russia white house the west
Marzo de 2018 pasará a la historia como un mes verdaderamente histórico
  • El 1 de marzo, Vladimir Putin hace su discurso histórico ante la Asamblea Federal Rusa.
  • El 4 de marzo, Sergei Skripal, un ex espía británico, es presuntamente envenenado en el Reino Unido.
  • El 8 de marzo, funcionarios británicos acusan a Rusia de usar un gas nervioso para intentar asesinar a Sergei Skripal.
  • El 12 de marzo, Theresa May culpa oficialmente a Rusia por el envenenamiento y le da a Rusia un ultimátum de 24 horas para justificarse; los rusos ignoran ese ultimátum. El mismo día, la representante de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas amenaza con atacar a Siria incluso sin autorización del Consejo.
  • El 13 de marzo, el Jefe del Estado Mayor de Rusia, Valery Gerasimov, advirtió que "en caso de que haya una amenaza a la vida de nuestros militares, las Fuerzas Armadas rusas tomarán medidas de represalia tanto contra los misiles como contra los transportadores que los utilicen". El mismo día el Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Rusas, Viceministro de Defensa y General del Ejército Valery Gerasimov tuvo una conversación telefónica con el General de la Infantería de Marina Joseph Dunford, Jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos.
Entonces, ¿qué es lo que realmente está pasando aquí? Seguramente nadie cree seriamente que los británicos realmente piensen que los rusos tenían algún motivo para intentar matar a Skripal o, de hecho, si es que tuvieran un motivo, que lo harían de una manera tan estúpida. ¿Y qué pasa con Siria? ¿Llevará a cabo Estados Unidos su ataque de falsa bandera y bombardeará?

