Hay leyes para proteger la libertad de expresión de la prensa, pero ninguna que sirva para proteger a la población de la prensa. ~ Mark Twain
El ciclo de noticias de hoy en día es tal que nos bombardean con información que en gran medida son noticias falsas, reiteraciones y tergiversaciones. Hay excelentes periodistas, blogueros y académicos ahí afuera, pero con demasiada frecuencia pasan desapercibidos en la neblina electrónica de la histeria que se presenta como "noticias". Los medios de comunicación dominantes tienen pocos periodistas dignos del título en la nómina, pero muchos que están dispuestos a venderse por "la primicia". La Operación Mockingbird [Operación Sinsonte-NdT.] de la CIA reveló la colusión entre el gobierno y los medios de comunicación hace décadas. Y hoy en día, cuando algunos periodistas envían rutinariamente sus borradores a los intereses poderosos antes de publicarlos, conseguir "la gente adecuada" que "se apegue al guión" en los medios de comunicación es un trabajo relativamente fácil.

Publicare et propagare

Acta Diurna
El Acta Diurna Populi Romani: Los "Actos Diarios del Pueblo de Roma"
El periodismo es tan antiguo como la civilización. Ptah-hotep, visir del faraón egipcio Djedkare Isesi, escribió en algún momento alrededor de 2.200 a. C. sobre la necesidad de "comunicarse con veracidad, dirigirse a los intereses del público y actuar de una manera consistente con lo que se está diciendo".

Julio César lanzó el Acta Diurna, un boletín diario "publicado en lugares prominentes de Roma y en las provincias con la intención de proporcionar información oficial a la población".

El Acta Diurna introdujo la expresión "publicare et propagare", que significa "publicar y propagar", y normalmente se escribía como nota de pie de página de los textos publicados en la misma. La práctica de registrar las deliberaciones del Senado se mantuvo después de César, aunque su sucesor se negó a publicarlas, y después de eso a menudo sólo se publicaban en forma censurada.

Medio peligroso

Tanto entonces como ahora, la información es una herramienta. Quien elabora la información controla el mensaje, y por lo tanto lo que la población cree. Por más que los proveedores de información deseen transmitir que la información que están reportando tiene un valor objetivo, carece de sesgos y constituye simplemente "la noticia", todo lo que está empaquetado de tal manera está cargado de suposiciones que, en última instancia, están orientadas a asegurar la "continuidad de la narrativa" y, por ende, el status quo.

monkey see no evil,etc
© n/a
Se supone que el periodista serio debe defender el "Credo del Periodista", que contiene esta afirmación:
"Creo que la supresión de noticias, por cualquier consideración que no sea el bienestar de la sociedad, es indefendible."
Por supuesto, la tarea de decidir qué es lo que significa el "bienestar de la sociedad" no recae en una persona común, sino en sus jefes, que a su vez suelen estar conectados con jefes políticos y empresariales. Así que si alguna vez terminamos en una situación en la que una cultura de corrupción y amiguismo define la política y los negocios, con esta definición de "ética periodística" no hay literalmente ninguna posibilidad de que los corruptos sean llamados a rendir cuentas por los medios de comunicación convencionales. Ellos son la "sociedad" y su bienestar está en peligro.

Hay otras declaraciones éticas para el periodista moderno, como las de la Sociedad de Periodistas Profesionales. Sin citar todos sus "códigos", su directiva principal lo es:
"Nunca distorsionar deliberadamente los hechos".
La distorsión de los hechos es la "tergiversación" intencionada en diversas formas de las realidades a las que se enfrentan las personas cada día. En este sentido, cuando las distorsiones de los hechos se difunden ad infinitum, la gente empieza a creer en verdades a medias y mentiras descaradas. La historia y las noticias están impregnadas con este enfoque de engañar deliberadamente, ya sea dejando espacio para que los anunciantes manipulen a la gente para obtener su dinero o agrupando a los lectores a favor de líderes políticos, o impulsando la guerra. Esto no es un accidente. Los magnates de los medios de comunicación entienden bien que las personas están sujetas al "sesgo de confirmación". Este sesgo, esencialmente, se origina en la distorsión de creer lo que uno quiere creer en vez de lo que es la realidad.

