenses amen las armas fue tomada del sitio web de Hamilton 68, que afirma haber rastreado 600 cuentas de Twitter seleccionadas por uno de los tres criterios siguientes:
  1. Gente que a menudo tuitea noticias que también aparecen en RT (Russia Today) y Sputnik News, dos sitios de noticias generales patrocinados por el gobierno ruso;
  2. Personas que "profesan abiertamente ser prorrusas";
  3. Cuentas que "parecen utilizar la automatización" para impulsar los mismos temas sobre los que las personas del grupo 1 y 2 escriben en Twitter.
El sitio web de Hamilton 68 fue creado por la Alianza para la Seguridad de la Democracia y el German Marshall Fund, dos importantes grupos de presión (think tanks) atlantistas de la OTAN. Y su misión es "documentar y exponer públicamente los esfuerzos de Vladimir Putin para subvertir la democracia en Estados Unidos y Europa".

Esta locura no es espontánea. Los sospechosos habituales del "Estado Profundo" nos trolearon a todos en un esfuerzo por conseguir que nos lo creyeramos. Y al mismo tiempo, ellos tampoco han visto ningún problema en subvertir democracias en todo el mundo. Observe cómo el ex director de la CIA, James Woosley, insiste en la narrativa de la "manipulación de las elecciones rusas" en esta entrevista con Fox News; sólo para confesar sonriente que esto es lo que hace Estados Unidos:


Es nuestra responsabilidad contrarrestar la hipocresía y las mentiras con la verdad y la razón antes de que generen una tragedia mundial.