Creo que en este momento no deberíamos empantanarnos en los detalles de todo esto. Hay un bosque detrás de estos árboles. Lo que más importa ahora es que las facciones más poderosas de las élites gobernantes del Imperio Anglo-Sionista están haciendo un esfuerzo concertado para crear una coalición unificada antirrusa. En este sentido, es bastante revelador que Estados Unidos, Francia y Alemania emitieran una declaración el 15 de marzo sin ni siquiera molestarse en consultar con sus llamados "aliados" de la OTAN o de la UE. Se puede saber inmediatamente "quién manda" en esas situaciones de crisis cuando el resto de la eurochusma simplemente no importa (¡pobres europeos del este con sus ilusiones de ser apreciados o incluso respetados por Occidente!) Además, es evidente que, en este caso, el componente "anglo" del imperio anglosionista está mucho más implicado que el sionista, al menos en lo que se refiere a la parte frontal del escenario (tras las bambalinas, los neoconservadores están furiosos con Trump por llamar a Putin para felicitarlo y ofrecer negociaciones). Creo que una serie de acontecimientos cruciales forzaron a Estados Unidos y al Reino Unido a intentar forzar al resto de las naciones occidentales a "cerrarse en banda" alrededor del Imperio:
  1. Estados Unidos fracasó de manera humillante en sus intentos de asustar y someter a la República Popular Democrática de Corea.
  2. Los anglosionistas han perdido la guerra civil en Siria
  3. El Reino Unido y el resto de la OTAN se están volviendo militarmente irrelevantes
  4. Ucrania se ha estrellado y está ardiendo, y lo más probable es que se produzca un ataque ucraniano contra el Donbass.
  5. Las fuerzas políticas en Europa que se oponían a las políticas antirrusas están en ascenso
  6. Los rusos atraen a muchos países de la UE por medios económicos, incluyendo el North Stream, mientras que las sanciones perjudican a la UE mucho más que a Rusia.
  7. La campaña contra Putin ha fracasado miserablemente y Rusia está totalmente unida en su postura contra el Imperio.
Lo que todo esto significa es muy simple: el Imperio necesita plegarse o duplicar sus esfuerzos, y plegarse no es algo que las élites imperiales estén dispuestas a considerar todavía. Por lo tanto, están utilizando las herramientas que consideran más eficaces:
  1. Banderas falsas: se trata en realidad de una antigua tradición occidental utilizada por casi todas las potencias occidentales. Dado que el público en general tiene el cerebro lavado y la mayoría ni siquiera puede imaginar que las "democracias liberales amantes de la libertad" puedan utilizar métodos normalmente atribuidos a regímenes dictatoriales malvados y sanguinarios, las falsas banderas son una forma ideal de conseguir que la opinión pública apruebe políticas agresivas, hostiles e incluso violentas contra una amenaza u obstáculo percibido en contra de la hegemonía.
  2. Poder blando: ¿se ha dado cuenta de que los Oscar o el festival de Cannes siempre eligen exactamente el tipo de "artistas" que el Imperio promueve políticamente? Bueno, esto es cierto no sólo para los Oscar o el festival de Cannes, sino para casi toda la vida cultural, social y política de Occidente. Esto es especialmente cierto en el caso de las llamadas organizaciones de "derechos humanos" y "paz", que no son más que artimañas políticas que pueden aplicarse a cualquier país que necesite subversión y/o intervención. Rusia nunca ha desarrollado ese tipo de herramientas políticas.
  3. Intensificación verbal: esta táctica es extremadamente burda pero muy efectiva. Se empieza proclamando a gritos alguna falsedad. El hecho de que lo haya proclamado de forma tan vociferante e hiperbólica consigue dos resultados inmediatos: envía a todos sus amigos y aliados un mensaje claro "estás con nosotros o en contra de nosotros", que no deja lugar para matices ni análisis, y deja a los políticos, que de otro modo serían más bien débiles, sin posibilidad de echarse atrás, reforzando así su "determinación".
  4. Juntarse en manada: hay seguridad en el número. Así que cuando se trata de un enemigo potencialmente peligroso, como Rusia, todos los pequeños se juntan para parecer más grandes o, al menos, más difíciles de distinguir. Además, cuando todo el mundo es responsable, nadie lo es. Por lo tanto, el juntarse en manadas también es políticamente conveniente. Finalmente, cambia la dinámica interrelacional entre amigos o aliados a una típicamente encontrada entre los cómplices de un crimen.
  5. Amenazas directas: el Imperio se salió con la suya haciendo amenazas a diestro y siniestro durante muchas décadas, y éste es un hábito que es difícil de romper. Personas como Nikki Haley o Hillary Clinton probablemente creen sinceramente que Estados Unidos es casi omnipresente o, por el contrario, podrían estar aterrorizadas por la creciente sospecha de que no lo sea. Las amenazas son también un sustituto fácil, aunque ineficaz, de la diplomacia y las negociaciones, especialmente cuando su posición es objetivamente errónea y la otra parte es simplemente mucho más inteligente que usted.
El gran problema es que ninguno de estos métodos funciona en contra de Rusia o, permítanme corregirlo, ya no funcionan (parecían funcionar en el pasado). La opinión pública rusa es plenamente consciente de todos estos métodos (cortesía de un medio de comunicación ruso NO controlado por anglosionistas) y Margarita Simonian resumió maravillosamente los sentimientos que todo esto suscita en la población rusa:
"toda su injusticia y crueldad, su hipocresía inquisitorial y sus mentiras nos llevaron a dejar de respetarlos. Ustedes y sus llamados "valores". Ya no queremos vivir como ustedes. Durante cincuenta años, en secreto y abiertamente, quisimos vivir como ustedes, pero ya no más. Ya no tenemos ningún respeto por ustedes, y por aquellos de entre nosotros a quienes ustedes apoyan, y por todas aquellas personas que los apoyan (...). Por esto, sólo tienen que culparse a sí mismos (...) Nuestro pueblo es capaz de perdonar mucho. Pero no perdonamos la arrogancia, y ninguna nación normal lo haría. Sería prudente que su único Imperio prevaleciente aprendiera la historia de sus aliados, los cuales son todos antiguos imperios. Para aprender las formas en que ellos perdieron sus imperios. Sólo por su arrogancia. "¡La carga del hombre blanco, mi culo!" (esta última frase en inglés en el texto original - trad.)
La cruda verdad es que lejos de querer invadir, apaciguar o complacer de cualquier otro modo a Occidente, Rusia no tiene absolutamente ninguna necesidad, ni siquiera interés, en ello. Ninguna. Durante siglos, las élites rusas se han centrado en Occidente hasta cierto punto y no podían ni siquiera imaginar una Rusia sin Occidente. Esto sigue siendo cierto hoy en día, las "élites" rusas todavía quieren vivir como los británicos o alemanes (muy ricos) y todavía odian al pueblo ruso común y a Vladimir Putin. Pero esas élites rusas se han visto ahora aplastadas por la magnitud de la victoria de Putin en las elecciones presidenciales. Normalmente, esto debería resultar en un exilio aún mayor de los "hombres de negocios" rusos al Reino Unido, Francia o Israel, pero el problema ahora es que los británicos están haciendo mucho ruido acerca de castigarlos por ser rusos (incluso a los "rusos" rusofóbicos y prooccidentales). Como resultado, estos "pobres" liberales prooccidentales sólo pueden quejarse en los medios sociales y en los pocos medios prooccidentales que quedan en Rusia (no, esto no se debe a la represión, sino a que su irrelevancia política está respaldada por lo que está respaldada, algo así como el 2-5% de la población).