A fin de cuentas, los periodistas dentro de los medios masivos convencionales seguramente deben saber si están o no practicando su credo, "distorsionando deliberadamente los hechos" o simplemente embelleciéndolos. De lo contrario tienen la autoconciencia de una nuez. ¿Por qué violarían su credo? La mayoría necesita un salario y casi todos anhelan el reconocimiento. Y es mucho más fácil seguir al rebaño que dar la cara con una verdad inconveniente.

US Media
Los conglomerados

Hoy en día, los medios de comunicación forman cada vez más un solo conglomerado que transmite un único mensaje a los ciudadanos: "confíen en nosotros, digamos lo que digamos". Esto no es nuevo. En la década de 1930, la dinastía Krupp fue famosa por su producción de acero, artillería, munición y otros armamentos. También tenían periódicos. En su libro Merchants of Death ("Los mercaderes de la muerte") publicado en 1934, H. C. Engelbrecht y F. C. Hanighen señalaron:
"Krupp no desconocía ningún método comercial moderno. El poder de la prensa fue entendido y apreciado. Krupp era propietario o controlaba tres grandes periódicos, el Rheinisch-Westphaelische Zeitung, el Berliner Taegliche Rundschau y el Neuests Nachrichten. Era una cuestión sencilla suscitar en la opinión pública un frenesí patriótico en cualquier momento estimulando los temores de la guerra o dando un espacio prominente a las actividades de armamento de otros países, especialmente durante los años febriles antes de la guerra".
Los autores destacan muchos más ejemplos que cubren el período entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1945, los fabricantes de armas y la prensa se entrelazaron una vez más y los ejemplos podían llenar volúmenes. Desde entonces, las mismas fuerzas corporativas han consolidado aún más su alianza y poder en un intento por dominar completamente el mercado de nuestras mentes.

Contrapeso

Afortunadamente, hay algunos periodistas excelentes que intentan honrar su credo. Es posible que algunos de ellos hayan desarrollado su carrera profesional trabajando para los medios masivos convencionales y se hayan enterado de sus trampas, manipulaciones y falta de integridad general. Desgraciadamente, son pocos los que han hecho estas observaciones y decidido optar por la exclusión voluntaria, y que han establecido sus propios caminos con base en la conciencia y la responsabilidad de informar sobre los hechos.

Pero esta rara especie de periodista ha informado objetivamente sobre el Golfo de Tonkin (Bắc Kỳ); la guerra de Vietnam; los asesinatos de JFK, RFK y MLK; Irak 1.0 y el 11-S, Iraq 2.0 y Libia; los rebeldes moderados de Siria y los Cascos Blancos; el golpe de Estado de Ucrania y Rusia como chivo expiatorio, las recientes elecciones estadounidenses y sus secuelas. Desafortunadamente, el periodismo real rara vez llega a la corriente dominante. En cambio, tenemos empresas que actúan como guardianes de los medios de comunicación, como Google y Facebook.

La "Constitution Society" escribe sobre un evento que supuestamente ocurrió en el New York Press Club en el año 1880. Se ofreció un brindis a la prestigiosa prensa reunida en torno al periodista neoyorquino John Swinton. Swinton respondió con esto:
"Nosotros somos las marionetas; ellos tiran de los hilos y nosotros bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales".
Dado el dominio de la actual histeria izquierdista en las noticias, tal vez algunas palabras sobre la prensa pronunciadas por alguien que sabía cómo convertirla en un arma (Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi) podrían transmitir el mensaje:
"Piensa en la prensa como un gran teclado sobre el que el gobierno puede tocar."
Y sí que lo tocan.