Boris Johnson, ministro británico de Asuntos Exteriores, ha sido "interrogado" hoy por la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento británico en relación con el escándalo del envenenamiento del espía Skripal. Con las preguntas más dóciles que se le pueden hacer a un ministro de relaciones exteriores de un gobierno poseedor de armas nucleares que podría decirse que está en pie de guerra con una gran potencia nuclear, la conferencia de prensa no fue tanto una interpelación sino más bien una cantera de charlatanes fanfarroneando ante las cámaras.

Mientras que un miembro del comité lamentaba la campaña deliberada de Rusia de "destruir los lazos que unen" (la ignominiosa Orden Occidental anteriormente conocida como el Imperio Británico), Boris Johnson se mostró de acuerdo con la sugerencia hecha por alguno de estos charlatanes sobre que la celebración de la Copa Mundial en Rusia equivale a la celebración de los Juegos Olímpicos en 1936 por parte de Hitler:
"Creo que la comparación con 1936 es ciertamente correcta. Es una perspectiva emética pensar en Putin glorificándose con este evento deportivo".
(emético es algo que causa vómitos, algo vomitivo)
boris johnson world cup
Ésa es la razón por la que los angloestadounidenses han estado atacando a Rusia en la arena deportiva desde los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi de 2014: sólo el pensamiento de que Rusia sea vista como otro país normal, y que, por lo tanto, "disfrute" de los beneficios interculturales de los mismos, literalmente les hace vomitar.

Es por eso que impulsaron una campaña mediática para ridiculizar las instalaciones de Sochi (que resultaron ser tan impecables que la peor queja que pudieron encontrar fue un inodoro de mala calidad). Es por eso que empezaron a atacar a los atletas rusos y a las estrellas del deporte en 2015, comenzando con la estrella de tenis Maria Sharapova. Es por eso que manipularon exitosamente (a través del chantaje y el soborno, presumiblemente) al COI y a otros organismos deportivos para prohibir que los atletas rusos participaran en las Olimpiadas de Verano de 2016. Es por eso que, cuando una repetición de esa táctica falló antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, se conformaron con prohibir que los atletas rusos hicieran demostraciones de patriotismo. Es por eso que, cuando algunos de los atletas rusos que ganaron medallas lograron atraer la atención de los medios de comunicación en PyeongChang, su limitado éxito tuvo que verse empañado con lo que muy probablemente fueron resultados de pruebas de dopaje saboteados o falsos.

La comparación de Johnson con la Alemania de 1936 es, por cierto, oscuramente irónica: en ese entonces, los dignatarios británicos y estadounidenses se divirtieron mucho viendo a los atletas de su país actuar en las Olimpiadas de Hitler, a pesar de que el Führer había declarado desde hace mucho tiempo que los judíos, los gays, los gitanos, los eslavos y los negros eran "subhumanos". Y también, por cierto, Rusia (entonces la URSS) fue el único país de la Tierra* que boicoteó las Olimpiadas nazis. Sí, hubo campañas breves para boicotear el evento, pero fueron organizadas por disidentes en Estados Unidos y el Reino Unido. El establishment angloestadounidense no quiso nada de eso, y envió a sus atletas a Alemania, regalándole a Hitler toda la gloria que quería.

[* Técnicamente, España también lo hizo. Había abandonado momentáneamente la órbita del "Orden Occidental" tras las recientes elecciones en las que llegó al poder un gobierno popular de izquierdas y contestatario, sólo para ser hundida en una sangrienta guerra civil por el fascista Franco, justo cuando empezaban los Juegos de Berlín.]

Y todo esto sin mencionar el insulto extremadamente incendiario que supone comparar al líder ruso con Hitler. Rusia, el país que salvó a Europa de la guerra loca de Hitler y Churchill. ¡Uy, no hablemos de (el otro beligerante de) la guerra!

Aquí está el idiota engreído de Boris realizando su vergonzosa declaración:


Esta vez, sin embargo, no se trata de la participación rusa en los Juegos Olímpicos: se trata de que Rusia sea la sede de la Copa Mundial de Fútbol, el evento deportivo más importante (por popularidad) en la Tierra. Estamos hablando de hasta 2 millones de turistas adicionales que visitarán el país, mientras los medios de comunicación mundiales se concentrarán en Rusia durante un mes, dándole una oportunidad inestimable para contrarrestar la telaraña de mentiras occidentales y demostrar cuán lejos ha llegado el país bajo Putin.

La pregunta que está claramente en la mente de los Servicios de Seguridad británicos se la planteó a Johnson un lacayo diputado laborista en la comisión de hoy: ¿por qué la selección inglesa de la Copa Mundial todavía no ha sido retirada del torneo? Johnson respondió: "Sería un error castigar al equipo". Sabe muy bien que hacerlo sería llevar el asunto demasiado lejos para el público: el fútbol es religión para mucha gente, y no sólo en el Reino Unido.