Pero dejando a un lado por un momento a las "élites" ricas, Rusia como país y como nación simplemente no tiene ningún interés en Occidente ni en lo que representa. Los que fantasean con que Rusia está interesada en "Europa", la "identidad blanca" o el "cristianismo occidental" se engañan a sí mismos. Esperan que el actual renacimiento cultural y espiritual en Rusia se derrame sobre ellos y les permita salir de la alcantarilla en la que están actualmente postrados. Esto no sucederá. Vuelva a leer lo que Simonian dijo sobre los "valores" occidentales en la cita anterior. Para la mayoría de los rusos, "Europa" huele a Napoleón, la "identidad blanca" a Hitler y el "cristianismo occidental" a la creación de Ucrania y las "cruzadas orientales". No, a Rusia no le interesa vengarse de nada de eso, simplemente no tiene respeto ni interés por lo que significan estos conceptos. (Polonia es posiblemente el último país donde todas estas cosas se toman en serio y se recuerdan con cariño). Sin embargo, los rusos siguen dispuestos a negociar para establecer una coexistencia viable entre las civilizaciones occidental y rusa. Putin lo dijo claramente en su discurso.
No hay necesidad de crear más amenazas para el mundo. Por el contrario, sentémonos en la mesa de negociaciones y elaboremos juntos un sistema nuevo y pertinente de seguridad internacional y desarrollo sostenible para la civilización humana. Hemos estado diciendo esto todo el tiempo. Todas estas propuestas siguen siendo válidas. Rusia está preparada para ello.
Pero si los anglosionistas están decididos a dominar el mundo por medio de la guerra, entonces Rusia también está preparada para eso. No una guerra de agresión, por supuesto, ni siquiera contra las diminutas naciones bálticas. Putin lo dejó claro también cuando dijo "no estamos amenazando a nadie, no vamos a atacar a nadie ni a quitarle nada a nadie con la amenaza de las armas. No necesitamos nada. Todo lo contrario" (énfasis añadido). Pero si es atacada, Rusia está lista para defenderse:
"Y a aquellos que en los últimos 15 años han intentado acelerar una carrera armamentista y buscar ventajas unilaterales contra Rusia, han introducido restricciones y sanciones que son ilegales desde el punto de vista del derecho internacional con el objetivo de frenar el desarrollo de nuestra nación, incluso en el área militar, les diré lo siguiente: todo lo que han tratado de impedir a través de tal política ya ha ocurrido. Nadie ha logrado frenar a Rusia (...) Cualquier uso de armas nucleares contra Rusia o sus aliados, ya sean de corto, mediano o cualquier otro alcance, será considerado como un ataque nuclear contra este país. Las represalias serán inmediatas, con todas las consecuencias que ello conlleva. No debería haber ninguna duda al respecto".
¿Por qué es tan importante la cuestión nuclear? Porque los rusos son plenamente conscientes de que los anglosionistas no pueden ganar una guerra convencional contra Rusia. Por lo tanto, es crucial que los rusos convenzan a los anglosionistas de que ellos no son ni militarmente superiores ni invulnerables (ver aquí un análisis completo de estos dos mitos). Pero una vez que se logre algún tipo de modus vivendi con Occidente, Rusia centrará sus esfuerzos en diferentes direcciones: las tan necesarias reformas internas y el desarrollo, el trabajo con China para establecer una auténtica zona euroasiática de seguridad económica, paz y prosperidad, el restablecimiento de la paz en Oriente Próximo, el desarrollo del Lejano Oriente y del Norte de Rusia, etcétera. Rusia tiene mucho trabajo por hacer, ninguno de los cuales involucra a Occidente en forma alguna.

Y eso es, por supuesto, lo que es totalmente inaceptable para Occidente.

De ahí los acontecimientos históricos de este mes que han colocado a Rusia y Occidente en un rumbo de colisión directa. Como he dicho antes, el Imperio ahora puede plegarse o duplicar sus esfuerzos. Si decide plegarse, se evitará la guerra y se entablarán finalmente negociaciones significativas. Si duplica sus esfuerzos, algo que los neoconservadores siempre hacen, entonces esto significa entrar en guerra con Rusia. Ésta es una elección dura y muy difícil (no, no para la gente normal, sino para los psicópatas que gobiernan Occidente). Y no hay mucho que Rusia pueda o deba hacer en este momento. Como cada vez que se produce una crisis grave, las élites aparentemente unidas que gobiernan Occidente se dividirán en facciones separadas y cada una de ellas perseguirá y promoverá sus propios intereses mezquinos. Habrá una lucha intensa, sobre todo entre bambalinas, entre aquellos que querrán redoblar o incluso desencadenar una guerra contra Rusia y aquellos que se horrorizarán con esa noción (no necesariamente por razones morales profundas, sino sólo por un interés propio básico y un sano instinto de autopreservación).

En cuanto a quién prevalecerá, las conjeturas que usted haga son tan buenas como las mías. Pero el hecho de que hoy Trump haya sustituido a McMaster por un psicópata belicista como John Bolton es una clara señal de que los neoconservadores están al mando en EE.UU. y que el Eje de la Bondad está a punto de volverse mucho más "amable".