Richard Jantz, profesor de antropología y director emérito del Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee, afirma haber identificado el cuerpo de Amelia Earhart, la famosa aviadora estadounidense desaparecida desde el 2 de julio de 1937.

amelia earhart
© APEarhart posa al llegar a Southampton, Inglaterra, después de su vuelo transatlántico, 26 de junio de 1928.
Earhart, quien fue la primera pilota en cruzar el Atlántico en solitario, desapareció cuando, junto a su navegante Fred Nooman, trataba de convertirse en la primera mujer en dar la vuelta al mundo en avión. Ambos se dirigían a la isla Howland, en Nueva Guinea, cuando perdieron contacto por radio en el tramo más difícil del viaje.

En 1940 fueron encontrados unos restos, que incluían una calavera, en la isla Nikumaroro, en el océano Pacífico. Pero un análisis forense revelado un año después, determinó que pertenecían a un hombre.

Pero Jantz, con tecnología actual, hizo un análisis más profundo y sofisticado de esos mismos restos humanos y concluyó que sí son de la aviadora. El profesor dice tener un 99 % de certeza, reseña una nota de la Universidad de Tennessee.

Se desvanece la versión de la captura

Una de las versiones que más había cobrado fuerza sobre la desaparición de Earhart y Nooman fue que pudieron haber sido capturados por militares japoneses.

El año pasado, a 80 años de su desaparición, se publicó una fotografía que reforzaba esa teoría. Según se informó entonces, en la imagen supuestamente aparecían la aviadora y su navegante junto a uniformados nipones.

En su estudio, el especialista comparó las longitudes de los huesos con las medidas de Earhart, en base a su altura, peso, contextura corporal, longitud de las extremidades y proporciones, según las fotografías archivadas de ella e información que se encuentra en sus licencias de aviadora y de conductora.

Para hacer esas comparaciones, Jantz utilizó un programa llamado Fordisc, que de manera digital permite hacer estimaciones de sexo, ascendencia y estatura, a partir de mediciones esqueléticas. Se trata de un programa que él mismo ayudó a crear y actualmente es usado por casi todos los antropólogos forenses certificados en Estados Unidos y en todo el mundo.