Sin embargo, aún es pronto. Sospecho que los servicios de seguridad británicos están intentando que la situación se desarrolle hacia ese punto. Hay que estar atentos a otro atentado de falsa bandera (o tal vez sólo una serie de incidentes menores combinados con una propaganda persistente); lo que sea que dé al gobierno británico una "causa justa" para hacer exactamente eso. Sin embargo, creo que los británicos no retirarán a la selección inglesa individualmente: sólo lo harán si al menos un par de otros equipos de fútbol nacionales de alto nivel, y preferiblemente de Europa occidental, como Francia y Alemania, se unen a ellos.

Johnson acusó inequívocamente a Rusia por el incidente de Skripal, diciendo a la Comisión de Asuntos Exteriores que "Nadie puede escapar del largo brazo de la venganza rusa", la cual es toda una declaración si se lee al revés: Nadie puede escapar del largo brazo de la venganza británico/angloestadounidense.

En respuesta a las críticas de que es ridículo que el gobierno ruso utilice el "Novichok" para asesinar a alguien dadas sus asociaciones, Johnson propuso una estúpida teoría de la "planificación estratégica" rusa:
"Poner una firma rusa en la acción usando un tipo específico de agente nervioso desarrollado en la Unión Soviética, en Rusia, fue una señal de que ningún ex agente ruso es inmune".
En este punto, lo único que querrá hacer usted es tomar prestadas las palabras del Secretario de Defensa y decirle a Boris que "se calle y se marche".

En cuanto al momento del ataque, Johnson volvió a ponerse su sombrero de papel de aluminio para afirmar que probablemente estaba relacionado con las elecciones presidenciales rusas del pasado fin de semana:
"El momento [del incidente de Salisbury] está probablemente más estrechamente relacionado con las recientes elecciones en Rusia. Y como muchas figuras no democráticas hacen cuando se enfrentan a una elección o a un momento político crítico, a menudo es atractivo conjurar en la imaginación pública la noción de un enemigo".
Sí, esta es la forma en que operan ciertos individuos en el Gobierno de Su Majestad (como vimos con la ola de ataques terroristas en el período previo a las elecciones del Reino Unido de 2017), pero sólo funciona mientras le hagan daño a usted. ¡Aquí (según lo que Johnson quiere hacernos creer), la "planificación estratégica" excepcionalmente rusa significa que, supuestamente, Putin esperaba ganar cometiendo el daño en otra persona!

Johnson enfatizó en este punto que el "ataque químico" no fue hecho para el público extranjero, sino como una demostración de fuerza para su público nacional:
"Creo que Vladimir Putin [...] quiere causar problemas donde pueda. Su principal audiencia para esto no somos nosotros, es su audiencia doméstica la que quiere (después de lo que ellos ven como humillaciones) sentir que Rusia es fuerte de nuevo".
Será difícil encontrar una declaración más racista y rusofóbica. Entre líneas, el ricachón de Boris está diciendo: "Los rusos son tan atávicos que sus principios se invierten: mientras que aquí, en la Inglaterra civilizada, el gobierno que comete un acto atroz en el extranjero nos haría quedar mal; allá, entre los bárbaros del Oriente despótico, al hacerlo se gana el reconocimiento y liderazgo de su pueblo".

A pesar de sus declaraciones extremadamente incendiarias de hoy, que fueron meros insultos añadidos al perjuicio generado tras una semana de declaraciones extremadamente incendiarias de él y sus colegas, Johnson concluyó:
"Quiero ser muy claro: no queremos entrar en una nueva Guerra Fría [...] Recuerdo la vieja Guerra Fría y fue una época bastante miserable. Crecí genuinamente preocupado de que nuestro país fuera a evaporarse en un ataque termonuclear. No creo que nos enfrentemos a ese tipo de amenaza existencial, pero no obstante es una amenaza y tenemos que ser muy duros y muy decididos".
El Reino Unido, tal como está constituido actualmente, se enfrenta de hecho a una especie de "amenaza existencial", pero no tiene nada que ver con que Rusia lo amenace con la aniquilación termonuclear. La "amenaza" a la que se enfrentan Boris y otros es la amenaza interna de un "catastrófico" cambio de régimen en el Reino Unido; ya sea en forma de un gobierno de Corbyn a corto plazo o, con la independencia escocesa y la reunificación irlandesa, el colapso del Reino Unido a mediano plazo.

Todo lo demás es mucho ruido y pocas nueces, narrado por un idiota y que no significa nada.